La crisis que Quito no vio venir: 13% de la población sin agua potable
El deslizamiento que rompió una tubería del sistema Mica Quito-Sur deja sin agua potable a seis parroquias del sur de Quito
En el páramo del Antisana, a más de 3.800 metros sobre el nivel del mar, más de 100 personas junto a maquinaria pesada trabajan para restablecer una infraestructura clave para el abastecimiento de agua en Quito.
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Desde la noche del miércoles 9 de julio de 2025, un deslizamiento de grandes proporciones enterró un tramo del sistema de conducción Mica Quito Sur, el cual alimenta al sistema de El Troje, principal proveedor de agua potable para el sur de la capital.
El deslizamiento arrastró cerca de 600.000 metros cúbicos de tierra, lodo y rocas, lo que provocó la ruptura de 350 metros de tubería de acero de 42 pulgadas. La zona, ubicada dentro de la reserva ecológica del Antisana, es de difícil acceso y presenta complicaciones logísticas.
Este daño dejó sin servicio de agua potable a más de 400.000 personas, cerca del 13% de la población quiteña, afectando a seis parroquias del sur y más de 200 barrios.
Trabajos en condiciones extremas para recuperar el sistema
Las labores de reconstrucción se llevan a cabo en condiciones extremas: temperaturas de apenas 7°C durante el día y descensos de hasta -4°C en la noche, acompañados de lluvias frecuentes. El traslado de maquinaria y herramientas toma más de dos horas por una vía estrecha desde la ciudad hasta la parroquia de Píntag.
“No es posible hacer una variante. Esta es una tubería de 40 kilómetros de longitud y el daño ocurrió cerca del kilómetro 10. Lo que se hará es reponer el tramo afectado directamente en el lugar”, explicó Johanna Patiño, gerente de Operaciones de Epmaps (Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento).
Según la funcionaria, ya se han evacuado 80.000 de los 180.000 metros cúbicos más urgentes. “Estamos priorizando el retiro de material, protección del talud, construcción de la plataforma y alineación de la nueva tubería. Todo se realiza en paralelo para ahorrar tiempo”, agregó.
Quito enfrenta su peor emergencia de agua potable
El objetivo es restablecer el servicio en un máximo de 10 días desde el inicio de la emergencia. Para cumplir con este plazo, los equipos trabajan en turnos rotativos 24/7 con el apoyo de cinco excavadoras, dos tractores, ingenieros, topógrafos y operadores.
El alcalde Pabel Muñoz calificó esta como “la emergencia de agua potable más grande que ha vivido Quito en su historia”, debido tanto al número de afectados como al tiempo estimado para reparar el daño.
Tanqueros no abastecen la alta demanda de agua en barrios del sur de Quito
Para paliar la emergencia, el Municipio ha desplegado 40 tanqueros de agua. Sin embargo, la demanda supera la capacidad operativa. Moradores de sectores como La Ecuatoriana, Quitumbe, Argelia y Turubamba reportan largas filas y esperas que superan las tres horas.
“Tenemos personal de Epmaps y agentes de control acompañando cada tanquero para garantizar el abastecimiento ordenado. Pero sabemos que no es suficiente, por eso estamos haciendo todo lo posible para aumentar el número de unidades”, dijo el alcalde.
Ministerio de Ambiente critica la gestión del Municipio de Quito
El 11 de julio, la ministra de Ambiente, María Luisa Cruz, cuestionó la gestión municipal a través de su cuenta en X: “Quito vive una crisis de agua potable. No es solo el clima: falta gestión”.
En un comunicado oficial, el Ministerio indicó que ha solicitado en varias ocasiones al Municipio planes de acción y contingencia para enfrentar el desabastecimiento, sin recibir respuestas formales ni ver avances concretos. Además, se denunció el incumplimiento del Plan de Acción ante la ARCA (Agencia de Regulación y Control del Agua) y la omisión de un plan de contingencia exigido por ley.
“La crisis vulnera derechos fundamentales y pone en riesgo la salud pública”, advirtió el comunicado.
En respuesta, Pabel Muñoz afirmó: “Bueno fuera que me llamaran a decir cuántos tanqueros necesitamos. Pero allá ellos con las críticas. Yo estoy trabajando por los quiteños, no tengo tiempo de escucharles”.
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