
Equilibrar la familia y la profesión, un desafío de las madres quiteñas
Tres madres destacan el apoyo familiar para sobrellevar las exigencias laborales sin descuidar la crianza de sus hijos.
Los testimonios de Lisbeth, Gloria y Pilar dan cuenta que la labor de madre nunca termina, incluso cuando los hijos crecen, se van de la casa y tienen su propia familia. Cada una de ellas ha asumido el desafío de criar y sostener a sus familias, muchas veces en condiciones adversas.
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El rol de la madre vs. el trabajo
Desde hace diez años, Lisbeth Congo forma parte de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT). Relata que su labor no ha sido fácil en ese tiempo, ha enfrentado agresiones, maltrato verbal y resistencia, especialmente por parte de conductores que desestiman su autoridad.
Recientemente fue testigo de la agresión de un Policía a su pareja. Decidió intervenir y su primera reacción fue abrazar a la mujer, algo que molestó al uniformado y la golpeó.
Pero, más allá de los desafíos en su trabajo, la mayor dificultad ha sido conciliar su rol como madre con su jornada laboral de tres turnos. Tiene dos hijos, una adolescente de 17 años y un pequeño de 2 años y 9 meses. Su horario varía entre la mañana y la noche, lo que muchas veces la obliga a depender del apoyo de su madre y su hermano.
La ausencia en momentos importantes, como el cumpleaños de su hija mayor, es una carga emocional difícil de sobrellevar. “Me dijo que yo no estuve, que sus amigos sí tenían a sus padres presentes”, recuerda con tristeza. Sin embargo, ha aprendido a gestionar el tiempo, a buscar apoyo y a enseñarle a sus hijos que su trabajo es parte de la vida y que, aunque físicamente no esté siempre, su amor y compromiso son inquebrantables.
Lisbeth Congo
Gloria Almache, de 35 años, también conoce los reproches de los hijos cuando no ha estado en los cumpleaños o en los festejos de Navidad o fin de año. Como ayudante de barrido de Emaseo trabaja los 365 días del año, en jornadas intensas que no siempre terminan como quisiera. A diario, recorre más de cinco kilómetros, recogiendo desechos y manteniendo la ciudad limpia. “Muchos nos agradecen, pero otras personas nos critican porque dicen que no barremos afuera de sus casas, que para eso nos pagan”, cuenta.
Una etapa de retos
Gloria tiene tres hijos de 19, 17 y 3 años. Aunque menciona que el apoyo de su esposo ha sido fundamental, la ausencia en eventos importantes ha sido un conflicto también consigo misma y hasta ahora, con todos los años que tiene de experiencia como madre, es una batalla constante. Lo que le ha ayudado es mantener una comunicación fluida, que sus hijos entiendan que hay que cumplir con responsabilidades y que en algún momento determinado ellos lo también lo vivirán; por eso, para Gloria es importante aprovechar el tiempo en familia.
Pilar Campaña
Antes de unirse a Emaseo, Gloria era auxiliar de enfermería, pero la estabilidad laboral le llevó a cambiar de profesión. Recuerda que en un momento de su vida, cuando trabajaba, estudiaba y recién tuvo a su primera hija, pensó en abandonar su carrera, pero decidió seguir porque quería que sus hijos la vieran como un ejemplo de perseverancia.
Pilar Campaña es conductora de taxi y aunque sus hijos ya son adultos, vive la maternidad como cuando ellos eran pequeños, ahora con sus nietos, con quienes mantiene un vínculo muy cercano.
Su rutina diaria comienza temprano: los lleva al colegio, los retira en la tarde y juntos van a almorzar. La situación de su hija mayor es similar a la que atraviesan Lisbeth y Gloria, con jornadas que le impiden pasar el tiempo que desearía con ellos y es ahí cuando Gloria le brinda todo el apoyo.
Gloria Almache
Desde hace ocho años pertenece a una cooperativa de taxis. Su gusto por manejar la llevó a elegir ese oficio, sin embargo, reconoce que la inseguridad es un riesgo latente. “Es peligroso tomar carreras de la calle. Siempre hay que estar pendientes de los pasajeros que se recoge”, dice.
Se siente afortunada porque cuando sus hijos eran pequeños tenía su propio negocio, lo que le permitió compartir más tiempo. Incluso ahora, pese a que su jornada se extiende pasadas las 22:00 se organiza y brinda todo el respaldo a sus hijos.
Si bien Lisbeth, Gloria y Pilar consideran que la maternidad es un desafío diario y que no es fácil lidiar con todas las cargas tanto económicas como emocionales, aseguran que la experiencia es única en la que cada día se aprende. Para ellas, las claves están en la organización y el apoyo familiar.