Abelardo García Calderón | La imagen no es el concepto

Necesitamos darles modelos, ejemplos, darles retratos y anécdotas de quienes forjaron y forjan nacionalidad
Semanas atrás, cuando se iniciaban las celebraciones por el proceso fundacional de Guayaquil, las primeras planas de los diarios y las pantallas de televisores mostraban algarabía, ánimo festivo, y era fácil, por lo que se veía en los rostros y el entusiasmo de los marchantes, calificar tales circunstancias como muestra de gran civismo.
En efecto, las imágenes nos mostraban ciudadanos que vibraban por su ciudad, que bailaban y cantaban su folclor; que, como se dijo entonces, rendían su homenaje a la fecha celebrándola, aparentemente haciéndola suya, y demostrando así sus afectos por la Perla del Pacífico.
Sin embargo, apenas el día 26 se nos entregaba la noticia de las toneladas de basura que se habían recogido de calles y plazas, y de los actos ‘non sanctos’ que ocurrieron en algunos portales, entre los que resaltaban el trato grosero, el acoso, y el tomar lo ajeno. Esas mismas gentes, pletóricas de aparente civismo, destruían mobiliarios públicos, y cometían desmanes y excesos. ¿Podemos, ante eso, hablar de civismo? Por supuesto que no.
El civismo es mucho más que vivar a una ciudad, a una nación o a una causa; implica amor, respeto, resguardo. Debe manifestarse a través del cuidado de lo nuestro, del hogar común, pues cada maltrato, cada daño, va en perjuicio de todos. Por ello decimos que es importante trabajar en nuestros alumnos, niños y adolescentes en el fondo mismo de los conceptos: ir más allá del grito y del ¡viva!, del aplauso y del baile bonito. Hay que ir al rescate de nuestra identidad, nuestras raíces y nuestra pertenencia.
Los alumnos de hoy, esos que muchas veces no saben ni los nombres de las calles por las que transitan, ni por quién ni por qué fueron así nombradas, deben ser llevados a pensar en el recate de esos sentimientos que aúnan y solidarizan a las gentes ciudadanas.
Necesitamos darles modelos, ejemplos, darles retratos y anécdotas de quienes forjaron y forjan nacionalidad y entregaron a la ciudad y a la patria mucho de sí mismos.
Sembrar el civismo en las aulas es el reto. Rescatemos la autoestima y el respeto de lo nuestro.