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Monica Cassanello | Guayaquil en venta

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¿Qué va a pasar con un Guayaquil cada vez más vacío? La ciudad está muriendo

Hace siete años, con tristeza, escribí una columna titulada Se vende Urdesa, pues cada semana veía nuevos carteles de ‘Se alquila’ y ‘Se vende’ en cada vez más casas de la ciudadela que en su momento fue el barrio residencial más bonito de Guayaquil, a donde todos querían ir a vivir. Hoy veo que está ocurriendo lo mismo en numerosos sectores de la ciudad.

Si las nuevas familias y las ya consolidadas aspiran a trasladarse a urbanizaciones en Samborondón, Daule y vía a la Costa, ¿qué va a pasar con las viviendas que van desocupándose? Algunas se venderán o se alquilarán, pero otras quedarán abandonadas, convirtiéndose en refugio de delincuentes, adictos, etc. Y si por otra parte la mayoría de estas viviendas son adquiridas o rentadas para negocios, ¿cuál será el resultado ? Todas esas zonas quedarán desoladas al anochecer, replicando lo que ocurre en el centro, que agoniza a diario a partir de las 6:30 de la tarde.

En términos generales los guayaquileños han salido de su ciudad en busca de seguridad y así, poco a poco todos los servicios han ido también mudándose a los nuevos polos de desarrollo urbano. Se han ido colegios, oficinas, consultorios, restaurantes y hasta ciertos locales comerciales. Se han ido buscando mejores condiciones para su clientela: sobre todo seguridad, pero también suficientes estacionamientos y hasta un entorno verde y bien mantenido, que contrasta con la infraestructura pública y el equipamiento urbano de lo que ya se considera ‘la vieja urbe’, donde hace falta mantenimiento y hasta aseo.

¿Qué va a pasar con un Guayaquil cada vez más vacío? La ciudad está muriendo. ¿Qué ocurrió con la alguna vez mencionada división en distritos? Si esta se hiciese realidad, cada cabeza de distrito trabajaría por dotar al suyo de la mayor cantidad de servicios de la mejor calidad, volviendo atractivo su sector para los ciudadanos, teniendo a su alrededor todo lo necesario para vivir. La ciudad no puede seguir expandiéndose sin control, es necesario renovar los barrios que van quedando desocupados y repoblarlos. Tal rescate urbano generaría plazas de trabajo y marcaría el resurgimiento de este puerto antes tan lleno de vida, que no queremos que muera.