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Cumbayá viviendas
Las viviendas y urbanizaciones de Cumbayá buscan fusionar la armonía de los paisajes del valle con estructuras de lujo.Foto: Matthew Herrera

El lujo en Cumbayá no se exhibe, se habita

Cumbayá consolida el estilo de vida basado en diseño, naturaleza y seguridad. El bienestar sostiene la plusvalía

Cuando se habla de Cumbayá, muchos imaginan lujo, exclusividad, altos precios. Pero lo que realmente define al valle no es lo que se ve, sino lo que se vive. El lujo, aquí, no es ostentación, es un modo de estar en el mundo. Una mezcla de diseño, naturaleza, seguridad, silencio y modernidad que traza un estilo de vida propio.

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Más que un lugar, Cumbayá funciona como un ecosistema emocional y sensorial donde todo, desde el clima hasta la arquitectura, parece alineado para ofrecer una vida más sosegada y armónica.

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Las viviendas se abren hacia jardines con piscinas que reflejan el cielo y sistemas de luces que se encienden al son de la tecnología. La arquitectura ya no busca impresionar, sino armonizar. Emplea paneles solares, domótica, cocinas funcionales, piezas de arte y paisajismo milimétrico que transmiten una idea precisa del bienestar: vivir bien, sin ruido y sin prisa.

“Cumbayá es un mercado de élite porque allí converge todo lo que hoy suma a un mejor nivel de vida: colegios de primer orden, actividades deportivas, gimnasios y vías fluidas”, explica la asesora inmobiliaria Paquita Cisneros, quien tiene 46 años de experiencia en el sector. 

Para ella, el atractivo del valle no se mide en metros cuadrados, sino en libertad. “Las urbanizaciones ofrecen su propio ecosistema: piscina, jardín, espacios verdes y seguridad. Eso permite vivir con una sensación de libertad que en la ciudad ya no existe”.

Carmen Proaño, fundadora de la empresa La Maison Deco, coincide. “El lujo es bienestar. No es ostentación. Es convertir la casa en un refugio: estética, armonía, tranquilidad”.

Proaño ha visto cómo el gusto del cliente del valle cambió, ya que ahora se privilegian materiales naturales, madera, piedra, cuerdas marinas y muebles pensados para exterior, resistentes a luz, lluvia y viento. “Hoy la naturaleza es parte del diseño. Y el clima de Cumbayá lo permite. El espacio exterior dejó de ser accesorio, es protagonista”.

Más 'hogares inteligentes'

El nuevo lujo de Cumbayá no se mide en metros cuadrados, sino en inteligencia. Carlos González, arquitecto que impulsa proyectos de construcción en el valle por más de 25 años, señala que la particularidad “del diseño aquí es una modernidad que mezcla materiales tradicionales y contemporáneos. La ventanería amplia, los colores, los recubrimientos. Una arquitectura pensada para vivir bien”.

A eso se suma la domótica, que brinda comodidad. “Que prendas la luz desde el celular, que el hidromasaje esté listo cuando llegas, que la iluminación responda a tu estado de ánimo. Esa ciencia ya es parte de la vida cotidiana”.

González destaca una tendencia que gana terreno en esta zona. “Ya tenemos edificios que buscan certificaciones LEED. ¿Qué significa? Autosustentabilidad: usar energía solar y aprovechar lo que da la naturaleza.” En el valle, el lujo silencioso también es eficiencia, mientras que la arquitectura busca integrase a la naturaleza con muros que se fusionan con el paisaje, terrazas que se abren a los cerros y espacios pensados para que circulen la luz y el aire.

Todo ello influye en el mercado inmobiliario del valle. Doris Granda, asesora de La Viña desde hace 20 años, explica que la demanda sigue alta porque “en Cumbayá las propiedades más buscadas son casas y departamentos. Terrenos ya casi no hay. El comprador típico es una familia joven profesional que quiere más espacio, mejor calidad de vida y tranquilidad”.

Cumbayá crecimiento
La tecnología es un aliado para la vigilancia de este valle de Tumbaco.Foto: Matthew Herrera

Sobre plusvalía, Granda es directa. “La gente busca una zona donde su dinero genere valor. Cumbayá da estatus, seguridad, buena infraestructura, buenos colegios y servicios. Todo eso hace que la inversión crezca. Mucha gente, incluso, se endeuda más de lo aconsejable porque siente que aquí sus hijos tendrán mejores oportunidades”.

El paisaje marca el ritmo del valle. Las urbanizaciones llevan nombres que evocan calma, como Los Alisos, Garden Hill, Whispering Pines, Green Valley y todas prometen un aire limpio y estética controlada. En las mañanas, las terrazas de los centros comerciales Paseo San Francisco o el Scala se llenan de café, laptops y risas de niños. Los fines de semana, en cambio, se reparten entre parques, clubes, pádel, ciclovías y ferias.

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Además del diseño, la noche es cuidada y exclusiva, según Diego León, gerente de Ephímero. El establecimiento no se describe como discoteca, sino como una experiencia curada. Es discreto, estético y selectivo, construido para un público exigente que busca seguridad, elegancia y comunidad. El consumidor de este local “es alguien que ha viajado. Exige servicio, música, gastronomía y diseño al nivel de lo que ve en Europa o Asia. Aquí la experiencia es el producto”, sostiene.

La seguridad fue el punto de partida de este proyecto, en donde se ofrece estacionamiento propio, registro con cédula, cacheo discreto, sistema de cámaras, filtros estrictos, reserva obligatoria y control sobre el perfil de los asistentes.

Otra diferencia que resalta en Cumbayá, en relación a la urbe, es que la seguridad es aspiracional e imprescindible. Luis Rojas, gerente de la empresa LAAR, señala que aunque “Cumbayá sigue siendo un sector relativamente más tranquilo que otras zonas de Quito, no está exento de riesgos”. 

Aquí, los incidentes más comunes son los intentos de robo a viviendas y vehículos, hurtos a personas y manipulación de cerraduras e ingresos silenciosos. Por eso, el modelo tradicional de un guardia en la garita quedó atrás. Hoy las urbanizaciones migran a sistemas de seguridad híbrida, que combinan cámaras con analítica de inteligencia artificial, sensores, domótica integrada, cercos eléctricos inteligentes, videovigilancia con videoverificación y reacción coordinada con centrales de monitoreo.

La seguridad virtual, además, permite ahorrar hasta un 40% respecto a la guardianía tradicional, con más alcance y supervisión. “Dejó de ser un gasto. Ahora es una inversión en bienestar”, resume Rojas.

Para Pedro Tapia, presidente de la Junta Parroquial de Cumbayá, el desafío es preservar el estilo de vida del valle. “La prosperidad trajo un crecimiento acelerado que hoy presiona infraestructura, movilidad e incluso identidad”, considera.

El funcionario teme otros riesgos en estructuras de servicios básicos como tuberías de asbesto-cemento aún activas, vías pequeñas frente a un parque automotor desbordado, el crecimiento inmobiliario sin planificación y una probable saturación de la zona en 10 o 15 años.

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