
Consultorio ginecológico clausurado en Quito; había insumos caducados
Se encontró una serie de irregularidades que ponían en peligro la salud de las pacientes
En el barrio San Isidro del Inca, en el norte de Quito, un consultorio gineco-obstétrico operaba fuera de los márgenes legales hasta que fue clausurado por las autoridades.
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La Agencia Metropolitana de Control (AMC), en conjunto con la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina Prepagada (ACESS), cerró el establecimiento el 22 de mayo de 2025 tras encontrar una serie de irregularidades que ponían en peligro la salud de las pacientes.
Durante la inspección, los agentes descubrieron medicamentos caducados, entre ellos antibióticos, antiinflamatorios y anestésicos locales, así como insumos médicos vencidos como gasas, jeringas y tubos para análisis de laboratorio.
Lo más preocupante fue el hallazgo de medicina inyectable utilizada para inducir el trabajo de parto, pese a que el consultorio no contaba con permisos ni la infraestructura adecuada para realizar este tipo de procedimientos, señaló la AMC.
La entidad municipal recordó que el uso de fármacos fuera de su periodo de validez no solo reduce su eficacia, sino que también puede generar resistencia bacteriana en las pacientes. Sumado a esto, la administración de sustancias para provocar contracciones uterinas en condiciones no reguladas representa un riesgo médico considerable.
¿Qué dice la normativa?
La normativa municipal señala que operar sin la Licencia Única de Actividades Económicas (LUAE) en servicios de salud puede implicar sanciones económicas de hasta 4.230 dólares.
Las autoridades recordaron a los usuarios la importancia de verificar que los establecimientos de salud cumplan con los requisitos legales y sanitarios, evitando que prácticas irresponsables pongan en riesgo la vida de quienes buscan atención médica.
Desmantelan negocios que vendían celulares robados
U día antes, el 21 de mayo, se desplegó un operativo conjunto entre la AMC y la Policía Nacional, en el que se clausuró dos establecimientos ubicados en el sur de Quito, y se decomisaron más de 150 dispositivos cuya procedencia no pudo ser justificada.
Uno de los negocios se dedicaba a la venta de artículos de segunda mano sin los permisos requeridos, y en su interior se encontraron cinco celulares reportados como robados.
En el segundo, donde se ofrecían servicios de reparación y mantenimiento, el responsable tampoco pudo justificar el origen de la mercadería.
El decomiso incluyó un variado inventario de tecnología: 56 celulares, 26 tablets, 13 laptops, nueve radios de vehículos y varias herramientas de construcción, todas sin documentación de respaldo.
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