
El cabildeo se intensifica en el Concejo de Quito
Se complica la posibilidad una votación unánime por la Vicealcaldía, por el proceso de revocatoria en marcha
El miércoles 17 de mayo de 2023, tres días después de su posesión, los 22 miembros del Concejo Metropolitano de Quito lograron su primera decisión unánime: María Fernanda Racines, la persona de confianza del alcalde Pabel Muñoz fue electa como la vicealcaldesa de Quito, ambos representantes del movimiento Revolución Ciudadana (RC). La segunda vicepresidencia del Concejo recayó en un edil de la Izquierda Democrática (ID): Darío Cahueñas.
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A ocho años de la mitad del periodo para el que fueron electos, los concejales intensifican sus diálogos para definir quiénes ocuparán esos cargos en los próximos dos años. Según el mandato del Cootad y lo que dispone el artículo 48 de la ordenanza de Codificación del Código Municipal para el Distrito Metropolitano de Quito no. 095-2025, la primera vicealcaldía obligatoriamente debe ser entregada a una mujer, por principio de paridad de género.
A estas alturas, aparentemente, esa votación unánime no podría repetirse pues desde hace algunos días el nombre de Racines no es el único que suena para ese cargo. Se han sumado el de Estefanía Grunauer, de Juntos por la Gente y Cristina López, de Alianza UIO. La primera es una apuesta de un grupo de concejales que si bien no son parte de la RC, sí son sus principales aliados.
Diego Garrido, de Quito Vuelve, es parte de ese grupo y señala que han sido “propositivos a favor de la ciudad. Hemos respaldado las acciones coherentes”. Sobre la vicealcaldía, coincide con Adrián Ibarra, de la RC, en que hay ocho legítimas candidatas que están en “absoluto derecho de pensar que este es un espacio legítimo para cualquiera de ellas”. Aclara que la conversación no se ha terminado de construir y nada está dicho todavía, pero menciona que, por lo que entiende, se mantendría el nombre de María Fernanda Racines.
"Actores con apetitos voraces"
Para Ibarra, todas las ediles tienen cualidades para el cargo pero este es un momento de mantener la estabilidad y la institucionalidad “porque lastimosamente ciertos actores con apetitos voraces particulares tratan de instaurar el caos a través de este ejercicio legítimo, sí, legal, sí, de la revocatoria, pero que particularmente me parece a mí que son más bien intentos de desestabilizar una administración que viene trabajando porque Quito se convierta en la ciudad más linda del mundo”. Por ello, él considera que lo ideal es que Racines continúe en el cargo y tanto él como Racines son partidarios de que Cahueñas también permanezca como segundo vicealcalde.

Por otro lado, el concejal Andrés Campaña, de Alianza UIO, señala que esta elección de medio periodo es especial porque está atravesada por dos condiciones que la hacen más movida: se dará en una etapa postelecciones presidenciales, cuando la RC obtuvo en Quito un porcentaje bajo de electores “y existe una correlación de fuerzas distinta y nos encontramos en un proceso de revocatoria de mandato. Eso incide en que es probable que esa vicealcaldesa se convierta en la primera alcaldesa de la ciudad”.
¿Racines cuenta con apoyo?
Por ello, dice, los movimientos y cabildeos en el Concejo son más intensos de lo común y por ello han sonado tres nombres con fuerza. Racines no tendría los votos si se concreta la candidatura de Grunauer, pues ella representa a los sectores que estos dos años han sido aliados del oficialismo, dice Campaña. Pero lo mismo ocurriría del otro lado, porque también suena una tercera opción: López, que representa a los sectores que han sido críticos de Muñoz.
“A mí no me gusta que me codifiquen como opositor, porque de hecho, yo he votado en varias oportunidades a favor de las iniciativas del alcalde, pero también he sido crítico en las de las decisiones en las cuales he considerado que no está prevaleciendo la ciudad. Ese es el tercer sector”, dice Campaña. En ese contexto, él considera que dadas las circunstancias críticas que atraviesa la ciudad, más allá de los nombres, es necesario llegar a acuerdos y a una agenda de ciudad que cree ha estado ausente en estos dos primeros años de gestión y que es vital para darle soluciones a los problemas de Quito.

Cambio en las comisiones
Otro tema que se juega en las próximas semanas es la configuración de las 21 comisiones del Concejo. Según Ibarra y Garrido, hasta el momento preponderantemente se ha hablado de darle continuidad al trabajo legislativo. Es decir que no se avisoran grandes cambios en la estructura de estas mesas.
Ibarra explica que esto ocurre porque los ediles ya conocen los temas de importancia en sus comisiones y cambios bruscos implicarían volver a empezar, especialmente en aquellas que técnicamente son más complejas. Además, aquí también se aplica la lógica de mantener estabilidad. Garrido, por su parte, señala que los cambios se harán en concordancia con el trabajo en conjunto que han hecho estos dos años.
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