Catedral Santa Elena
La Catedral de Santa Elena ha sufrido deterioro y es por eso su reparaciónJoffre Lino / Expreso

Un templo de identidad cultural entra en etapa de restauración

La arquitectura de la Catedral de Santa Eena se desgasta con el paso del tiempo

La histórica Catedral de Santa Elena, joya arquitectónica de la fe católica en la península ecuatoriana, entrará en un proceso integral de restauración, luego de décadas de exposición al desgaste natural. Esta emblemática iglesia no solo es un templo de oración, sino un símbolo vivo de la identidad espiritual y cultural del pueblo peninsular.

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Dedicada a la Emperatriz Santa Elena, reconocida por su papel en la historia del cristianismo, la catedral se alza majestuosa como parte de la Ruta de las Siete Iglesias, recorrido devocional que conecta a miles de fieles durante celebraciones religiosas claves en la península.

Su estructura de madera, un portento en la arquitectura eclesiástica del país no solo vislumbra a los visitantes por su estética colonial, sino que también representa una herencia sagrada que ha sido transmitida de generación en generación.

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Conservará su estética original

El paso de los años, acompañado por intensas lluvias y soles inclementes, ha provocado visibles deterioros que preocupaban a la feligresía. Por ello, el clamor de la comunidad finalmente ha sido escuchado: la catedral será restaurada respetando su esencia original y su carácter patrimonial.

Catedral Santa Elena
El templo católico es la representación de fe del pueblo peninsular.Joffre Lino / Expreso

Entre las obras más significativas está la reparación de los antiguos relojes de torre, considerados por los ciudadanos como faros temporales que marcaban el ritmo de la vida cotidiana. “Crecí mirando las agujas de esos relojes para saber la hora. Era un hábito común. Lamentablemente se averiaron y quedaron en silencio por años”, recordó Glenda Borbor, de 74 años, habitante de la ciudad.

La restauración abarca tanto el interior como el exterior del templo. Se aplicará aceite de linaza sobre la madera, un recurso tradicional que protegerá de la humedad y realzará su color natural.

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Además, se reemplazarán las piezas dañadas por nuevas, manteniendo siempre la línea estética original. Las esferas ubicadas en los alrededores del templo serán iluminadas, y la explanada principal también recibirá una mejora en su sistema de iluminación para realzar la majestuosidad del lugar, especialmente durante las procesiones y eventos religiosos nocturnos.

La Alcaldía de Santa Elena, en conjunto con representantes de la Diócesis peninsular, presentó los estudios del proyecto durante una reunión pública. La aceptación fue unánime y entusiasta entre los asistentes, destacando el valor simbólico y espiritual de la obra.

“La catedral es nuestra raíz común, es lo que siempre nos ha unido. Me emociona saber que será restaurada. No solo es un edificio, es nuestra casa de fe, testigo de bodas, bautizos y despedidas”, expresó con emoción la devota Johana Sánchez.

La restauración de la Catedral de Santa Elena no es simplemente una obra arquitectónica. Es un acto de renovación de la fe colectiva, de respeto a la historia y de esperanza compartida, “que importante es preservar la memoria de un pueblo que mantiene su espiritualidad viva, guiada por el legado de sus ancestros”, dijo el activista cultural Jaime Mocha.

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