Danza
Protagonistas. Decenas de adultos danzaron en medio de los homenajes.Joffre Lino

Santa Elena homenajeó a sus adultos mayores entre pasillos y amorfinos

Fueron destacados por el legado cultural transmitido a los jóvenes

Con jornadas llenas de canto, danza, folclore y profundas emociones, los adultos mayores de diversas comunidades de la Península de Santa Elena fueron homenajeados por su sabiduría y por el legado cultural que han transmitido a lo largo de generaciones. En cada encuentro, el espíritu festivo se combinó con la gratitud hacia quienes han sido pilares en la construcción de la identidad de sus pueblos.

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En medio de risas y aplausos, los ancianos compartieron sus conocimientos ancestrales: desde las técnicas agrícolas tradicionales hasta la preparación de platos típicos y la elaboración de artesanías que conservan la esencia del pasado. También revivieron las antiguas fábulas y leyendas que sus abuelos les contaban bajo la luz de una vela, historias que forman parte del imaginario colectivo de la región.

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La música fue otro de los grandes protagonistas. Con elegancia y entusiasmo, los mayores se animaron a bailar pasacalles, pasillos y valses, recordando los años de juventud cuando las fiestas comunales eran el punto de encuentro de vecinos y enamorados. “El hombre que a mí me quiera debe tener dinero, porque gallo con poca pluma no entra en mi gallinero”, declamó entre risas doña Margarita Laínez, quien arrancó aplausos al recitar un amorfino que mantiene viva esta expresión popular.

Varias comunidades se unieron al homenaje

Los eventos se desarrollaron en comunidades como Pechiche, Tugaduaja, San Rafael, Zapotal, San Vicente, Palmar y Colonche. En cada una de ellas se respiró un ambiente de orgullo y pertenencia, donde los adultos mayores fueron reconocidos no solo por su edad, sino por su papel como guardianes de la memoria colectiva.

“Qué lindo es ver a los viejitos sonreír. Ellos han dado todo por nosotros y merecen que seamos recíprocos”, comentó Jorge Rodríguez, quien acompañó a su abuelo durante las actividades. Estos encuentros, más allá de una simple celebración, se han convertido en un espacio de reencuentro cultural donde la experiencia de los mayores se transforma en enseñanza para las nuevas generaciones.

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