
Mural en monumento histórico divide opiniones en Riobamba
Intervención artística genera controversia tras realizarse en sitio patrimonial. Hay acusaciones de irrespeto
Una nueva controversia enfrenta a ciudadanos y autoridades municipales en Riobamba. Todo empezó el pasado 20 de septiembre, durante el festival Pinceladas de los Andes, organizado por el Municipio, que incluyó entre sus actividades el Pegambafest: una muestra de arte urbano donde varios colectivos plasmaron mensajes y diseños sobre hojas pegadas en muros del espacio público.
El conflicto surgió cuando esa intervención se realizó en el muro posterior del monumento al capitán Edmundo Chiriboga González, héroe riobambeño de la Guerra de 1941.
Para algunos ciudadanos, aquello fue una falta de respeto hacia un símbolo de la memoria local. Otros, en cambio, defendieron la propuesta como una forma de expresión artística que devolvía vida a un muro que, aseguran, se encontraba deteriorado.
Desacuerdo con el uso de ese espacio patrimonial
Incluso la asociación de ex estudiantes del colegio que lleva el nombre del héroe presentó su reclamo por escrito, manifestando su desacuerdo con el uso de ese espacio patrimonial. Ante la presión ciudadana, un grupo decidió cubrir con pintura blanca el mural, calificando su acción como “un acto de civismo y respeto por la historia local”, lo que avivó todavía más la discusión.
Las reacciones fueron inmediatas. Para Arturo Samaniego, ciudadano riobambeño, el episodio revela algo más que una simple diferencia de criterio. “Preocupa el desconocimiento de la historia, la falta de civismo y la inacción de las autoridades para conservar el legado patrimonial. Esto termina polarizando a la gente”, señaló.
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Otros ciudadanos apelan al valor simbólico del sitio. Recordaron que el monumento honra a un hombre que entregó su vida por la patria. “No se trata de poner colores donde a uno le parezca. Si el lugar recuerda a un héroe, usarlo como lienzo improvisado ofende a la memoria colectiva. Y si el Municipio lo permitió, eso habla de una falta de criterio en la custodia del patrimonio”, reflexionó Byron Cevallos.
Sin embargo, también hubo quienes manifestaron su respaldo al arte urbano y alentaron a que se brinden más oportunidades para los jóvenes. Muchos coincidieron en que el arte callejero embellece la ciudad y abre espacios de diálogo cultural, aunque reconocen que el sitio elegido no fue el adecuado.

En medio del debate, también surgieron voces que pidieron mirar el tema con más perspectiva. El artista urbano Fernando Flores consideró que lo ocurrido muestra la fragilidad del diálogo social. “Donde la censura abunda y se gestan discursos de odio, hay retroceso. Algunos líderes aprovechan la polémica para dividir y restar derechos. ¿De quién es realmente el espacio público?”, cuestionó.
Planteó que el problema no radica tanto en la pared sino en la forma en que se entiende el espacio público. “Está bien no estar de acuerdo” dijo, recordando que grafitis se han pintado durante años en esa misma pared, que en realidad es la parte posterior de la glorieta en memoria del Capitán Chiriboga, construida en el gobierno de Velasco Ibarra “¿Por qué ese mismo discurso de defensa patrimonial no se activó antes? De la misma forma indicó que en ese mismo lugar se han realizado batallas de rap desde hace más de una década y ahí entrenan los Bboys. (Breakdance) “Eso también es cultura y no ha denigrado al sitio. No es el lugar la discusión, es la libertad de expresión, es el espacio público”, aseveró.
"El arte también busca generar una reacción"
Los artistas también defendieron su intervención señalando que el muro estaba sucio, deteriorado e incluso era utilizado como urinario, por lo que su propuesta buscaba recuperar el espacio. “El arte también busca generar una reacción” señalaron a la vez que enfatizaron que si el sitio se encuentra descuidado, ello responde tanto a la falta de acción de las autoridades como a la ausencia de conciencia ciudadana sobre el cuidado del patrimonio.
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De su lado, el alcalde Jhon Vinueza defendió el Pegambafest como una muestra que da voz a los jóvenes y promueve la creatividad. “El paste up no es solo arte, es una forma de expresión. Nuestros jóvenes levantaron la voz y recordaron que la libertad también se escribe en las paredes. Londres y Buenos Aires apuestan por el arte, Riobamba también puede hacerlo”, sostuvo.
En las últimas horas, los ánimos se han intensificado entre algunos grupos que se pronuncian como defensores del arte y por otro lado quienes se autodenominan defensores del civismo. En redes sociales el intercambio de opiniones ha derivado en insultos de tono clasista y descalificaciones personales, lo que evidencia la falta de espacios para un diálogo respetuoso. El miércoles anterior, por ejemplo, varios jóvenes regresaron al sitio y realizaron un grafiti, supuestamente exigiendo libertad.
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