Usos. El barro del Gran Cañón, rico en minerales, es utilizado como mascarilla para turistas y habitantes.
Usos. El barro del Gran Cañón, rico en minerales, es utilizado como mascarilla para turistas y habitantes.Foto: Yadira Illescas/ EXPRESO

El barro es la herencia milenaria de la Amazonía

Los pueblos kichwas usan el barro para sanar y mantener el equilibrio con la naturaleza. Cada color posee un significado

En las entrañas del Gran Cañón, dentro de la finca El Paraíso, en Archidona, reposa un sitio sagrado de donde se extrae un barro rico en hierro y calcio

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Oswaldo Rodríguez, guía turístico del lugar, les enseña a los visitantes a untar su piel con la arcilla gris. “Este barro no solo limpia, también cura. Es un regalo de la tierra que nos protege de manchas y acné”, explica mientras indica a los turistas cómo colocarlo en el rostro.

Para las comunidades kichwas de Napo y Pastaza, el barro es un elemento sagrado, usado para curar enfermedades de la piel, aliviar dolores musculares y mantener el equilibrio energético del cuerpo y espíritu. También es la base para la elaboración de utensilios y piezas de cerámica que forman parte de su vida cotidiana y ceremonial.

Los colores del barro tienen un significado

En la medicina ancestral amazónica, el barro se aplica como cataplasma para tratar enfermedades de la piel y picaduras de insectos. Las mujeres mayores enseñan a diferenciar sus colores: el blanco (yurag allpa) para purificar, el rojo (puca allpa) para revitalizar y el negro (yana allpa) para desinflamar.

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En Sarayaku, Estela Dahua, maestra ceramista kichwa, continúa el legado familiar. “El barro lo recogemos en la finca, lo limpiamos y amasamos como si fuera pan. Cada color tiene su lugar de origen, y para dar brillo usamos la resina del shilkilly, traído desde Copataza. Las líneas más finas las pintamos con cabellos de bebé, porque son suaves como el susurro de la selva”, asegura la artesana.

Arte que sana y cuenta historias

Más allá de la medicina, el barro es arte. Sandra Montahuano, de la parroquia Madre Tierra (Mera), lo transforma en pilches o mocahwa, vasija tradicional usada para la chicha, floreros y collares, que vende a turistas junto con comidas típicas y recorridos por su jardín botánico.

Artesanía. Mujeres kichwas moldean con técnica el barro en vasijas.
Artesanía. Mujeres kichwas moldean con técnica el barro en vasijas.Foto: Yadira Illescas/ EXPRESO
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“Cada pieza tiene la energía del bosque. Cuando trabajamos el barro, sentimos que nuestros ancestros nos acompañan”, comenta la mujer.

En su comunidad, la recolección de barro es un acto colectivo que puede durar un día entero. Se limpia de impurezas, se amasa y se moldea con paciencia. Luego, la pieza se cuece al fuego y se pinta con tintes minerales, los cuales contienen diseños heredados.

Para los sabios amazónicos, el barro no es un simple recurso. Es un vínculo con la Pachamama que mantiene la salud física y el equilibrio espiritual. Usarlo implica respeto por el lugar de extracción y gratitud hacia la naturaleza.

“El barro es memoria viva. Nos recuerda que la selva nos alimenta, nos cura y nos enseña a vivir en equilibrio”, dice Rodríguez.

  • Tradición. En la Amazonía, el barro es medicina, arte y símbolo espiritual. La sabiduría ancestral perdura en la selva ecuatoriana.

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