
Ejército destruye campamento de minería ilegal en Quilanga
El Ejército Ecuatoriano desmanteló un centro de minería ilegal destruyendo maquinaria pesada
En medio de un escenario cada vez más crítico por el avance de la minería ilegal, el Ejército Ecuatoriano ejecutó una operación militar decisiva en la provincia de Loja, específicamente en el cantón Quilanga. La intervención se llevó a cabo en la zona del río Pindo, sector TUBURO, donde se identificó un campamento clandestino dedicado a la extracción ilícita de minerales, el cual fue inmediatamente neutralizado por los uniformados.
En el sitio, los soldados destruyeron una máquina excavadora KOMATSU modelo PC200LC-8, una clasificadora tipo Z, una bomba de succión industrial marca DEUTZ y tres bombas de agua HONDA. También fueron inutilizados dos canalones grandes, tres bateas para lavado de oro, una caneca con 5 galones de combustible tipo diésel (CLDH) y un campamento con capacidad para albergar a 10 personas. Toda esta maquinaria era utilizada para el saqueo ilegal de los recursos minerales del país.
El área afectada por esta actividad ilícita era de aproximadamente 800 metros cuadrados. Según los técnicos de la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales No Renovables (ARCOM), todo el material fue destruido en el mismo sitio de forma controlada, en cumplimiento de la Ley de Minería vigente en el Ecuador.
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Otras operaciones militares contra la minería ilegal
Esta acción militar forma parte de una serie de operativos que las Fuerzas Armadas vienen ejecutando en sectores estratégicos de la frontera sur, en su lucha frontal contra las mafias de minería ilegal que no solo vulneran la soberanía nacional, sino que además provocan daños irreparables al medio ambiente y ponen en riesgo la seguridad de las comunidades rurales.
La población del cantón Quilanga, históricamente caracterizada por su relación armónica con la naturaleza, ha mostrado su preocupación por el avance de este tipo de actividades clandestinas. Algunos moradores, que prefirieron no identificarse, celebraron la intervención militar y exigieron mayor presencia del Estado para evitar que estos grupos delictivos sigan depredando los ríos y montañas de la zona.