Árboles Guayaquil
Proyecto. Los miembros del gremio y sus familias llegaron a El Tablazo para intentar ponerle algo de color y vida al espacio.Joffre Lino

“Darle sombra a Santa Elena será nuestro mejor legado”

Los adultos mayores toman la iniciativa de oxigenar un cantón que quema.  Plantan árboles en un parque ahora seco

Se cansaron de que Santa Elena no tenga sombra, de que sus parques apenas cuenten, con suerte, con uno que otro árbol, y que las calles del cantón hiervan todo el tiempo. Por ello, hace apenas unos días, el octogenario Édgar Frías llevó canecas llenas de agua, abono y una pala hasta lo alto del cerro El Tablazo para sembrar árboles.

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Frías forma parte de la Asociación de Jubilados 18 de Agosto, que busca, según han dicho sus integrantes, plantar una especie para oxigenar al territorio, carente de áreas verdes y espacios que sean amigables, sobre todo para el adulto mayor.

“Hemos iniciado un plan que esperemos que se replique en todos los barrios, no solo de Santa Elena, sino de la Península. No solo queremos, sino que necesitamos que toda la provincia sea verde. Necesitamos respirar oxígeno puro. Darle sombra a la ciudad será nuestro mejor y más preciado regalo”, expresó Frías.

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El adulto mayor, especialista en literatura, creó varias frases en honor al guayacán que sembró. “El hombre debe entender que sí somos racionales, en la existencia planetaria hay que respetar a la vida en sus variadas formas. Es de amigo, de hermanos, seguir viviendo con apoyo mutuo”, se leyó en su escrito.

Meta.El gremio ha plantado ya 150 árboles de los 500 que sembrarán en una primera fase. Exhortan a que la causa se replique. 

Frías dijo que él y sus compañeros están conscientes de que es poco tiempo que les queda en la tierra, pero quieren dejar un legado en favor de la naturaleza y a las futuras generaciones. “Esta es la mejor manera de reparar el daño que quizás de manera inconsciente hemos causado”, explicó.

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Sueño con que Santa Elena y la provincia en sí sea verde y no más gris. Nuestro espacio público, hoy solo de cemento, debe oxigenarse, todo quema. Urge rodearnos de vida.

Narcisa Moreira
educadora

Simón Saltos preside la agrupación, fue educador y al momento de la siembra recordó las clases de botánica que impartió en las aulas.

“Las plantas son seres vivos como nosotros, por eso hay que darles cariño y cuidado”, pensó, mientras procedía a la siembra. Luego colocó agua en el hoyo donde ya estaba sembrado el pequeño árbol para después sentarse en la tierra.

Saltos estima que Santa Elena necesita miles de árboles y ante esta realidad la sociedad no debe ser indiferente, reflexiona. “Hay que hacer conciencia ecológica, nosotros estamos dando el primer paso y esperamos que esto se replique en todo el cantón, en Salinas y La Libertad. Nuestra Península quema”, enfatizó.

Muy contenta se la vio a Narcisa Janeth Moreira, quien fue educadora de ciencias naturales. Ella sembró la especie Fernán Sánchez, que alcanza los 17 metros de altura, tiene copa frondosa y raíces profundas.

En total fueron 150 los árboles que la asociación ya plantó. La primera meta es plantar 500 árboles maderables en El Tablazo, que pese a ser un área verde, carece de sombra, como lo han asegurado en repetidas ocasiones los turistas.

Santa Elena
En El Tablazo se plantaron 150 árboles, en total sembrarán 500.Joffre Lino

Para el ciudadano Marco Yagual, la reforestación que están efectuando responde a una necesidad debido a la explotación de la que ha sido objeto el cerro El Tablazo, que es la elevación más alta que tiene Santa Elena.

“Antes todo esto era lleno de árboles, pero fueron talados. Del cerro se extrae material pétreo, las autoridades deben terminar esto. Ya basta de atentar contra la naturaleza”, enfatizó.

La acción que hemos iniciado es la mejor manera de reparar el daño que el hombre le ha hecho a la naturaleza. Queremos sembrar vida para las generaciones que vienen.

Édgar Frías
miembro de la Asociación de Jubilados 18 de Agosto

La tarea emprendida se va a replicar en otros sectores, incluido el balneario Montañita y la parroquia Ancón, patrimonial, explicó el ingeniero agrónomo Washington Reyes, quien está al frente del área de parques y arborización del Municipio de Santa Elena y es quien con los jubilados coordinó ahora la tarea.

“El ente al que represento está dando todo el aval para actividades. A los jubilados le estamos dando todo el asesoramiento técnico para que las plantas crezcan sin inconvenientes. Se espera este año sembrar diez mil árboles en diferentes sitios”, aseveró.

No obstante, para la ciudadanía “este asesoramiento” resulta tardío e insuficiente por parte del Municipio. “Es el Cabildo el que debió emprender solo y hace mucho tiempo proyectos de este tipo, cuyos aplausos se merecen nada más que los adultos mayores de esa asociación. Si ellos no daban el paso, nadie más lo iba a hacer. Es increíble que ni en este cantón, ni en Salinas ni en Libertad exista un parque como el de La Carolina, en Quito, o el de Samanes, en Guayaquil, que sin embargo requieren de más y más parques. En todos estos territorios las áreas verdes han sido consideradas la última rueda del coche. Los alcaldes no tienen ni idea de lo que realmente importa para vivir bien”, señaló Camila Aguiñaga, residente de Ballenita, otra zona donde -apunta- no hay zonas que permitan ni faciliten la convivencia en los barrios.

arboles Santa Elena
Carencias. Lo que se ve en esta calle de La Libertad se replica en los barrios de Santa Elena y Salinas. No hay suficientes árboles, pero sobra maleza. Los canales de agua están insalubres.Joffre Lino
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En Salinas, por ejemplo, señaló Doménica Campos, quien habita en La Milina, urgen áreas de recreación. “Los alcaldes creen que porque tenemos playa estamos destinados a vivir solo ahí. Mentira. Nosotros necesitamos canchas, áreas de juegos para los niños, máquinas geriátricas. Urgen pérgolas, piletas, camineras. Urge todo, pero evidentemente su prioridad es otra. Una muy distinta a la que sugieren no solo los urbanistas y el planeta”, sentenció.

Nadia Argüello, también de Salinas, sueña con ver los parterres llenos de vida y colores. Para ella resulta absurdo que apenas uno ingrese a la Península solo se vean metros y metros de cemento. “¿Por qué nadie le apuesta a tener árboles frondosos en el parterre, desde que inicia Santa Elena hasta la punta de Salinas. ¿Se imaginan lo hermoso que sería tener guayacanes de todos los colores? Sería mágico, además de que el aroma que emanaría sería único. Eso es convivir con la naturaleza”, señaló. 

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