
El currulao, una herencia musical de cortejos de la cultura afroesmeraldeña
El baile es una muestra de galantería; si la mujer mira al caballero y le sonríe, está aceptando su invitación
Las caderas se menean al ritmo de las olas del mar del Pacífico. Suben y bajan con lentitud. Están vestidas con faldones largos y coloridos que representan alegría y pasión. Sus hombres, un tanto descubiertos, de vez en cuanto se tambalean de adelante hacia atrás sobre todo cuando ellas, con manos en las cinturas, dan señales de querer, pero de resistirse a la vez ante la propuesta. Llevan turbantes que son su corona, ya que en este baile en específico ellas son las reinas.
Por su parte los hombres inician con un movimiento más energético que indica galantería y atrevimiento, dando vueltas alrededor de las damas, también descalzos y sin quitarles la mirada. Ellos se toman de sus sombreros mientras alzan sus pañuelos y con movimientos vertiginosos indican que están muy interesados en ese cortejo.
Este es el baile del currulao, una danza de enamoramiento de la región del pacífico que la cultura afroesmeraldeña ha adaptado como el ‘bambuqueao’.
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“Se le dice bambuqueao porque se usa el género del bambuco como música. Esta es una danza de cortejo, como una herencia tradicional de nuestra cultura afroecuatoriana”, menciona a EXPRESO, el gestor cultural en la Isla Trinitaria de Guayaquil y dirigente del grupo cultural de danza de marimba Anjoa, Orlin Montaño.

El ‘bambuqueao’, como lo expresa Montaño, es conocido también como bambuco, una danza que se distingue del resto de bailes de marimba por su elegancia y apasionante interacción entre las parejas al ritmo de tambores, cununos y guasá.
UNA HERENCIA TRADICIONAL DE NUESTRA CULTURA
Cuando en medio de la danza, la mujer mira al caballero, le sonríe o se le acerca moviendo todo el cuerpo, eso es sinónimo de que ha aceptado su propuesta de enamoramiento y es así que este último como poseído y extasiado, zapatea fuerte y rápido de tanta emoción, que parece sostenerse en el aire por varios segundos. El cortejo ha tenido éxito.
“Es una danza muy bonita, una muestra llena de alegría de cómo nuestros antepasados se enamoraban y cómo celebraban el hecho de haberse correspondido”, cuenta a este medio Grimio Lerma, también gestor cultural, artesano de la cultura afro y uno de los músicos del reconocido grupo de marimba ‘Torbellino’, en el norte de Esmeraldas.

De acuerdo a lo que explica Grimio, existe una diferencia entre el currulao que se danza en la zona del pacífico de Colombia que es un baile más lento, con el currulao que se danza en Ecuador, en el que los pasos son más rápidos e intensos. De ahí que se lo conozca más como bambuqueo o bambuco entre los afroesmeraldeños.
“En Colombia, sus ancestros les enseñaron que esa era la forma de bailar esta danza de cortejo. A nosotros en Ecuador, nuestros antepasados nos enseñaron que el ritmo debe ser un poco más rápido. Pero en ambos casos, el sentimiento que se transmite en el baile es profundo, de amor”, detalla Lerma.
Esta danza es acompañada por un grupo de cantores que dan las pautas del baile al son de la mezcla de los instrumentos y por sus gritos agudos y melancólicos que denotan enamoramiento y alegría.

Este baile es un tesoro de la cultura esmeraldeña que grupos como Torbellino o Anjoa mantienen vigente en las nuevas generaciones de afroecuatorianos, a través de las diferentes presentaciones folclóricas en provincias como Esmeraldas y Guayas, donde existe un alto índice de población afro.
“Tanto la música como los bailes de marimba son un aporte muy significativo para nuestra identidad étnica cultural, de los pueblos afroecuatorianos y que es parte de la riqueza folclórica y cultural del país en general”, concluye Montaño.
Tanto en Esmeraldas como Guayaquil, de la mano de Torbellino y Anjoa, se realizan constantemente bailes como el currulao o bambuco en diferentes barrios, en los que se invita a los niños a ser parte de esta experiencia y así mantener viva una de las más coloridas y emocionantes herencias folclóricas afroesmeraldeñas.
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