
Con barcazas, la Libertad festejó la procesión de la Virgen del Mar
El festejo de devoción perdura en la Península desde hace 40 años
Con el vaivén de las olas, música de banda y corazones agradecidos, el mar del cantón La Libertad se convirtió, una vez más, en escenario de una manifestación de fe y cultura profundamente arraigada.
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Cientos de personas participaron en la tradicional procesión marítima en honor a la Virgen del Mar, patrona del sector La Carioca, celebración que se realiza cada tercer domingo de junio desde hace cuatro décadas.
La festividad tiene como protagonistas a los pescadores artesanales y sus familias, quienes, con devoción y esperanza, engalanan sus embarcaciones para acompañar a su patrona en un recorrido náutico que parte desde la costa libertense y se extiende hasta la icónica Puntilla de Santa Elena.
La imagen de la Virgen del Mar es colocada en el barco del prioste principal, decorada con flores, telas coloridas y banderas. Junto a ella viajan autoridades locales y devotos que elevan oraciones y cánticos durante todo el trayecto.
Surcan las aguas como símbolo de gratitud por los frutos del mar
La tradicional banda de pueblo aporta la nota festiva, mientras las embarcaciones, convertidas en ofrendas flotantes, surcan las aguas como símbolo de gratitud por los frutos del mar y la protección divina en cada faena.
“Para nosotros, la Virgen del Mar no solo es una imagen, es una madre que nos cuida cuando salimos a pescar. Ella nos da esperanza”, expresó emocionado Narciso Marcillo, pescador del sector.
Al finalizar el recorrido marítimo, la celebración se traslada a tierra firme, donde la playa se transforma en un espacio de encuentro comunitario. Allí se desarrollan actividades culturales, presentaciones artísticas y, como cada año, una feria gastronómica que exalta los sabores del mar: ceviches, arroz marinero, camarones apanados, entre otros manjares típicos de la costa ecuatoriana, deleitan a propios y visitantes.
Juan Pazmiño, funcionario municipal y uno de los coordinadores del evento, destacó que esta celebración “es una muestra viva de que La Libertad es una tierra de historia, cultura y tradición. Es maravilloso formar parte de este legado que se transmite de generación en generación”.
La figura de la Virgen se ha convertido en símbolo de amparo frente a la incertidumbre del mar, y su celebración ya forma parte del patrimonio afectivo de los libertenses.
Tradición y espiritualidad
“Esta festividad no solo representa una expresión religiosa, sino que también es una manifestación cultural que fortalece los lazos comunitarios y la identidad costera”, subrayó el comunicador Francisco Sandoval.
“Cada año, la fe navega sobre las aguas de La Libertad, recordando que en el cruce de religiosidad, tradición y cultura, se construye la memoria viva de un pueblo que encuentra en su mar no sólo sustento, sino también espiritualidad”, comentó el historiador peninsular José Villón Torres.
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