Claudia Tobar: Los pensamientos, la peor amenaza

Buscar ayuda es indispensable, y apoyarnos como comunidad es parte esencial de la solución
Todos tenemos miedos y preocupaciones, estos nos persiguen en forma de pensamientos. Crecen en las noches, presentándose de manera repetitiva. La realidad es que, para muchos, esas preocupaciones se vuelven crónicas y se transforman en ansiedad.
La ansiedad es una reacción natural del cuerpo, diseñada para protegernos. Es un mecanismo de supervivencia que nos indica que hay peligro o que debemos poner más atención a algo que representa una potencial amenaza. Lo que ocurre hoy en día es que casi cualquier cosa puede activar esa alarma. Basta con ver las redes sociales o sintonizar las noticias para que nuestro cuerpo se erice ante los potenciales peligros que se presentan.
Esos peligros pueden ser reales o no, pero para nuestro cerebro lo que importa es lo que proyectamos en forma de pensamientos. La sensación corporal que estos pensamientos provocan puede incluir aumento del ritmo cardíaco, sudoración, temblores en las extremidades, contracción muscular, entre otros síntomas. Estos pensamientos son, en sí mismos, la amenaza más peligrosa. Poco a poco, para evitar esas sensaciones, la persona empieza a perder su libertad y calidad de vida por culpa de su mente.
Aunque los datos específicos son limitados, encuestas nacionales de salud mental sugieren que al menos uno de cada 10 ecuatorianos experimenta síntomas significativos de ansiedad en algún momento de su vida. La ansiedad no solo afecta el estado de ánimo, sino que tiene graves consecuencias para la productividad y la salud, dos factores que inciden directamente en la economía del país.
La ansiedad, como condición dentro del espectro de la salud mental, es un debilitador para la sociedad. Tratada a tiempo, muestra mejoras importantes. Es momento de que las aseguradoras cubran los tratamientos para esta dolencia, que también actúa como una forma de prevención frente a otras enfermedades.
Si bien cada vez más personas sufren de ansiedad, no podemos normalizar vivir con un estrés crónico. Buscar ayuda es indispensable, y apoyarnos como comunidad es parte esencial de la solución.