
Sette llega a Quito con su himno del despecho latino
El artista colombiano dará un recital el viernes 5 de diciembre. Los temas de su nuevo álbum serán parte de la velada
Lo primero que Sette quiere dejar claro es que su historia con la música no empezó en un estudio, sino en la sala de su casa, entre guitarras y tías emocionadas. “Mi amor por la música nace de ver a mis papás, a mi familia siempre como como ellos dicen vulgarmente 'surronguear' la guitarra, componer, estar en tertulias familiares”, recuerda. Ese entorno lo impulsó a cantar desde pequeño, casi como acto reflejo.
La adolescencia lo encontró componiendo en Medellín, justo cuando el reggaetón empezaba a transformarse en industria. Sette era parte de ese ecosistema de pelados soñando que terminarían moldeando una escena. “Éramos un grupo de pelados soñando y empezamos con un estudio que se llama Tesla… ahí empiezan a nacer como todo lo que es la nueva ola de ese reggaeton y esos compositores”, cuenta.
Con el tiempo trabajaría con figuras como Farina, Piso 21, Silvestre Dangond, Ñengo Flow, Farruko y Alejandra Guzmán. Fue un ascenso silencioso pero frenético, construido desde la composición y no desde el micrófono.
Los temas propios
Pero después de escribir para tantos otros, decidió que era momento de cantar para sí mismo. Entre más de cien canciones, seleccionó diez y nació “Para no llorar”, un álbum que toma sentimientos específicos y los convierte en historias reconocibles.
“Es un álbum un poquito egoísta, pero es un álbum muy sincero donde el que lo canta se atreve a expresar que hay que pedir perdón, que uno necesita el amor propio, y que a veces hay cosas que dejar”, explica. Las canciones tienen nombre y rostro, incluso si no aparecen en la portada. “Si el álbum no tuviera el nombre de ‘Para no llorar’, tendría nombres de personas”, dice risueño.
El flechazo con el regional mexicano no fue casualidad ni oportunismo, aunque la tendencia ayude. Para Sette, fue un vehículo para narrar emociones sin solemnidad. “Adoptamos el pop y lo regionalizamos un poquito, pero no deja de ser pop”, dice. Lo adopta como carta de presentación, sin casarse para siempre. De hecho, ya anticipa un segundo disco “muy diverso”, con pop, boleros, baladas y hasta salsa, porque la aspiración no es una etiqueta, sino la versatilidad.
Su nuevo sencillo, “Lo que fue fue”, se ha hecho viral y surge desde un lugar universal: el despecho.
“Hemos adoptado los nombres de los tragos como consejeros… también esa cuestión muy dominguera de nuestra cultura de ir a misa y estar pidiendo perdón”, cuenta. La canción, dice, habla del que se obsesiona, insiste, y no deja ser feliz al otro: “Muchas veces nos pasa eso, a mí me ha pasado… y no solamente me ha puesto a escribir, sino que también me ha frustrado un montón porque es no permitirle a la otra persona ser feliz”.
Un encuentro con los fans
El álbum se lanzó el 21 de noviembre y las reacciones han sido, para él, una mezcla de sorpresa y complicidad. “La gente va llegando poco a poco y dice, ‘esta es mi canción favorita’… se va identificando”, cuenta. Cada pieza funciona como espejo según el momento vital del oyente: despecho, duelo, orgullo, aceptación. “Es muy bacano ver a la gente como se identifica con ciertas canciones y estar ahí como en el top de los artistas que han escuchado, es muy bonito”.
En Ecuador, donde está promoviendo el disco, el vínculo ha sido inesperadamente cercano. “Es muy bonito ver ese proceso porque vas creciendo con ellos y ellos se van haciendo parte de tu familia”, dice. Ya tenía fans ecuatorianos antes de publicar su primer álbum, algo que lo tomó por sorpresa. En estos días, entre saludos, encuentros y planes, anticipa que “va a ser muy bonita la experiencia de volvernos a encontrar”.
Sette se presentará el viernes 5 de diciembre en La Chulla Farra 40, en La Bikina (Av. República y Martín Carrión), con repertorio del álbum y su nuevo sencillo “Lo que fue fue”, ya disponible en plataformas digitales.
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