Editorial | Justicia: urge un cambio contundente
La penetración de redes criminales en los organismos de justicia y el abuso de poder han profundizado la crisis
La desconfianza en las instituciones del Estado, y en particular en el Sistema de Justicia, es uno de los problemas más graves para nuestra convivencia democrática. La percepción ciudadana de indefensión es cada vez mayor: la justicia está valorada como uno de los actores públicos con menor nivel de confianza, situación que erosiona el Estado de derecho y dificulta la convivencia pacífica. Este descrédito surge de fallas que se han vuelto estructurales y que van desde la interferencia política en designaciones y procesos, hasta el impacto de la corrupción en distintas instancias del Poder Judicial. Las evidencias de impunidad y las acciones selectivas o de persecución han terminado por confirmar que la justicia en el Ecuador no es igual para todos. Más aún, la penetración de redes criminales en los organismos de justicia y el abuso de poder han profundizado esta crisis de credibilidad. Para cualquier sociedad que aspire a fortalecer la convivencia y la seguridad, esta situación resulta inaceptable e insostenible.
Es apremiante que se emprendan reformas integrales que garanticen independencia, transparencia y rendición de cuentas en la justicia. Una justicia imparcial y confiable es la garantía para que en una sociedad tanto obreros como empresarios y ciudadanos comunes puedan desenvolverse sin temores y con seguridad, amparados en el marco legal vigente. Urge un giro de timón contundente.