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Pablo Ruiz cantante argentino
El cantante argentino Pablo Ruiz ha expresado varias veces su cariño por Ecuador, país donde tiene una gran base de fans, quienes precisamente han hecho posible su presencia en Guayaquil.Pablo Ruiz

Pablo Ruiz: “Ahora hago lo que quiero en mi carrera y en mi vida”

El artista argentino cantará en Guayaquil el sábado 13 de diciembre, para recorrer su larga discografía llena de éxitos

El cantante argentino Pablo Ruiz (Buenos Aires, 1975) publicó su primer disco como solista en 1987, cuando tenía apenas doce años, aunque ya tenía experiencia en el medio como parte del programa infantil Festilindo de su país y había incursionado en la TV como extra en la serie Señorita maestra, que se transmitió en Ecuador en los ochenta.

Así que desde pequeño, Pablo creció entre cámaras, ensayos, estudios de grabación y conciertos. Un entorno que para alguien con su sensibilidad y talento constituye una maravillosa fuente de aprendizaje. 

Y él, al igual que todo chico de su edad, absorbía como una esponja todo lo que podía acerca de los secretos de la música y la interpretación, conocimientos que hasta el día de hoy lo acompañan y sustentan su carrera.

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Aunque no solo aprendió sobre música, sino también sobre ética de trabajo y disciplina, a manejar los halagos y las críticas y principalmente que la industria musical, como todo negocio, tiene sus trampas. 

Algo que aprendió de la manera más dura, tras verse cercado con contratos injustos que incluso por un tiempo le impidieron cantar sus propias canciones. Esos sinsabores, no obstante, forman parte del pasado, ahora que es el dueño absoluto de su carrera y sus decisiones.

De todo eso y más conversamos con Pablo Ruiz, quien se presentará en Guayaquil el sábado 13 de diciembre en el Salón Río Amazonas del Centro de Convenciones del Mall del Río, en un show en el que recorrerá sus casi cuatro décadas de carrera con su público fiel. 

Además del show, el boleto incluye ‘meet & greet’, foto personal con el artista, cena buffet navideña, bebidas soft ilimitadas y fiesta.

¿Qué tan relevante sigue siendo para usted como artista su etapa infantil? Se lo pregunto porque hay quienes suelen marcar distancia de sus orígenes, para evitar aferrarse al pasado.

Creo que el Pablo Ruiz de ahora tiene mucho que ver con el Pablo Ruiz de antes, cuando era chiquito. Si no hubiera existido Mi chica ideal, Oh mama!, ella me ha besado o Malagueña, no habría forjado tanta alianza con la gente y no me seguirían pidiendo como artista.

De todas maneras, sus álbumes evidencian una evolución constante.

Si bien mi estilo ahora es diferente, más moderno, siempre mi música y creatividad van de la mano con lo que soy. Creo que toda la música que hago hoy en día, siempre se basa en lo que he sido como artista desde chico.

En su tercer disco, Océanos (1988), aparece su versión de La Malagueña. Fue una apuesta arriesgada, sabiendo que iban a ser inevitables las comparaciones con el tema original o los covers de otros artistas. Más aún para un artista de su edad.

Yo en esa época aún no componía, tenía 14 años. Tenía el mismo productor que Luis Miguel (Rubén Amado), quien la había cantado ya, pero en guitarra o con mariachi. Rubén vino con la propuesta de esta Malagueña más moderna. Y fue un exitazo porque pegó mucho en la juventud, que era el público al que yo representaba.

Cuatro años después, en su quinto disco, Irresistible (1992), lanzó la canción El rincón prohibido, que por su contenido sensual y erótico mostraba que usted ya había dejado de ser un niño.

Yo tenía 17 años y causó mucho revuelo el video. Era como la ‘primera vez de Pablito’. La música y la letra hablan de una ‘primera vez’, y muchas chicas se sentían reflejadas. Mucha gente, en general, porque íbamos creciendo a la par.

Se habló mucho del videoclip, que fue calificado como ‘escandaloso’ en aquel entonces.

Lo prohibieron en Chile, incluso. No se veía nada, pero fue muy comentado. Es una linda canción, la gente me la pide muchísimo, y la voy a cantar obviamente en Ecuador.

Además, chocaba con su pasado más reciente, más infantil. Y lo curioso es que es bastante inocente si la comparamos con el tipo de letras y videos que se hacen ahora, súper explícitos sexualmente.

Sí, ni punto de comparación. Yo era muy vanguardista en esa época. Había cambiado de productores. Ese disco lo trabajé con Miguel Blasco y Peter Felissatti, lo grabamos en España.

Me gustaría preguntarle por su disco Renacer (2010), que salió después de una pausa de más de una década. Me parece un disco muy alegre, quizás por esta misma razón.

Renacer se hizo con ese entusiasmo, claro, obviamente. Yo tenía temas míos que había compuesto en México y los logré poner en este disco. Eran temas que no se habían usado, porque en México grabé dos discos que no se editaron, por malas negociaciones con los mánagers que tenía allá. Renacer tiene esa festividad de que volví a grabar después de un montón de tiempo.

Se nota esa energía.

Pero si escuchas todo lo último, siempre hay canciones muy arriba, porque yo bailo mucho en el escenario. Me gusta hacer canciones con las que pueda mostrar mis dotes de bailarín. Yo creo que siempre esa fue una de mis cualidades: dar alegría en mi música, de mano con las baladas; pero me gusta cantar de manera que pueda interactuar con la gente y bailar, que es lo que le espera al público en mi concierto de este sábado 13 de diciembre en Guayaquil.

El rol de su hermano Cristian

Usted desde siempre se ha desenvuelto en el mundo artístico. Un entorno lleno de aprendizajes para un niño.

Sí. Aprendí muchísimo. Hoy en día, yo produzco mis propios discos con mi hermano Cristian. El último álbum, Rayo de luz, una señal de amor (2023), fue totalmente producido por ambos.

Su hermano siempre ha formado parte de su carrera.

Sí, él siempre fue cantante, después se casó y siguió su vida normal, pero empezamos juntos. Cuando yo estuve en Festilindo, él estaba en Delirio, un grupo de chicos tipo Menudo. Y su mánager fue quien me llevó a EMI, con la que firmé mi primer álbum como solista.

Aparte del aprendizaje musical y artístico, supongo que también desde pequeño se fue dando cuenta de cómo se maneja la industria musical. Todo el teje y maneje detrás.

Claro. Yo después de todo lo que viví de chico, que prácticamente fue una explotación de parte de los mánagers y las discográficas, hoy en día tengo mucha experiencia en eso. Ahora yo estoy atrás de todo lo que es mi carrera. Tengo gente que me ayuda en varios países, pero el creador y el que toma todas las decisiones soy yo.

Además, con las facilidades que dan las redes, es más factible que los artistas manejen su carrera sin esperar que una disquera o agente los ‘descubra’.

Sí y la verdad es que hoy todo lo que hago, lo hago por mí y para mí. No tengo gente que me esté explotando. Fue muy duro lo que viví de pequeño y adolescente.

Los artistas pueden moverse con cierta autonomía que les permite no depender de otros, ni que otros los sangren.

Exactamente, sí, sí. Fue una experiencia bastante fuerte, pero muy enriquecedora como persona. Ahora hago todo lo que quiero en mi carrera y en mi vida.

Usted también ha tenido sus participaciones en TV y cine.

Me encanta actuar. Estuve hace unos años en una película (Cuando dejes de quererme), y bueno, me encantaría seguir actuando. Me gusta, me gusta bastante.

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