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Shakira en Quito
Shakira deslumbró en el Atahualpa con un show que recorrió tres décadas de música.Karina Defas

Del árabe al pop: Shakira conquista Quito con show que recorre su historia musical

En el Olímpico Atahualpa, la colombiana combinó tambores africanos, fusiones árabes, pop, salsa, bachata, rock y balada

Desde el primer acorde, el Atahualpa se volvió un solo latido. Shakira emergió con un traje plateado brillante y gafas oscuras, acompañada por sus bailarinas y los afortunados fans que ganaron un lugar en la Caminata de La Loba. El rugido de la multitud anunció el inicio de la fiesta.

“Estoy aquí” fue la primera parada del viaje. Las gradas del norte explotaron en un coro que mezcló nostalgia e intensidad; muchos volvieron por un momento a la Shakira que les enseñó a amar la música.

Un viaje a sus raíces

Durante casi dos horas, la artista recorrió varias etapas de su carrera. En 'Puro Chantaje' desapareció hacia camerinos sin dejar de cantar; la pantalla gigante transmitió en tiempo real su trayecto hasta el cambio de vestuario, provocando gritos y expectativa.

La pasarela permitió encuentros íntimos con el público, que no dejó de cantar ni un segundo. En un giro emotivo, imágenes de la Shakira de cabello negro y pantalones de cuero anunciaron 'Pies descalzos', un guiño a sus inicios y a la esencia que la impulsó al mundo.

El espectáculo navegó entre percusiones intensas, guitarras y bases latinas. Los tambores africanos transportaron al Mundial 2010, mientras que las guitarras eléctricas marcaron su etapa más roquera. Ritmos caribeños encendieron las tribunas, mostrando cómo cada bloque del show era otro capítulo de su historia.

Shakira en Quito
La cantante colombiana fusionó ritmos latinos, árabes y africanos ante un estadio lleno.Karina Defas

Momentos memorables

El ambiente se apaciguó con 'Antología'. Miles de luces pulsaban desde los brazaletes entregados en el ingreso, cambiando de color al compás de la voz de Shakira. Fue uno de los momentos más íntimos de la noche.

Luego, la energía volvió a estallar. Una loba inflable se levantó entre luces y comenzaron a caer “shakidólares”, billetes con su rostro. El Atahualpa saltó y gritó al ritmo de “Las mujeres ya no lloran”.

Shakira en Quito
El público coreó cada éxito mientras Shakira conectaba con su energía y versatilidad escénica.Karina Defas

Entre canción y canción, Shakira se tomó un momento para compartir mensajes sinceros:

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“Se puede ser feliz soltero, casado, de un lado o del otro. Lo importante es que uno se sienta libre... El amor por el otro es muy bonito, pero es más bonito aún el amor propio”.

También agradeció al público ecuatoriano por la espera, arrancando una ovación.

Una artista sin fronteras

Más que un repaso de éxitos, el concierto fue una declaración artística: Shakira puede habitar cualquier género sin perderse en ninguno. Sus fusiones árabes, africanas, latinas, pop y rock convivieron en un mismo escenario, uniendo generaciones y resumiendo tres décadas de evolución musical.

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