
El Metal Fest resiste en Chile: crónica del viaje al nervio del underground
EXPRESIONES estuvo en Santiago en este gran evento de música extrema, que tras dos ediciones no se realizó en Ecuador en 2025
Tras las ediciones del Metal Fest celebradas en Quito en 2023 y 2024, este año lamentablemente el festival no se realizó en Ecuador, como se venía rumorando desde hace meses. Eso demuestra lo complicado que es lograr que este tipo de eventos se vuelvan sustentables, por una serie de causas entre las cuales es imposible no nombrar la dura situación económica del país.
Por fortuna, el festival sí se llevó a cabo en Chile, donde nació. La sede fue el Movistar Arena, aunque se redujo de dos días a solo uno, con un cartel con menos grupos internacionales, obviamente. Y también allá existen dudas sobre si será posible organizar la edición del 2026.
El guayaquileño Mario Roberto Aguilar, quien tiene más de quince años radicado en Chile, no dudó en emprender un viaje por carretera de 24 horas desde Iquique, donde reside, hasta la gran capital, para disfrutar de este festival que este año contó con dos escenarios: el Devil Stage, donde tocaron las siete bandas foráneas, y el Hell Stage, en la zona sur del recinto, destinado a las siete agrupaciones chilenas participantes (Terminal Prospect, Diametral, Nimrod, Boa, Squad, Poema Arcanus y Nuclear).
Él cubrió el evento para EXPRESIONES y cuenta desde dentro sobre los grupos participantes, los momentos más destacados y las actividades relacionadas con este gran concierto, que esperamos siga resistiendo como punto de encuentro de la música extrema en América Latina.
Un periplo de 24 horas desde Iquique a Santiago
Salí de Iquique a las 08:30 del sábado 10 de mayo, para llegar a Santiago a la misma hora del día siguiente. Un viaje tan largo puede intimidar a cualquiera, pero aproveché el tiempo para leer el libro Vampire Zine, que recopila el contenido de las ediciones originales de este fanzine clave en los orígenes del movimiento metalero en Chile, para continuar con mi eterna investigación sobre viejas bandas subterráneas.
Además, siempre es un placer apreciar el hermoso paisaje desértico que ofrece Chile, mientras atravesamos puntos como Antofagasta o La Serena. Más aún sabiendo que al final del camino nos esperaba el cemento de Santiago, la gran metrópoli.
Como llegué el domingo en la mañana, me perdí el concierto que se realizó el sábado por la noche con grupos chilenos como Blemish, Kythrone o Execrator, grupo de Álvaro Lillo (bajista de Watain de Noruega, que tocó en Chile en noviembre pasado). Pero, bueno, no debía lamentarme sabiendo la calidad de bandas que vería en el Metal Fest.
Hay que considerar que hubo grupos de diversos estilos, lo que congregó a metaleros de diferentes nichos. Nile (EE. UU.), la banda de Karl Sanders, comenzó a las 13:45 descargando su death súper acelerado, en un set para calentar motores. Ellos están en plena gira promocional de The Underworld Awaits Us All (2024), su décimo disco de estudio.
También disfruté mucho el show de los eclécticos Voivod de Canadá, aunque lamentablemente en esta ocasión no tocaron el cover de Pink Floyd Astronomy domine, que sí interpretaron en una anterior edición del Metal Fest. De la formación original solo quedan el cantante, Snake, Denis Bélanger, y el baterista, Michel ‘Away’ Langevin. Durante su presentación, entre el público pude distinguir incluso a músicos de Poema Arcanus de Chile.
Los siguientes fueron los ingleses de Paradise Lost, íconos del doom metal a nivel mundial. Ellos anunciaron que en el Maryland Deathfest XX, que se realizará en este mes de mayo, tocarán íntegro su disco Draconian times, que cumple tres décadas, así que había mucha expectativa de que acá sucediera lo mismo. No obstante, en el Chile Metal Fest hicieron lo que tenían que hacer: tocar los temas que la gente quiere escuchar, haciendo un recorrido por su discografía, que abarca desde sonidos más death metal hasta el rock alternativo y el gótico.

Para cuando le llegó el turno a Carcass (death grind), el Movistar Arena ya estaba repleto. Recordemos que a pesar de ser una banda extrema, se logró colar en el ‘mainstream rockero’ gracias a la carga melódica que incluyeron en su sonido y a la fuerte rotación que tuvieron sus videoclips en los noventa. En Chile la gente los adora.
Le siguió el grupo heavymetalero inglés Saxon y como no soy muy adepto a su música decidí ir al pabellón destinado a las bandas de Chile, donde en ese momento se estaba presentando Boa, con mucha influencia del metal gringo noventero tipo Machine Head y Fear Factory, o incluso de los chilenos Criminal de la primera época.
Luego volví al Devil Stage para ver a Sabaton, de Suecia, y aunque a priori su power melódico no me llamaba la atención, debo admitir que tuvieron una intensa interacción con el público, que quedó contentísimo.
Y para cerrar, Kerry King, conocido a nivel mundial por haber sido el guitarrista de Slayer, era el nombre estelar del cartel con su proyecto personal, que incluye al baterista Paul Bostaph (otro ex-Slayer), el guitarrista Phil Demmel (ex Machine Head), el bajista Kyle Sanders (ex-Hellyeah) y el cantante Mark Osegueda, procedente de una de mis agrupaciones favoritas, Death Angel, lo cual hizo que valiera la pena verlos.
Tocaron canciones de su primer disco, From hell I rise, el cual desde mi punto de vista suena más al Death Angel de la última etapa (quizá para alejarse un poco de su pasado) que a los propios Slayer, de los que también tocaron temas obviamente, haciendo que la gente enloqueciera, cerrando de buena manera la edición de este año, que esperemos no sea la última.
El poder de la escena chilena
Debo reconocer que, a pesar de los grandes nombres internacionales del cartel, una de mis motivaciones para asistir al Chile Metal Fest fue ver a los grupos locales Nuclear y Poema Arcanus, al igual que gran parte del público chileno, que conoce perfectamente la calidad de su escena.
Poema Arcanus, a quien he podido ver en anteriores ocasiones, demostró por qué es un referente del doom latinomericano y se ha ganado el respeto del ‘under’ mundial. El público se sabe las letras de sus temas, que cantan con sentimiento, volviéndose uno con los músicos, en un momento de intensa comunión.
Tuve la suerte de conversar con ellos y comprarles su primer disco, Arcane XIII (de 1999), uno de los más importantes del doom metal de la región, junto con el Ethereal de Dies Irae (México) o El rostro que llevamos dentro de Total Death (Ecuador), por solo nombrar un par de referentes.

Por su parte, Nuclear es sinónimo de brutalidad y guitarras cañeras, con su vocalista, Matías Leovicio, sumándose al público en el headbanging (movimiento intenso de la cabeza al ritmo de la música). Incluso, mucha gente esperó a que terminara todo el set de Nuclear para ir a ver a Kerry King.
Lo único que no me gustó fue que ambos tuvieron un set breve, de apenas cinco canciones, demasiado poco para dos monstruos del metal que se hace en el continente.
Actividades anexas
Hubo actividades anexas, como la firma de autógrafos de los chilenos Criminal, en el lounge del salón Jack Daniels del Movistar Arena; o la exposición del diseñador belga Christophe Szpajdel, creador de logos de grupos como Emperor (Noruega) y Enthroned (Bélgica), quien dio una charla para alumnos de la Facultad de Diseño de la Universidad Diego Portales.
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