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Melissa Ramírez, abogada
Con 33 años, Melissa pudo combinar su profesión con su capacidad para emprender.Cortesía.

Melissa Ramírez: asesoría legal a un solo click

La llegada de la pandemia y el despido inesperado de su trabajo llevaron a esta abogada a dar un paso más en su desarrollo profesional.

Junio de 2020 estaba muy lejos de ser un mes favorable para encontrar un nuevo trabajo. La pandemia por la COVID-19 la había dejado sin empleo y el gobierno ecuatoriano ya había puesto en marcha la cuarentena estricta.

En ese momento de incertidumbre, Melissa Ramírez (33), abogada especializada en Derecho Público con una maestría en Gestión Pública en el Tecnológico de Monterrey, empezó a proyectarse en el mundo digital para volcar ahí toda su experticia como abogada. Y aunque los tiempos puertas adentro parecían ir en contra, sus ideas salieron a flote.

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En septiembre comienza a potenciar Digital Lawyer, un proyecto pensado para asesorar a otros emprendedores con el fin de que tengan bases legales sólidas. Con esta propuesta dejó a un lado las rutinas extenuantes de oficinista para empezar a hacer su propia marca y ejercer la abogacía desde lo online.

  • Vivir lo que las aulas no enseñan

Lo administrativo, societario, laboral, público y regulatorio son los temas del derecho en los que disfruta explayarse mientras se conversa con ella. Sin embargo, tiempo antes de iniciar sus doce años de trayectoria como abogada, Melissa cuenta que, siendo muy joven, demostró su gusto por emprender en temas tan diversos que van desde vender ropa hasta abrir una academia de acrobacias aéreas.

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“Tenía 20 años cuando, en sociedad con Nathalie Zevallos, lanzamos Acro Pole. Éramos aún estudiantes de universidad y por esa experiencia conozco el sube y baja de lo que significa emprender, la cantidad de tiempo que debes invertir, así como la frustración que se puede generar por la burocracia gubernamental. Siempre digo que aquella academia fue mi maestría de la vida real de un emprendimiento. Viví lo que no enseñan en las aulas”, sostiene.

Las maniobras en tela desde las alturas fueron quedando a un lado y con su amiga decidieron vender la academia. Cada una tomó rumbos distintos, Nathalie empezó Mommycare, en tanto que, para Melissa, la gestión pública se convirtió en una de sus prioridades laborales, al punto de que trabajó cerca de seis años a un ritmo 24/7.

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No fue hasta que se suscitó la pandemia que se dio cuenta de su potencial para crear su propia marca. “Perdí mi empleo y empecé desde cero a buscar un nicho que atender. Como estoy rodeada de amigas con ideas increíbles para negocios, noté la necesidad de brindar un servicio de acompañamiento legal para todo su proceso como emprendedoras. En esos meses de cuarentena, muchas necesitaban asesoría para diferentes temas, desde renegociar con los proveedores hasta conocer sobre la ley humanitaria que no sabían cómo utilizarla con sus empleados. Entonces ahí dije, en lugar de buscar trabajo voy a abrir mi propio estudio”, recuerda.

  • El poder de reinventarse

En el reto de hacer su propia marca, Melissa previamente se capacitó en la forma adecuada de entender cómo podía entrar al mundo online sin fallar en el intento.

“Hice un curso exprés para empresarios digitales y aprendí desde cero todo el tema de algoritmos en Instagram”, cuenta. En septiembre ya estaba lista para lanzar su cuenta en redes sociales, así como su página web.

Desde entonces ha pasado menos de un año y ya ha brindado asesoría a casi cincuenta emprendedores tanto físicos como digitales, en su mayoría mujeres. “Me encanta el poder de reinvención de la mujer. No nos dejamos vencer. He visto a emprendedoras crecer desde el día uno hasta lo que son ahora, que ya buscan expandir sus productos en Latinoamérica. Ha sido una linda experiencia conocerlas y forjar amistades”.

Ya sea desde llamadas, video llamadas o alquilando un espacio coworking, Melissa va demostrando que la abogacía también se puede ejercer desde lo online.

Los temas laborales y de propiedad intelectual constituyen la mayoría de los ejes que aborda con sus clientes y en los reels de su cuenta en Instagram. “Evito usar mucho lenguaje jurídico, creo que eso ha sido la clave de enganche con los usuarios”, explica.

  • Entre las leyes y la familia

Si bien Ecuador aparece como uno de los países con las tasas más altas de emprendimiento, para Melissa es importante prever que estos cierren.

“Emprender va mucho más allá de marketing y ventas; para que un negocio sea sostenible en el tiempo, debes tener bases sólidas en el área administrativa, legal, financiera, entre otros. Contar con eso te permitirá escalar, en el sentido de incrementar tus ingresos (que es distinto a vender), porque si no sabes que tienes que sacar un permiso de ARCSA y te llega una multa de 2 mil a 6 mil dólares, acabas de mermar tu rentabilidad de manera significativa”.

Aun cuando haya quienes de solo saber que necesitan un abogado van dejando el tema a un lado, “a la larga es un error que les puede costar caro”.

Y es justamente porque hay que costear valores, que ella apela que, desde el Gobierno, se apoye al emprendedor con el capital semilla. “No todos tienen posibilidad de adquirir un préstamo bancario o familiar. De existir un apoyo, ese dinero sin duda les serviría para que tengan bases legales o financieras y que su emprendimiento sea sostenible”.

Ella, madre de Julián (7) y de Ana Sofía Contreras (3), sabe bien de las bondades de trabajar para uno mismo. Si bien está la presión natural de sacar un negocio adelante, también lo está la satisfacción de manejar los propios tiempos y no descuidar su vida personal.

  • 5 bases legales antes de emprender

  1. Formalizar: No se puede esperar crecer siendo informales. Para evitar eso, es necesario registrarse en el SRI y declarar impuestos.
  2. Proteger la marca: Si se ha hecho una fuerte inversión para sacar su emprendimiento a flote, es indispensable registrar la marca.
  3. Reglas claras: Quienes tienen socios no deben caer en la informalidad. Se debe hacer un acuerdo por escrito en el cual se establezcan todos los parámetros de la sociedad.
  4. Red de apoyo: Hay que definir si los empleados son independientes, a tiempo completo, etc.
  5. Tienda digital: En esa área también hay documentos legales obligatorios, uno de ellos es la política de privacidad. Hay que cumplir con ellos para evitar sanciones a largo plazo.