
La fiebre de Shakira encendió Quito por tercer día consecutivo
Más de 100 mil asistentes disfrutaron de los tres conciertos de la barranquillera en la capital
Entre lentejuelas, pelucas moradas y mucho ritmo latino, la fiebre de Shakira se tomó Quito por tercer día consecutivo. Este martes 11 de noviembre, la artista colombiana se presentó nuevamente en el Estadio Olímpico Atahualpa, en el norte de la capital, cerrando una serie de conciertos que han sido catalogados como uno de los eventos más esperados del año.
Aunque la asistencia fue menor que en las dos primeras noches, los fanáticos que no alcanzaron entradas para las fechas anteriores llegaron desde temprano para corear las más de 20 canciones que forman parte del espectáculo. Una puesta en escena con animaciones inmersivas, luces sincronizadas y pantallas gigantes convirtió el concierto en una experiencia sensorial que “transporta a otra dimensión”, según comentaron los asistentes.
Te invitamos a leer | El país europeo donde la escasez de hombres dificulta que mujeres encuentren pareja
Fans de todas las edades y estilos vibraron con Shakira
El ambiente en los alrededores del estadio era una fiesta. Eduarda y Andrea Espinosa, vestidas con camisa blanca y peluca morada, coreaban a todo pulmón “La intuición”, tema que —según los seguidores— se ha convertido en el himno de estas tres jornadas.
Otro grupo de amigas cantaba entre risas: “Yo tengo derecho de portarme mal pa’ pasarla bien”, identificándose con el mensaje de independencia que transmiten las canciones de Shakira. “Estar solteras nos da libertad, y sus letras lo celebran”, contó Camila Ortiz, quien acudió con su grupo de amigas.
Para otras fanáticas, como Valeria Cali, los temas más antiguos siguen siendo los más emotivos. “Antología” y “Día de enero” fueron los momentos más nostálgicos de la noche. “Esas canciones me hacen suspirar; crecí con ellas”, comentó emocionada.
Más de 100 mil asistentes y un impulso para la economía quiteña
Durante los tres días de concierto, el Estadio Olímpico Atahualpa recibió a más de 100 mil asistentes. En cada jornada, las gradas se llenaron rápidamente entre la emoción, los cánticos y la búsqueda de un buen lugar para ver a la artista.
El Municipio de Quito informó que el impacto económico generado por los conciertos de Shakira se estima entre 40 y 50 millones de dólares, impulsado por el aumento en hospedajes, transporte, gastronomía y servicios turísticos. Hoteles y restaurantes de las zonas cercanas reportaron ocupaciones superiores al 90 %.
Andrea Erazo y Micaela Trujillo, dos jóvenes emprendedoras, aprovecharon la oportunidad para ofrecer maquillaje artístico y brillos faciales a las llamadas Shakira lovers en la avenida Naciones Unidas. “Estos eventos son una gran oportunidad para emprender y activar la economía local”, explicó Erazo mientras decoraba con brillantina los rostros de las asistentes.
Otros aprovecharon para disfrazar a los peluches en forma de capibara, colocarles pelucas moradas y venderlos. “El capibara es un atractivo y que tenga su peluca morada llama más la atención de la fanaticada”, dijo Carlos Olmedo, comerciante.

Turismo y movilidad: visitantes llegaron desde varias provincias
Los conciertos también generaron un notable movimiento turístico. La demanda de boletos aéreos y pasajes terrestres aumentó significativamente, sobre todo en la ruta Guayaquil–Quito.
Entre los viajeros estuvo Jessenia Alcívar, de 30 años, quien llegó desde Los Ríos con un grupo de amigas tras un trayecto de más de cinco horas en bus. “Queríamos estar entre las primeras en entrar. Vale la pena el viaje”, comentó, mientras descansaba sobre su maleta y mostraba su boleto VIP. Planea, además, aprovechar su visita para recorrer la ciudad.
Ataviadas con pantalones negros, tops brillantes y ojos delineados “como los de Shakira en sus inicios”, muchas asistentes recrearon los looks icónicos de la cantante, reflejando cómo su influencia trasciende generaciones.
Operativo de seguridad: más de mil policías resguardaron el evento
El despliegue de seguridad fue otro punto destacado. Más de 1.150 policías nacionales se desplegaron durante las tres noches de presentación, organizados en tres anillos de seguridad con vallas, patrullajes y controles de acceso.
La presencia policial permitió que el evento transcurriera sin incidentes graves. “Pude grabar videos y hacer trends sin miedo a que me roben”, contó Amira Toral, una de las asistentes. La Policía Metropolitana y agentes de tránsito también participaron en la organización, gestionando cierres viales y apoyando la movilidad en las zonas aledañas.
Para leer EXPRESO sin restricciones, SUSCRÍBETE AQUÍ.