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Jamil Faroud
Jamil Faour, emprendedor culinario.Stalyn García

Jamil Faour: “Una mala comida me arruina el día y el ánimo”

La pasión culinaria del exparticipante de MasterChef nació al preparar platos saludables. Su debilidad son las hamburguesas

Desde niño, Jamil Faour (31 años) tenía claro que quería emprender. Cumplió ese objetivo con Munch by Maison Faour después de su participación en MasterChef.

A los 12 años pensó en estudiar Arquitectura, pero más adelante perdió el interés. Su acercamiento a la cocina surgió por necesidad y por la intención de mantener una alimentación equilibrada.

Le gustan la naturaleza, los deportes, los viajes y los animales. La falta de respeto, que intenten verle la cara y la impuntualidad lo sacan de casillas.

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¿Cómo, desde la administración y el marketing, dio el salto a la cocina?

Aprendí a cocinar por necesidad. Cuando fui a España vivía en una especie de residencia de estudiantes y comía muy mal. Prácticamente lo único que sabía era comer. Entonces pedí a mi familia que me enviara recetas, empecé a investigar e invitaba a mis amigos como conejillos de indias para que probaran mis platos. Le tomé cariño y me apasioné por la cocina al ver que a la gente le gustaba lo que preparaba.

A la larga, comer mal le iba a pasar factura.

Por eso subí de peso. Los primeros tres o cuatro meses en España estaba obeso. No me gustan las dietas que dan los nutricionistas: suelen ser poca comida y muchas veces sin sabor. Al aprender a cocinar, comía rico y de manera saludable.

Soñaba con un restaurante

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¿Desde niño ya soñaba con tener un restaurante?

En mi familia todo gira alrededor de la comida. Cuando me mudé a Barcelona surgió la oportunidad de abrir un restaurante, pero por la pandemia lo cerré. Al volver a Ecuador, en 2021, hacía cenas clandestinas (encuentros privados), vendía productos gastronómicos y entré a MasterChef. Mi hermana Andrea es la chef; la única que estudió formalmente en el Basque Culinary Center, en San Sebastián. Yo soy empírico. Cuando conocí esta universidad ya llevaba un año estudiando mi carrera y no quería perder ese tiempo. Me dio miedo cambiarme. Eso le pasó a mi hermana: empezó Marketing y luego se cambió. Aprendí a hacer pastas en Barcelona, la comida italiana es la que mejor preparo.

¿Entonces es su debilidad a la hora de comer?

Mi debilidad son las hamburguesas, pero no cualquiera. No me gustan las de autor, porque saben a todo menos a carne. Prefiero las clásicas. Por eso, cuando quise abrir un local, tenía que ser de hamburguesas. Las como todos los días.

Los expertos en salud no recomiendan la comida rápida.

Pero es lo que menos hacemos, porque preparamos todo: el pan, los encurtidos, las salsas. Hacer todo en casa baja los costos y permite mejorar la calidad. Como cocinaban las abuelitas.

Sus allegados dicen que usted es muy crítico con los sabores.

Totalmente. Cuando voy a un restaurante me fijo mucho en lo que sirven. Es algo de familia, todos somos así. Acudí hace poco a un lugar donde el precio no correspondía con la calidad. No me pueden engañar. Solo por no armar un escándalo, porque estaba acompañado, no dije nada. Pero estuve de mal humor todo el día. Una mala comida me arruina el ánimo y el día.

¿En qué es lo primero que se fija?

Antes que en la presentación, me fijo en el sabor y en que los ingredientes sean frescos.

Si le encanta comer, ¿tiene alguna hueca favorita?

En Guayaquil no salgo a comer porque, si sabes cocinar, no tienes para qué hacerlo.

Si todos pensaran así, los negocios quebrarían; además, a veces es bueno salir de la rutina.

Lo sé, pero no sé qué pasa en Guayaquil: considero que los precios son excesivos y la calidad no vale la pena. Prefiero complicarme antes que tener una mala experiencia gastronómica. Aquí no siempre se reconoce la calidad, la gente se guía por precios y cantidades.

Jamil Faroud
Es muy exigente con la comida.Stalyn García

¿De qué manera se educa en la cocina?

Comiendo. Cuando pruebas algo superior, ya no puedes volver a lo anterior. Es por eso que no como en cualquier lado.

Su paso por el reality culinario

¿Para qué le sirvió su paso por MasterChef?

Ingresé al reality con el único propósito de ganar y tener dinero para abrir mi propio negocio. No sucedió, pero empecé a usar mis plataformas digitales para trabajar con marcas. Ya sabía a lo que iba, mis amigos me habían contado cómo era. Me encantó la experiencia. Fueron mis vacaciones gastronómicas. De esta temporada solo he visto una parte del primer programa (risas), me quedé dormido. Mi amigo Hugo Quintana estaba ahí, pero ya salió. No he visto a Virginia Limongi, a quien comparan con Érika Vélez.

¿Le recomendaría a algún famoso que participe en MasterChef?

Si le gusta la cocina y es competitivo, que acepte. De lo contrario, mejor que no. Tal vez muchos no pensaban que La Flaca Guerrero llegaría tan lejos, pero tenía ganas de aprender y es competitiva de manera sana. Es un excelente ejemplo de perseverancia.

¿Cómo se lleva con la comida ecuatoriana?

La adoro, la amo. Es mi gastronomía favorita, aunque no es mi fuerte. Luego están la mexicana y la libanesa. La mexicana es patrimonio cultural; cada estado tiene sus platos. Los que más conocemos son los de Ciudad de México.

¿Qué desafíos enfrenta la gastronomía ecuatoriana?

Lastimosamente no tiene un Gobierno ni embajadores que la impulsen, como sí ocurre con la peruana, pese a que la ecuatoriana es una de las mejores del mundo. El verde enloquece a cualquiera. Me encantaría sentarme con el ministro de Turismo para hacer un plan y posicionarla en el mapa.

¿Es decir que no estamos en el mapa?

Sinceramente no. He hecho videos y, por los comentarios, me doy cuenta de que existe mucha ignorancia sobre nuestra gastronomía.

¿Cuáles son las tendencias gastronómicas para el 2026?

La importancia del producto y la calidad. Si quieren, pueden llamarlo ‘el efecto MasterChef’. Desde que el reality se ve en Ecuador, noto que la gente es más crítica con todo lo relacionado a la comida.

¿Está soltero? ¿Le gustaría que su media naranja estuviera vinculada al mundo culinario?

Estoy solo. Sería increíble encontrar a alguien que me comprenda. Mis perros golden retriever son la mejor parte de mi día.

¿Una sugerencia culinaria para estas fiestas que no sea pavo o cerdo?

Tenemos más tiempo para cocinar, así que hay que explorar. No se queden solo en la tradición. Eso es lo que suele hacer mi familia: probar algo nuevo. El cordero puede ser una buena opción. Los mariscos también son deliciosos y casi nadie piensa en ellos en época de fiestas. El pavo y el cerdo no son mi primera elección.

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