
Il Fokin: la historia detrás de la marca ecuatoriana que revolucionó los eventos
De una idea navideña en 2017 a producciones masivas, la marca sigue fiel a su visión original
Il Fokin es una empresa ecuatoriana fundada por Carlos Talbot y Daniel Febres-Cordero que ha transformado la forma de vivir los eventos en Guayaquil. Nació en 2017 con la idea de crear experiencias inmersivas y temáticas para un público joven que buscaba algo distinto a lo convencional. Con producciones que van desde fiestas navideñas disruptivas hasta conceptos de gran escala como Mansión Jaguar, la marca se ha consolidado por su creatividad, su atención al detalle y una filosofía centrada en la hospitalidad y la innovación.
¿Cómo nació Il Fokin?
Todo comenzó en 2017, como una charla entre amigos y compañeros de colegio, que años después se transformó en un proyecto ambicioso, cuando se reencontraron con la idea de hacer algo diferente. Su conexión fue clave para materializar este sueño.
“Nos conocemos de toda la vida… descubrimos que compartíamos la misma pasión por los eventos, por crear experiencias únicas, y todo comenzó a fluir naturalmente”, explica Talbot.

El objetivo de Il Fokin no era simplemente organizar fiestas, sino romper con los esquemas tradicionales y ofrecer una experiencia social completamente nueva. De esa conversación surgió la idea de crear eventos temáticos disruptivos, pensados especialmente para un público joven, entre 25 y 35 años, que anhelaba algo más que lo común. Su visión era construir mundos inmersivos, donde cada detalle fuera pensado con creatividad y meticulosidad.
El primer gran paso fue un evento navideño nunca antes visto, con un aforo de 300 personas, que marcó el inicio de la marca. Desde ese momento, Il Fokin se destacó por su originalidad y audacia, cualidades que sus dos fundadores no dejaron de lado.
“Hace ocho años creamos esta empresa, Il Fokin, dedicada a generar experiencias”, recuerda Febres-Cordero. La premisa de la marca sigue siendo la misma: “Ofrecer experiencias fuera de lo común, muy bien curadas, donde el cliente sea siempre el centro de todo lo que hacemos.”

La evolución de Il Fokin: del local adaptado a la producción propia
Ese primer evento estuvo lejos de ser una producción masiva. Los fundadores recuerdan que empezaron desde cero y con recursos mínimos. “Empezamos realmente superchiquitos, empezamos con casi que cinco dólares de presupuesto en el primer evento,”relata Febres - Cordero.
La falta de recursos los obligó a ser creativos incluso en la logística: “Nosotros mismos decoramos, hicimos un joint bench con un local que ya tenía la barra, el servicio, los baños, la electricidad, la seguridad… un establecimiento ya montado”, cuenta Talbot.
La evolución vino después, cuando decidieron dejar de adaptarse a espacios existentes y crear sus propias atmósferas desde cero. “Después de dos, tres años recién salimos a crear nuestros propios eventos, desde cero, en lugares abandonados, en centros comerciales”, agregaTalbot.
Esa transición marcó el salto definitivo hacia producciones más complejas, donde la escenografía, el concepto y la narrativa visual empezaron a jugar un rol central, atrayendo a audiencias que actualmente rondan las 1,000 personas por evento.
Cómo nació el nombre
Aunque parezca casual, la elección del nombre también tuvo su propio camino lleno de tropiezos. “Hubo un proceso fallido… tratamos de hacer un proceso en el que queríamos encontrar el mejor nombre y el nombre Il Fokin es el resultado de este proceso fallido”, cuenta Carlos Talbot.
Después de días lanzando ideas, el nombre apareció entre risas y cansancio. Según relatan, “el nombre final llegó casi por queja: pongámosle Fokin Brunch, era nuestro primer evento; y de ahí nos gustó cómo sonaba y lo fuimos desarrollando más. Cambiamos cómo se escribía, diseñamos el logo y nos fuimos”, recuerda Daniel Febres-Cordero.
La visión clara y la hospitalidad: claves del éxito de Il Fokin
La fórmula que los impulsa también tiene mucho de intuición. “Creo que lo primero es que lo que decidas hacer, lo hagas con una visión clara y con una razón del porqué”, señala Daniel Febres-Cordero al explicar el “olfato” que ha guiado sus decisiones durante estos años.
Para él, ese instinto empresarial parte de tener claro un propósito. “El éxito mayor de Il Fokin en estos ocho años ha sido que siempre nos mantuvimos fieles a la razón por la que empezó la empresa; que si íbamos a desarrollar un evento o un local, siempre tenía que primar una conceptualización bien profunda”, sostiene.
Ese enfoque también se traduce en la forma en que entienden el trato al público. “La hospitalidad ha sido el foco… es hacer que el cliente sienta que pensamos en ellos”, afirma.
Al final, su filosofía se resume en volver siempre al origen: una visión clara, una conceptualización profunda y una hospitalidad que no se negocia. Esa mezcla es la que, dicen, ha permitido que Il Fokin crezca sin dejar atrás lo que lo hizo único desde el inicio.

Cada evento más disruptivo que el anterior
Para Daniel Febres-Cordero y Carlos Talbot, la evolución de Il Fokin está marcada por una exigencia interna: que cada edición supere a la anterior. La creatividad, dicen, no es opcional, sino una obligación que nace de su propio público. “Tenemos este mercado que mucho vuelve a ir, conocen el evento anterior y no se van a contentar con lo mismo, por ellos toca crecer e innovar”, explica Carlos Talbot.
Esa presión por reinventarse año tras año convierte la producción en un ejercicio constante de imaginación. “Nuestra mayor competencia somos nosotros mismos del año anterior”, admite Daniel Febres Cordero, consciente de que esa expectativa es la que eleva la vara para cada nueva entrega.
Las alianzas también juegan un rol decisivo. Según cuentan, las marcas que apuestan por ideas atrevidas encuentran en Il Fokin un espacio ideal. “Nosotros damos carta libre a que mientras más loca sea la idea, más apertura hay para que se la ejecute”, afirma Febres Cordero, quien destaca que buscan aliados dispuestos a romper esquemas y experimentar.
Esa libertad creativa no solo alimenta la estética del evento, sino que permite concretar producciones de gran escala. “Nos gusta trabajar con marcas que se sumen a la visión, que quieran hacer cosas disruptivas”, añade Febres-Cordero.
La combinación de innovación, riesgo y alianzas estratégicas explica cómo cada edición termina expandiendo los límites del proyecto, manteniendo el sello que ha convertido a Il Fokin en una de las propuestas más llamativas de su categoría.
Mansión Jaguar: la gala selvática que redefine los eventos de fin de año
Mansión Jaguar es el evento de fin de año con el que Il Fokin busca cerrar con broche de oro, consolidándose como su propuesta más ambiciosa e innovadora. La temática gira en torno a una "gala selvática", destacando por su vibra salvaje y una estética que lleva el animal print —especialmente las telas de leopardo— al centro de la experiencia.
Se trata de un concepto que permite expandir la creatividad en cada detalle del montaje y la narrativa del evento.
Tras el éxito de Tropicana, Il Fokin buscó elevar aún más la escala y romper con lo ya visto. Los organizadores señalan que “el año pasado fue una de las mejores producciones que hemos hecho con Tropicana y queríamos algo que pueda superarlo”.
Fue así como encontraron en Mansión Jaguar un universo más amplio para crear experiencias: “nos daba para en decoración podernos explayar un montón, también nos abría el abanico un montón para crear experiencias distintas alrededor de esta temática selvática”, cuenta Febres-Cordero.
Este año, la empresa apostó por nuevas alianzas estratégicas que se integran directamente al concepto, especialmente en la propuesta textil. Los creadores confirmaron dos colaboraciones principales: “Hemos hecho este año dos colaboraciones: una con Sensi Studio, donde estamos sacando una línea de ropa inspirada en el evento que gira alrededor del animal print… y con una marca de Cuenca que se llama Estudio Palm… estamos sacando una cápsula súper chica de ropa para hombre”, agrega Febres-Cordero.

Esta línea de vestuario no solo complementa la estética del evento, sino que reafirma el carácter salvaje, elegante y extravagante que define a Mansión Jaguar. Además, la colaboración con estas marcas responde a la filosofía de Il Fokin de trabajar con aliados que se atrevan a innovar, como ellos mismos describen: “las marcas que quieren ser un poco más atrevidas, que quieren innovar, que quieren hacer cosas distintas, son con las que mejor hacemos clic”, cuenta Febres-Cordero.
En conjunto, el concepto de Mansión Jaguar busca darle un giro sorprendente a lo que se ha venido haciendo en fin de año. Su universo selvático, sumado a nuevas alianzas creativas, promete superar nuevamente las expectativas: “para este evento lo que se pueden esperar es que los vamos a volver a sorprender”, concluye.
Ilfokin se despide con una experiencia inolvidable
Con una visión clara y un compromiso inquebrantable con la creatividad, Il fokin se prepara para cerrar el año con una producción que promete marcar un antes y un después en sus eventos. Sus creadores destacan que este cierre no solo celebra su evolución, sino también el espíritu innovador que los ha acompañado desde sus inicios.
Una celebración salvaje, original y cuidada al detalle resume el concepto de Mansión Jaguar, la propuesta con la que Il fokin despide sus grandes producciones de Año Nuevo. Más que un evento, se consolida como una experiencia inmersiva diseñada para perdurar en la memoria del público.
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