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José Guijarro.
José Guijarro.Leonardo Velasco Palomeque

Humor, eje de la obra de José Guijarro

La muestra ‘El césped es más verde del otro lado de la cerca’ se inauguró en la Galería Más Arte de la capital

“En nuestros países, en Ecuador, en Argentina o en Perú, los gobernantes y la gente nos pone de ejemplo a Suiza. Nos dicen: ‘Si esto fuera Suiza, las cosas funcionarían a la perfección’. Y te lo crees. Solo cuando vives en Suiza te das cuenta de que las cosas no son perfectas”, asegura el artista quiteño José Guijarro.

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Esa disyuntiva es abordada por el artista en la exposición El césped es más verde del otro lado de la cerca, que se inauguró recientemente en la galería Más Arte, de la capital.

Guijarro arribó a Zúrich, Suiza, este año para cursar una maestría en Bellas Artes. Las comparaciones entre el país europeo y su ciudad natal lo llevaron a cuestionarse sobre los preceptos que tenía sobre Europa. Así llegó a la frase que da el nombre a su exposición, tomada de una canción de Raymond B. Egan.

“Siempre pensé que esa frase venía de la canción, pero leyendo descubrí que ya en el siglo I a.C., Ovidio había escrito quela cosecha es siempre más fructífero en el campo del otro, lo que me llevó a pensar que esa idea es parte de nuestra naturaleza”, dice.

Sin embargo, esta reflexión toma una forma inesperada en sus obras, pues lejos del canon o los preceptos filosóficos, Guijarro emplea el humor para burlarse de esta idea de que irse lejos es mejor o más prestigioso que quedarse.

Por ello, en sus obras, toma mitos de la antigua Europa y les da un giro. En Hola, guapo, tienes sed?, por ejemplo, este retrata a un rey borracho y a un duende que micciona dentro de un lago, un giro es una escultura emblemática de su país de acogida.

“La idea es romper con lo clásico, con el canon y darle una mirada distinta a las cosas que vemos y su significado, que es supuestamente incuestionable”, afirma.

Reír para no llorar

Si bien es cierto que el humor no ha sido una característica habitual en la creación pictórica nacional, Guijarro señala haber encontrado tres referentes que marcaron la ruta de su arte: Carlos Echeverría Kossak, Eduardo Villacís y Luigi Stornaiolo.

“Me impresionó cómo mostraban la parte humana más carnal, más desinhibida”, dice.

Para el artista, ahondar en lo caricaturesco surgió también como una forma de criticar la realidad, procesarla y enfrentarse a ella.

Entre las piezas que son parte de la muestra están Trump cruzando los cielos, donde aparece el expresidente norteamericano como una deidad iluminada, surcando el cielo sobre un conejo. En Un día común, en cambio, dos hombres enternados y un animal disfrutan de la cotidianidad con cabezas de payaso sobre sus rostros.

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“De repente a alguien le parece grotesca una de mis obras o no entiende el humor, pero la realidad está marcada también por esas cosas que hemos normalizado y que se deben criticar, pero no toda crítica debe ser hecha únicamente desde lo formal o lo moral. El humor también es una herramienta para disentir”, sostiene.

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La muestra se puede visitar de martes a sábado, entre las 11:00 y las 17:00, hasta el próximo viernes 5 de enero. 

Un viaje del dibujo a la pintura

Para el creador quiteño, llegar a la caricatura ha sido un proceso de evolución.

Este se licenció en Arte Contemporáneo en la Universidad San Francisco de Quito y su énfasis siempre estuvo en el dibujo.

“Empecé dibujando antes que pintando, porque siempre lo he sentido como algo más personal. Le tengo mucho cariño al dibujo, y me considero principalmente un dibujante. Pero con el paso del tiempo vi lo que podías hacer con la pintura y poco a poco fui añadiendo color”, comenta.

Tras pasar de los dibujos a pequeña escala, este empezó a pintar usando lienzos más grandes y colores opacos.

“Fue una liberación porque era totalmente distinto, y era la primera vez que pintaba a una escala casi humana. También experimenté usando los lienzos sin las maderas de atrás y fue una revelación”, dice.

José Guijarro.
Parte de la muestra.Leonardo Velasco Palomeque

En su última etapa, la más reciente, ha incluido colores vivos y vibrantes en sus obras a gran escala.

Esta evolución está presente a lo largo de la exposición, que reúne veintiún piezas en las que hay dibujo y obras en pequeño y gran formato. 

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