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Harry, hijo menor del actual Rey Carlos de Iglaterra y la fallecida Diana Spencer.
Desde hace muchos años, el príncipe Harry ha tenido desencuentros con la familia real británica, a la que pertenece.Instagram: @archewell_sussex_

Harry de Inglaterra quiso renunciar a su apellido, pero fue frenado

El príncipe Harry consideró adoptar el apellido Spencer en honor a su madre, Lady Diana, pero encontró obstáculos legales

Una vez más, el príncipe Harry (40 años) desafía las convenciones de la monarquía británica. Según informó recientemente The Mail on Sunday, el hijo menor del rey Carlos III habría contemplado dejar atrás el apellido Mountbatten-Windsor, símbolo de su vínculo con la familia real, para adoptar el apellido Spencer, el de su madre, la recordada princesa Diana. 

Sin embargo, concretar esta decisión no fue fácil. Y aunque finalmente no se concretó, refleja la profunda distancia que persiste entre el príncipe Harry y la institución a la que una vez perteneció plenamente.

El duque de Sussex discutió esta posibilidad con su tío, Charles Spencer, durante una visita poco habitual al Reino Unido. La residencia familiar de los Spencer en Althorp, en Northamptonshire, fue el escenario de la conversación. 

“Tuvieron una charla muy amistosa”, indicó un amigo cercano al príncipe, quien además afirmó que fue su tío quien lo disuadió de dar ese paso. Las razones, según las fuentes citadas por el medio británico, no fueron solo sentimentales: los obstáculos legales para realizar el cambio eran, sencillamente, insuperables.

Un cambio de apellido con fuerte carga simbólica

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Mountbatten-Windsor es el apellido que comparten los descendientes de la reina Isabel II y el príncipe Felipe. Se trata de una combinación que rinde homenaje a las dos ramas de la familia: Windsor, el nombre dinástico real desde 1917, y Mountbatten, el apellido que Felipe adoptó al nacionalizarse británico y renunciar a sus títulos griegos y daneses en 1947. Desde 1960, Isabel y Felipe decidieron que sus descendientes directos llevarían ambos apellidos.

Renunciar a ese apellido, por tanto, no sería un simple trámite administrativo, sino un gesto de profunda carga simbólica. Para el rey Carlos III, que siempre ha valorado la herencia Mountbatten tanto como lo hizo su padre, tal movimiento podría haber resultado doloroso. 

Pero para Harry, ese cambio habría significado un homenaje directo a su madre, Diana, quien vivió con enorme presión bajo el foco mediático real y cuya muerte marcó para siempre a sus hijos.

¿Influencia de Meghan Markle?

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El periodista británico Tom Bower, conocido por sus opiniones críticas hacia los Sussex, insinuó que esta idea podría haber sido instigada por Meghan Markle

Meghan decidió que su propósito en la vida era ser Diana”, afirmó en declaraciones al mismo medio. Aunque estas palabras han generado polémica, es cierto que Meghan ha expresado públicamente su identificación con la figura de la princesa del pueblo.

Un ejemplo revelador fue lo que ocurrió durante un episodio de su serie de Netflix Con amor, Meghan. Su amiga, la actriz Mindy Kaling, se refirió a ella como “Meghan Markle”, a lo que la duquesa respondió: “Es muy gracioso que sigas diciendo Meghan Markle. Ya sabes que ahora soy Sussex. No sabía lo significativo que sería para mí, pero significa muchísimo decir: ‘Este es nuestro apellido. Nuestro pequeño apellido’”.

De hecho, tanto Archie como Lilibet, los hijos del príncipe Harry y Meghan, han comenzado recientemente a usar Sussex como apellido en la vida cotidiana. No obstante, sus certificados de nacimiento conservan el Mountbatten-Windsor. Los niños, que ahora ostentan los títulos de príncipe y princesa, reflejan así el complejo equilibrio entre tradición y la nueva identidad familiar que Enrique y Meghan han intentado construir lejos de Buckingham.

Harry y la familia real británica: la grieta sigue abierta

Este nuevo capítulo confirma que la brecha entre Harry y la familia real no solo persiste, sino que parece ensancharse con el tiempo. Aunque no se concretó el cambio de apellido, el hecho de haberlo considerado revela un deseo constante por redefinir su identidad, desligada de los protocolos reales y más cercana a la memoria de su madre.

El apellido Spencer, con toda su historia aristocrática pero también con el halo trágico de Diana, sigue siendo para Harry un símbolo de autenticidad, de ruptura y de resistencia. Un símbolo que, a pesar de los obstáculos legales y las presiones familiares, parece seguir resonando en el corazón del príncipe.

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