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K-drama - drama coreano
Protagonistas de un K-Drama en una escena romántica, donde la conexión emocional y las miradas intensas capturan la atención del público joven.canva

El fenómeno K-Drama: por qué la Generación Z no puede dejar de ver historias coreanas

Ecuador lidera en Latinoamérica como uno de los países más aficionados a los K-Dramas, según BB Media

Los K-Dramas se han convertido en un fenómeno entre la Generación Z en Latinoamérica, especialmente en Ecuador, Perú y México, donde las historias coreanas capturan a los jóvenes con su estética cuidada, emociones intensas y narrativa pausada. Plataformas como Netflix lideran el impulso de este contenido, combinando el éxito de las producciones originales coreanas con una estrategia que aprovecha el romance, el suspenso y la diversidad de géneros para conectar con nuevas audiencias.

Una calle iluminada por faroles. Dos personajes se miran bajo la lluvia. La música suave, el plano detenido unos segundos más de lo normal, y luego el clásico giro inesperado: un secreto revelado o un beso interrumpido. Si has visto un K-Drama, sabes exactamente de qué hablo. Si no, probablemente algún amigo de la Generación Z te ha insistido en que lo hagas.

Pero ¿qué tienen los K-Dramas que atrapan tanto a los más jóvenes? La respuesta no es tan simple como el cliché del romance. Detrás de esas historias coreanas que inundan Netflix, TikTok y redes sociales, hay una mezcla calculada de estética, emociones intensas y una conexión cultural global inesperada.

El dato que lo explica: Latinoamérica, enamorada del K-Drama

Un informe reciente de BB Media revela lo que muchos ya intuían: Latinoamérica es el segundo mercado fuera de Asia donde los K-Dramas arrasan. El 17% de los usuarios de la región se declaran fans del género. En países como Ecuador (28%), Perú (27%) y México (21%), el contenido coreano no solo es una moda: es parte del consumo habitual de la Generación Z.

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Y no es casualidad. Mientras las series occidentales apuestan por el ritmo rápido y el humor ácido, los K-Dramas ofrecen algo distinto: historias más lentas, cargadas de simbolismo, emociones fuertes y una estética casi cinematográfica que captura desde el primer episodio.

Netflix lo sabe: una apuesta estratégica

Ante el auge imparable, Netflix ha tomado nota. En julio de 2024, la plataforma anunció que lanzaría al menos un programa coreano al mes hasta el primer trimestre de 2025. La fórmula es clara: más K-Dramas, pero también realities como Physical: 100, que demuestran que el contenido coreano es mucho más que romance. De hecho, nueve de los diez títulos coreanos más vistos en el mundo en 2023 y 2024 son producciones originales de Netflix.

El éxito de series como El Juego del Calamar y The Glory no solo llenó las listas de tendencias, sino que impulsó directamente las suscripciones a Netflix en países como Brasil y México. Incluso quienes no tienen cuenta reconocen que los K-Dramas son uno de los factores que los tentarían a suscribirse.

¿Por qué la Generación Z los prefiere?

Historias emocionales, pero identificables: Aunque exóticas en el fondo, las tramas tocan temas universales: familia, sacrificio, amor, traición y lucha personal.

  • Estética cuidada: Cada escena parece una postal. La fotografía, la música y la dirección crean una atmósfera única.

  • Diversidad de géneros: El K-Drama ya no es solo romance. Terror, suspenso, acción y ciencia ficción se mezclan en nuevas producciones que exploran temas oscuros y maduros.

  • Narrativa lenta pero atrapante: En un mundo de contenidos rápidos, el K-Drama se toma su tiempo para construir emociones, y eso lo diferencia.

¿Y el futuro?

Mientras Corea del Sur sigue liderando la producción —con plataformas como Wavve, Watcha y Tving ofreciendo miles de títulos—, Latinoamérica se consolida como su segundo hogar. Netflix lidera en la región, superando incluso a Amazon Prime Video y Disney+ en este tipo de contenido, gracias a su apuesta por producciones originales.

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El romance bajo la lluvia, la tensión contenida y la música suave seguirán atrapando a la Generación Z, pero con un giro: ahora las historias coreanas ya no son un producto extranjero. Son parte del menú cultural diario de millones de jóvenes en Ecuador, Perú, México y el resto del continente.

El K-Drama también conquista el marketing: historias coreanas como branded content

Además de ser un fenómeno de entretenimiento, los K-Dramas se están convirtiendo en una poderosa herramienta de contenido brandeado. Marcas como Samsung ya integran sus dispositivos dentro de historias coreanas, como el K-Drama Todo Bajo Control, donde una casa inteligente Samsung es parte esencial de la trama. En lugar de publicidad explícita, el producto se convierte en un personaje más. Las marcas aprovechan la narrativa emocional de los K-Dramas para crear conexiones sutiles pero efectivas con el consumidor joven, transformando la ficción en un canal de marketing natural y no intrusivo.

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