
Así es La Equilibrista, obra teatral que fusiona cuerpo, sonido y videoteatro
La pieza, un viaje escénico por la memoria, se estrenará en Quito el próximo 10 julio
El escenario está casi a oscuras. Apenas una línea de luz recorre el piso como si fuera una cuerda floja. El silencio se quiebra con una respiración agitada. En medio de la penumbra, una figura femenina emerge: su cuerpo tiembla, se ondula, flota. Así comienza La Equilibrista, la nueva propuesta escénica de la actriz y creadora Marliz Romero, que se estrenará el jueves 10 de julio en la capital.
La obra plantea un recorrido sensorial por la vida de una mujer, desde el vientre materno hasta los límites de la muerte. Fusiona el cuerpo, el sonido, la imagen y la participación del público en una experiencia híbrida que desafía las convenciones teatrales. Romero, quien tiene veinte años de trayectoria en las artes escénicas, explica que, si bien la apuesta surgió desde su propia historia, con el tiempo se volvió más universal, abarcando la experiencia humana: “Es una historia que bien puede ser la de cualquier ser humano”, señala.
A lo largo del montaje, el personaje transita por distintas etapas vitales: la infancia, la adolescencia, la adultez, el colapso, el renacimiento. “De pronto naces y descubres el mundo, te asombras, juegas, aprendes. Luego eres adolescente, tratas de ver de qué va esta locura, encuentras tu identidad, y entras en el mundo adulto, donde te toca jugar las cartas que tienes: sostenerte económicamente, emocionalmente, socialmente”, explica la actriz.
La obra, sin embargo, no se construye como una narrativa lineal, sino como una secuencia de imágenes, atmósferas y escenas fragmentadas. “No es una historia propiamente dicha, sino una secuencia de burbujas que evocan cada momento vital de la existencia”, señala Romero. “Es una experiencia sensorial, una experiencia de ingresar a distintos universos”.
Un viaje desde adentro
La Equilibrista fue tomando cuerpo a través de conversaciones, en el movimiento y en la escucha, explica la artista. “Hace un año empecé a conversar con mi colega Gerónimo Garrido. A él le interesó mucho la idea de que sea el recorrido de un ser desde que está dentro del vientre materno. Entonces fuimos sintiendo cómo cambia todo energéticamente, corporalmente, desde varios sentidos”, cuenta Romero.
Al proyecto luego se sumó el artista Pedro Saad, quien ayudó a darle un nuevo giro a la obra, que ahora se presenta en dos actos. En escena no solo actúa Marliz: hay un segundo personaje, un “demiurgo” que, según la actriz, “está entre la vida y la muerte”. No se trata simplemente de un asistente técnico, sino de una figura espectral que interactúa con la protagonista. “Pedro le dio un carácter dramático al personaje. Ya no es solo alguien que entra a mover objetos, sino un espectro que va retirando cosas de manera misteriosa”, dice.
La obra también incorpora la participación del colectivo Cero No Cero, cuyos integrantes representan a las “abuelas”: figuras simbólicas de contención y sabiduría ancestral. “Yo pensaba en una máscara flotante que el demiurgo manipulara. Pero luego sentí que era más poderoso que llegaran varias abuelas a sostener a esta mujer. Esa escena, cerca del final, me parece fundamental”, agrega Romero.

Una obra interactiva
Uno de los aspectos más experimentales de La Equilibrista es el uso de la iluminación, que no solo es vital para la narración, sino que también incorpora al público y lo introduce en la historia. “Hemos planteado que el público manipule la luz desde la butaca. Descubrimos unas linternas potentes, y queremos que la gente elija qué iluminar. Eso me genera vértigo, pero también emoción. Porque donde pones la luz, pones tu atención, decides qué mostrar”, afirma Romero.
La propuesta también incluye momentos de proyecciones en vivo y videoteatro, un recurso que la actriz quiere seguir explorando. “Grabamos escenas en la ciudad. Entonces hay un personaje en video y luego el personaje en vivo. Me encanta esa idea de un cine-teatro, de una propuesta híbrida. Quiero seguir combinando lenguajes, romper límites”, señala.
El estreno de La Equilibrista será el jueves 10 de julio a las 19:00 en el Teatro Variedades Ernesto Albán. La fecha inaugural coincide con el cumpleaños de la creadora, y por ello, explica Romero, las expectativas son altas. “Estoy muy emocionada, muy nerviosa. Siento que va a ser un día súper especial porque nace este espectáculo que siento muy conectado a mi ser, y además celebro un año más de vida”, confiesa.
Pero la obra no se limitará a una única función. “Quiero hacer funciones-foro con chicos y chicas de 17 o 18 años que están cerrando el colegio, también con universitarios. Son temas que nos atraviesan: la mujer en la sociedad, cómo se la percibe, cómo se percibe a sí misma”.
Además de buscar espacios en el ámbito local, Romero espera llevar la obra a otras ciudades del país y participar en el circuito de festivales de artes escénicas de la región.
“El arte me parece un lenguaje respetuoso, sensibilizador. Te plantea preguntas, te pone temas sobre la mesa para que los veas, porque muchas veces los ves tanto que ya no los ves, y siento que es crucial que la gente, pero sobre todo los chicos, tenga la posibilidad de hacer esa conexión”, indica.
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