
El secreto de Camila: cómo un intento de agresión marca su agenda como reina
La reina Camila reveló que sufrió un intento de agresión sexual y cómo eso marcó su lucha contra la violencia y el abuso
Los secretos de la familia real británica siempre logran abrirse paso en libros, biografías y memorias que terminan ocupando titulares en todo el mundo. Esta vez, la protagonista es la reina Camila, consorte de Carlos III.
Y es que parte de su pasado acaba de ser desvelado en el libro Power and the Palace: The Inside Story of the Monarchy and 10 Downing Street (cuya traducción sería 'El poder y el palacio: La historia interna de la monarquía y el número 10 de Downing Street'), escrito por el periodista experto en la casa real Valentine Low.
Entre sus páginas aparece un relato que hasta ahora se mantenía oculto: cuando era adolescente, Camila Parker Bowles sufrió un intento de agresión sexual, una experiencia que, como ella misma contó en privado, terminó marcando buena parte de su agenda social y de apoyo a víctimas.
Un recuerdo doloroso en un tren rumbo a Paddington
Según el testimonio recogido por el exdirector de comunicaciones de Boris Johnson, Guto Harri, la anécdota salió a la luz en 2008, durante una reunión entre el entonces alcalde de Londres y la duquesa de Cornualles en Clarence House.
En medio de una conversación sobre la necesidad de abrir centros de atención para víctimas de violación, Camila decidió compartir su experiencia.
“Tenía unos 16 o 17 años y viajaba en tren hacia Paddington. Un hombre comenzó a tocarme cada vez más…”, confesó. Ante la pregunta de Johnson sobre cómo reaccionó, la futura reina respondió con aplomo: “Me quité el zapato y le di un taconazo en los testículos. Hice lo que mi madre me enseñó”.
Su reacción fue inmediata: al llegar a la estación, denunció al agresor y logró que fuera arrestado. Una escena que muestra tanto la vulnerabilidad de aquella adolescente como la firmeza de carácter que la acompañaría a lo largo de su vida pública.
Camila y el compromiso con las víctimas de violencia
Lejos de ser un episodio aislado, ese recuerdo se convirtió en un motor de acción. Harri asegura que la confesión explica por qué Camila mostró tanto interés en inaugurar dos de los tres centros de crisis para víctimas de violación que se abrieron en Londres durante la gestión de Johnson.
Años más tarde, ya como reina consorte, ese compromiso se consolidó en una agenda clara: apoyo constante a quienes han sufrido abuso sexual, violencia doméstica o violación. Desde actos de alto perfil hasta gestos discretos, Camila ha encontrado en este tema un espacio donde ejercer influencia con sensibilidad y cercanía.
Del silencio a la acción: la reina consorte como aliada
Durante 2024, Camila organizó una recepción en el Palacio de Buckingham dedicada a los supervivientes de agresiones sexuales, donde relanzó el proyecto Wash Bags.
Esa iniciativa entrega artículos básicos de aseo a quienes han sufrido violaciones. Allí afirmó: “Cada uno de ustedes tiene una historia poderosa que contar”.
Ese mismo año participó en iniciativas como SafeLives, enfocada en combatir la violencia doméstica, y en el documental televisivo Su Majestad la Reina: tres puertas cerradas, que buscaba mostrar el alcance de su trabajo en este ámbito.
Incluso en momentos privados, ha hecho sentir su respaldo: en marzo de 2024 contactó personalmente a la activista Gisèle Pelicot para reconocer su valentía como superviviente.
Entre la realeza y la humanidad
El relato de Camila pone sobre la mesa una faceta más humana de la monarquía británica, muchas veces criticada por su frialdad y distancia. En ella, la experiencia personal se convierte en política de acción y en compromiso social.
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La reina consorte no solo carga con la historia de la familia Windsor, lo hace también con la de miles de víctimas que encuentran en ella una voz aliada dentro de una de las instituciones más influyentes del planeta.
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