
Crítica de cine: ¿Vale la pena ver el live action de Lilo & Stitch?
Jorge Suárez reseña la cinta protagonizada por Maia Kealoha
Lilo (Maia Kealoha), niña solitaria, vive con su hermana llamada Nani (Sydney Agudong) y encuentran a un extraterrestre que es producto de un ensayo genético que escapó de un planeta lejano. La comunidad intergaláctica envía secuaces a la Tierra para encarcelarlo, pero Stitch ha conocido el significado de la palabra familia (ohana, en hawaiano) y está experimentando sentimientos que van más allá de su afán destructivo y para lo cual fue creado.
Lilo, Nani y el mismo Stitch los enfrentarán. Con el tiempo, el alienígena comprenderá que la vida no es solo destruir, sino encontrar el valor de la existencia, de la amistad, de la amabilidad, de la familia.
¿Por qué ver Lilo y Stitch?
¡Vaya sorpresa! Fui por lana y salí trasquilado. Pensé que vería otra simulación artística de los populares live action, y noté que Dean Fleischer Camp (su director) no calcaba, que había impuesto verdadero fervor en crear una película diferente dentro de su género. No era un mal copiar de la versión animada del 2002; esta Lilo y su Stitch tienen alma propia. El extraterrestre sigue semejándose a un can, pero más esponjoso, con antenas y espinas retraídas. Juguetón e incorregible, pero más profundo, y esto le da verdadera coherencia argumental. Sigue siendo destructor, pero está asimilando algo que llaman control.
Maia Kealoha es un acierto, pues se convierte en parte del paisaje por su presencia física, y toda una revelación en su actuar. Igual la actriz que tiene a su cargo el rol de hermana. Falla Kaipo Dudoit y acierta Tia Carrere como la visitadora social. Los otros personajes se pierden en la aventura. No así la tripulación de la nave espacial con su adalid. Y lo más llamativo… el manejo del color: es como haber soltado en la pantalla toda la vegetación de los Mares del Sur: hibiscos amarillos, el verdor exuberante de las selvas tropicales, el rojo de las flores, los collares que tienen el nombre de leis, los arcoíris de su cultura y la flor sagrada: la ilima. Todo esto queda en el colorido fílmico.
La música, escrita por Dan Romer, tiene la particularidad de acompañar, en forma diferente, a cada personaje; o sea, un tema para cada fémina en especial. Además, han agregado la canción Blue Hawaii, del filme interpretado por Elvis Presley en 1961, amén de exhibir la portada de aquel long play (LP).
¿Es el mejor live action de Disney?
En los Estados Unidos están considerándola ya como el mejor live action de los ya exhibidos. En parte, aceptable. Pero… los comediantes que, supuestamente, harán reír, no lo lograron entre los asistentes a esta función privada.
Y para finalizar, transcribo el mensaje de Lilo y Stitch: “Los marginados pueden cambiar cuando se sientan conectados a una familia cariñosa”.
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