Ocio

Amigos para siempre en las salas de cine de Guayaquil

La cinta australiana ('Storm boy', título original) se proyecta en esta nueva normalidad en la que el aforo en las salas es menor al acostumbrado.

Amigos para siempre
Aunque en ocasiones puede pecar de empalagosa, la cinta contiene un profundo mensaje ecológico.Instagram @stormboymovie

En vísperas de tomar una decisión sobre el futuro de la empresa familiar, que significará vender tierras a ser explotadas, que podrían atentar contra el medio ambiente, Mike Kingley (Geoffrey Rush, Oscar 1996 por 'Claroscuro'), ya abuelo, conversa con Madeline (Morgana Davies), su nieta de 17 años. Durante la charla el anciano rememora su infancia y niñez, cuando lo llamaban Storm boy (interpretado por el pequeño actor Finn Little) y vivió en el lejano sur de Australia, en una playa cercana al río Murray.

En aquellos años tenía de compañía a Tom, su padre (Jai Courtney), un viudo y solitario pescador. También estaba Fingerbone Bill (Trevor Jamieson), aborigen, con el cual entabló amistad. De aquellas vivencias destaca la crianza de tres pelícanos ‘huérfanos’, a los que rescató de una muerte segura pues la madre había sido abatida por cazadores borrachos y le produjo un choque afectivo. Especialmente cuando su padre lo obligó a dejar en libertad a las aves ya que las tenía en el hogar, llamaban Ponder, Orgullo y Percival. Este último regresó para convertirse en su engreída mascota. 

Emotivo es este filme australiano de 2019 al que bien se le podría aplicar la descripción de ‘realismo mágico’. Esto se debe al hecho de haberlo construido a base de flashbacks que, gracias al montaje y a la dirección de Shawn Seet, se convierten en alma y corazón de Amigos para siempre.

Aunque a momentos peque de excesivo sentimentalismo, no pierde sus méritos: agradable, conmovedora, poseedora de un gran mensaje ecológico y una cinematografía color ‘tierra’ que otorga al paisaje fílmico un raro esplendor visual.

Interesante el planteamiento sobre los aborígenes australianos, seres a veces obligados a vivir separados de su comunidad, de su cultura pero que, junto a Storm boy, encuentran solaz y la suficiente confianza para llamarlo así.

Las actuaciones son vibrantes: Rush da sutileza y efectividad a su papel del abuelo que tropieza con la brecha generacional que muestra su nieta y los afanes de su familiar para que la transacción se convierta en realidad. Sus diálogos con la chiquilla son de suma perfección. Courtney da un sólido giro a su actuación y sabe mostrar cicatrices anímicas. Jamieson y David Guepilil, como los aborígenes, son buenos intérpretes y afianzan la visión que debe tener el concurrente.

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Pero es Finn Little el que se lleva los aplausos, en especial porque impone sus ojos brumosos a su bien lograda caracterización. Su relación con las aves está muy bien lograda, especialmente cuando Percival, “amigo divertido e inteligente”, estira su largo cuello para envolver los hombros del ‘amo’. Paul Mander, entrenador de los pelícanos, aves normalmente inexpresivas, debió ganar un premio.

Vaya a ver 'Amigos para siempre', largometraje que le dará la sensación de que está respirando sin mascarilla, pero… tenga mucho cuidado al explicar a sus hijos que un pelícano no puede convertirse en mascota del hogar, que eso es factible únicamente en el cine.

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  • Nota al margen 

El personaje y el libro en el que está basada la película fueron filmados una primera vez, años atrás. Colin Thiele, su autor, ha llevado a Storm boy hacia un videojuego de gran popularidad. 

  • Calificación: * * * *