ARBOLES ADOPTADOS VIA (11259892)
Comunidad. Los ciudadanos han optado por esta iniciativa para revitalizar el panorama que se evidencia en la vía principal de este sector.JOFFRE FLORES

La vía a la costa busca rescatar su entorno ‘adoptando’ árboles

Los habitantes, bajo el liderazgo de un colectivo, han decidido financiar su recuperación. Sueñan con que la idea se replique en más barrios 

Los árboles ahora son parte de la familia. En vía a la costa, sus habitantes han buscado la manera de devolver la vida a la vegetación que integra su entorno y que ha perdido su verdor, ante la falta de acciones para ganarle a la cochinilla. Ahora los vecinos se han unido para ‘adoptar’ los ejemplares enfermos, a fin de curarlos y darle sombra al sector.

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El colectivo Vía a la Costa Progresa fue el gestor de esta iniciativa que busca aumentar la participación de la comunidad en el cuidado de la flora, algo que a futuro esperan que se replique en otros barrios también afectados por el problema.

“Esta clase de ideas debe regarse más rápido que la misma cochinilla, para que podamos salvar a la ciudad y devolverle su encanto. Aquí la gente está unida y lo hará aún más porque ese es el objetivo”, comenta Maritza Ojeda, residente de Portal al Sol, quien desde hace cinco años que reside en el área se ha empeñado en rescatar al ecosistema. Hoy, cuando decenas de árboles permanecen secos, sin hojas, ni ramas, se prepara para adoptar uno. Quiere sentir que es suyo.

DañoEn el último censo del arbolado urbano en Guayaquil, se identificó que hay 19.000 ejemplares afectados por plagas, entre los niveles leve, medio y grave.

¿Pero en qué consiste esta iniciativa que salió a la luz hace apenas unas semanas? En que un residente escoge un árbol que haya sido afectado por esta plaga, que ha convertido a la ciudad en un cementerio de árboles, para regarlo y cuidarlo, además de financiar mensualmente parte del gasto en líquidos de fumigación, en la aplicación de fertilizantes y en lo necesario para su restauración. En caso de ser necesaria la extracción de la especie, la responsabilidad será también del ciudadano, pero el proceso lo ejecutará el Cabildo.

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El rol que cumple el Municipio desde la Dirección de Áreas Verdes, según explican los miembros del colectivo, radica en analizar el árbol adoptado y determinar qué tipo de tratamiento necesita.

Buscamos ayudar al medio ambiente de la zona, pero no queremos quedar en eso. Necesitamos como ciudad que esta iniciativa se replique con todos los árboles enfermos.

Iván Falcones, miembro del colectivo Vía a la Costa Progresa

“Debemos tener un rol activo en el cuidado de la naturaleza. Buscamos que las plantas estén sanas, tener suficientes pulmones naturales y que el panorama de la vía a la costa no se vea tétrico como ahora. Queremos vida, mucha vida”, alerta Omar Khun, residente del sector.

Hasta ahora, el proyecto comunitario ha logrado adoptar ya 50 árboles. EXPRESO se contactó con el Municipio de Guayaquil para conocer cuántos ejemplares están afectados, para a su vez saber cuántas manos se necesitan para su rescate; pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

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Tampoco hubo contestación respecto a qué acciones, a la par, están tomando en el sitio y si ejecutarán, por ejemplo, una campaña masiva de la mano de la ciudadanía para que sectores como la Alborada, Samanes, Sauces, Guayacanes y otras del sur pongan en práctica este ejemplo.

Estas son las iniciativas que necesitamos. Si no cuidamos nosotros mismos nuestra comunidad, las autoridades tardarán en atender el problema, cuando requerimos acciones ya.

Luis Amador, ciudadano

Christian Zurita, dirigente de Vía a la Costa Progresa, detalla que junto a la Dirección Municipal de Áreas Verdes se ha trabajado en este proyecto, que espera se pueda replicar a corto plazo en la urbe.

“Nos encantaría que los residentes de todos los barrios afectados adopten una especie tras otra. ¿Se imaginan lo bonito que sería tener todo verde? Sería una maravilla”, dice Iván Falcones, morador y miembro del colectivo, que sueña con que esta semilla ahora sembrada se disperse sin límites.

“Necesitamos dar el paso y ayudar y ser el ejemplo a las nuevas generaciones. Queremos tener un buen ambiente y dejar atrás el panorama tétrico que se ve con los arboles muertos de vía a la costa. Ese es nuestro objetivo”, agrega Khun, quien tiene ya su árbol.

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En el sector, donde el colectivo asegura que hay 2.800 árboles, una gran mayoría en estado de abandono, habitantes como Allison Franco, quien reside en Belo Horizonte, se preparan para sumarse a la lista de los rescatistas verdes.

Buscamos dejar una herencia a las futuras generaciones, y con esta iniciativa podemos no solo embellecer las áreas verdes de la zona, sino también restaurar sus pulmones naturales.

Omar Khun, ciudadano
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“Yo me enteré hace poquito de este proyecto, que me parece fenomenal. Darle la oportunidad a la tierra para renacer es magnífica. Quiero ser parte del cambio. Tengo dos primas que habitan también en esta arteria. A todos ya les conté de la idea, y pues este fin de semana iremos en busca del nuestro. Mañana (hoy) haremos el contacto con la asociación y, pues, manos a la obra. No habrá quién nos pare”.

Patricia Macías, dirigente de la primera etapa de Samanes, ve con buenos ojos la participación de los residentes de vía a la costa. Cuenta que en su vecindario desde hace cinco años han regado las áreas verdes del bosque seco para conservarlas, y que la respuesta ha sido favorable.

“Que la comunidad pueda regar y cuidar árboles más allá de los que están en el bosque es un proyecto interesante a replicar. Que todos los vecinos puedan apoyar beneficiaría a la ciudad a largo plazo, y como vecinos haríamos una gran comunidad”, opina.

Mónica Quezada, dirigente de La Pradera 1, piensa igual. Para ella, la iniciativa es noble, pero requiere de la ayuda del Municipio en muchos aspectos para ejecutarla a cabalidad.

“En nuestro caso, los árboles afectados son los más grandes, que se están cayendo a pedazos. Ya hemos cotizado con empresas privadas cuánto costaría cuidar la vegetación, pero nos sale muy caro todo, más de $ 300 por árbol. El proyecto se podría replicar si el Municipio nos diera mayor apoyo para que los mismos ciudadanos los ayudemos. Acá nos encantaría, pero financieramente no todos podemos. Es complejo”, admite.

Por ello, exhorta a la Alcaldía a acercarse a los barrios que sufren por el daño, a fin de proponer acciones similares que en conjunto puedan salvar a la ciudad. 

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