
Vecinos piden mejoras en parques del norte de Guayaquil
Varios parques se encuentran en mal estado, denuncian residentes. A muchas de estas zonas las denominan ‘áreas grises’
Guayaquil, una ciudad que creció a un ritmo acelerado y se expandió sobre el cemento, enfrenta actualmente una preocupante realidad que sus habitantes denuncian con indignación que algunas de sus áreas verdes se desvanecen poco a poco.
Varios ciudadanos coinciden en una misma alerta: la urbe se ha transformado en un mar de concreto donde los parques del norte lucen secos, deteriorados y, en muchos casos, convertidos en vertederos improvisados y espacios usados para delinquir.
Un recorrido por sectores como Guayacanes, Alborada, Sauces, La Atarazana, Samanes y Los Vergeles revela un panorama alarmante: árboles mutilados, bancas rotas y caminerías cubiertas de basura; y en las noches, una oscuridad casi total. Lo que antes eran espacios de encuentro y recreación familiar, hoy son zonas desoladas donde la inseguridad gana terreno.
El grito ciudadano por arreglos en los parques

“Los parques que antes unían a las familias ahora son escondites para delincuentes. Su mal estado aleja a los niños y deja el espacio libre para los malos elementos”, lamenta Nelson Murillo, morador de Guayacanes, un sector donde casi cada manzana tiene un parque, aunque pocos conservan su vitalidad.
La situación se repite en varios sectores del norte. En Sauces, por ejemplo, los moradores rebautizaron con ironía las ‘áreas verdes’ como ‘áreas grises’. “Antes había vida, sombra y frescura. Hoy, solo polvo y estructuras vacías”, dice Luis Cedeño, residente de la cuarta etapa, donde un parque luce abandonado, lleno de maleza y con bancas destruidas.
Según líderes barriales, el mantenimiento de los parques depende casi exclusivamente del esfuerzo vecinal. “Los barrios organizados tienen parques bonitos porque los cuidan ellos mismos. Los demás se deterioran cada año”, afirma Saúl Cedeño, de Guayacanes.
Otros ciudadanos denuncian también el mal estado de las canchas. Evaristo Rodríguez, dirigente de Los Vergeles, menciona que el abandono viene desde administraciones municipales anteriores. “La cancha está llena de huecos. Pedimos cercarla y arreglarla, pero nunca responden. Llevamos años esperando atención”.
Durante un recorrido realizado por EXPRESO, se evidencia, además, una reciente poda masiva de árboles, lo que deja a varios parques sin sombra. “Han cortado árboles de más de muchos años. Ahora el sol cae directo todo el día”, comenta molesta Vanessa Aguilera, de Guayacanes.
El ambientalista Xavier Salgado considera urgente que el Municipio refuerce su política ambiental. “Cada día crece más el parque automotor, pero no las áreas verdes. Hay más de 2.300 parques en Guayaquil, pero la mayoría están descuidados. Es indispensable trabajar en la sostenibilidad urbana”, advierte.
Salgado recomienda que el Cabildo priorice la modernización del espacio público con criterios de seguridad, inclusión y sostenibilidad, y que este año impulse una estrategia ambiental sólida que contemple nuevos proyectos de reforestación, mejoramiento de parques y recuperación de zonas verdes.
residenta de Guayacanes
El Municipio de Guayaquil apunta mejoras, pero en otras zonas
Aunque el Municipio no concedió una entrevista para profundizar en su planificación de mantenimiento, sí ha informado sobre obras puntuales, como el Bosque Urbano Nativo (BUN) en el redondel Dr. Antonio Parra Velasco, en Sauces 6, o mejoras en algunos parques de la zona. S
Por otra parte, recientemente se anunció una proyecto integral de repotenciación impulsado por el Municipio de Guayaquil, a través de la empresa pública Parques EP, que busca devolver a estos lugares su valor como puntos de encuentro, recreación y bienestar para miles de familias.
El plan contempla la intervención de 10 parques representativos de la ciudad: Victoria, Centenario, Víctor Emilio Estrada (Urdesa), Stella Maris (Guasmo Norte), Coviem, 7. Canchas, Acacias, Girasoles (Cdla. Ceibos), FAE y Matilde Hidalgo (Cdla. Bolivariana).
Dos de ellos (Stella Maris y Acacias) ya fueron adjudicados y sus obras comenzarán a mediados de noviembre, mientras los ocho restantes se encuentran en proceso de contratación. Según anunció el Municipio esto le cuesta alrededor de $1,2 millones a Guayaquil.
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