Cartas de lectores | Tradición profundamente arraigada

La misa de madrugada inicia cada 14 de diciembre y se realiza por nueve días como una tradición de fe

Antes del amanecer, la iglesia de Santa Elena se llena de fieles para la misa y novena por la llegada del Niño Dios. La catedral, una de las reliquias más antiguas de la provincia, adquiere en diciembre un carácter especial con la misa de madrugada o misa de gallo, tradición con más de un siglo de antigüedad.

La celebración inicia a las 05h00 durante nueve días, con una concurrencia masiva de católicos que acuden muy temprano, convocados por el repique de campanas, antes de dirigirse a sus labores. Es una misa única en el litoral y el país, celebrada antes del amanecer.

Esta costumbre, atribuida a los padres franciscanos, está llena de anécdotas. Laurita Rosales, de 80 años, recuerda que en su niñez su madre la despertaba de madrugada y en una ocasión llegaron tan temprano que tuvieron que esperar hasta la apertura del templo.

Muchos fieles recuerdan que de niños se dormían durante la misa, pero con los años asumieron la devoción. La tradición se mantiene viva y antiguamente se complementaba con desayunos típicos como guatita o encebollado en los alrededores del parque.

La iglesia exhibe un pesebre navideño junto al altar principal, mientras los sacerdotes cumplen la novena previa al nacimiento de Cristo. Santa Elena conserva además otras importantes celebraciones religiosas. La misa de madrugada inicia cada 14 de diciembre y se realiza por nueve días como una tradición de fe profundamente arraigada.

Evelio Patricio Reyes Tipán