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Obstáculos. Vehículos a exceso de velocidad, baches y la falta de una ciclovía exponen al peligro a los ciclistas que usan la Francisco de Orellana.CARLOS KLINGER

Sortear baches y carros en las vías, el martirio diario de ciclistas

La avenida Francisco de Orellana es de las más conflictivas para los pedalistas en Guayaquil. Usuarios exigen ciclovías conectadas, bacheo y respeto

Pedalear se ha vuelto sinónimo de arriesgar la vida. Recorrer tramos de 15 minutos en bicicleta para los guayaquileños ahora implica un acto de valor, el irrespeto ha causado que los ciclistas deban tomar precauciones extremas al momento de subirse a este vehículo.

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EXPRESO realizó un recorrido por la avenida Francisco de Orellana, una de las vías más transitadas de la ciudad y donde el irrespeto al ciclista es latente. El alcalde Aquiles Álvarez reconoció en un informe que las ciclovías de Guayaquil están en pésimo estado, no conectan o forman algún circuito, poniendo en riesgo la integridad de los pedalistas.

Un equipo de este Diario acompañó a ciclistas que recorren esta vía de 16 kilómetros, que inicia desde el centro comercial San Marino y concluye en la conexión entre Pascuales a Daule, donde no se observó un solo espacio para ciclovía.

FlujoSegún datos de la ATM, 61.476 autos en promedio se movilizan de lunes a viernes por la avenida Francisco de Orellana.

Abel Vargas, de 60 años, quien sale en bicicleta a las 14:00 desde Bastión Popular hasta el parque Samanes, para llevar a su nieto a practicar fútbol en las canchas de este espacio, califica el camino como un mar de obstáculos.

Inicia su trayecto junto con su nieto, a quien le pide transitar por la vereda y así estar más seguro, mientras él recorre su camino por la calzada. Tras salir de su hogar, el primer inconveniente que encuentran son los innumerables baches que invaden a Guayaquil. Vargas detalla que, dependiendo de la ruta, ve más de 100 huecos, aunque vaya por la principal o transite por vías secundarias. “Un solo bache que me ‘coma’ y me llamaba”, comenta.

Muchas veces los carros te bloquean el paso y toca avanzar varias calles más adelante del destino para poder cruzar. Y, un tramo de 10 minutos, se convierte en 20.

Josué Quintana, ciclista 
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Detalla que en la calle Manuel Ignacio Gómez Lince, los buses, carros de uso personal y camiones “te pasan a lado, un poco más y te rozan, y ni porque te ven a un costado de la vía se dignan a alejarse”.

El pasar de la calzada a la vereda por la falta de rampas es otro martirio del que señala no ser solo él afectado, sino además las personas con movilidad reducida. Esta situación lo obliga a usar en muchas ocasiones vías internas o la vereda para transitar hasta la Francisco de Orellana, donde los inconvenientes viales se agudizan.

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Los pedalistas con cada salida experimentan peligro constante por la cercanía de los vehículos con ellos y la falta de conciencia vial.CARLOS KLINGER

Tras el informe sobre el estado de las ciclovías, ¿qué solución para tranquilidad del ciclista dará la actual administración municipal? En su informe de gestión, Álvarez indicó que se reformularán, junto a la Dirección de Planificación Urbana, estas rutas para ciclistas y se tomarán en cuenta las sugerencias de los usuarios.

Juan Pablo Pérez, del colectivo Masa Crítica, cuenta que sufre las mismas incomodidades que Vargas en la Francisco de Orellana. Desde que sale de su hogar en Urdesa le toma entre 40 minutos a una hora recorrer en bicicleta, uno de sus principales medios de transporte.

Las ciclovías en la Francisco de Orellana son inexistentes, el respeto en la vía es nulo. Queremos circuitos que si conecten y que haya un verdadero respeto al ciclista.

Mabel España, ciclista 

Al salir, busca las vías menos transitadas para recorrer esa arteria, comenzando desde la intersección con la Luis Plaza Dañín. Una vez en este punto comienza el primer desafío, cruzar a la otra vía.

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“Ya en la intersección, los carros no siempre dejan pasar y me toca pasarme al espacio de los peatones, bajar de la bicicleta y pasar por el paso cebra para seguir con mi tramo”, detalla Pérez.

Una vez pasado el primer obstáculo, los baches y las tapas de alcantarilla desniveladas por el reasfaltado son el siguiente desafío, pues debe sortearlos a lo largo de esta vía, que señala que no tienen fin.

Al llegar a Entre Ríos, pedalear hasta Samanes se vuelve una travesía, pues al igual que Vargas, los carros lo pasan ‘rozando’. Comenta que no hay suficientes parterres centrales y rampas para descansar o cruzar de una calle a la siguiente sin necesidad de avanzar grandes distancias, y lo más importante, no hay ciclovía.

“Toca tomar vías alternas, pero eso se vuelve un desvío innecesario y que toma más tiempo, todo con el fin de no toparse con vehículos que pueden volcar al ciclista. Necesitamos con urgencia la atención de las autoridades, que nos den espacios seguros y lo suficientemente amplios para poder trasladarnos sin necesidad de arriesgarnos cada vez que salimos”, reclama Pérez.La avenida Francisco de Orellana es de las más conflictivas para los pedalistas en Guayaquil Usuarios exigen ciclovías conectadas, bacheo y respeto.

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Experto propone la redistribución de las ciclovías de avenidas específicas, unas manteniendose en la calzada y otras ubicadas en las veredas.CARLOS KLINGER

  • Propuesta

“Se deben redistribuir las vías”

Ante la problemática actual con las ciclovías, la opinión de expertos apunta a la redistribución correcta de las vías y por sectores.

Jhonny Cóndor, experto en movilidad y urbanismo, señala que las calles de Guayaquil no están bien diseñadas para los carriles de ciclistas.

“Tenemos calles muy estrechas, que para dos carriles no tienen más de 6 a 8 metros, y al instalar una ciclovía en la calzada quita espacio a los carros y motos, dando espacio al irrespeto de los conductores a los ciclistas”, menciona.

Considera que primero se debe estudiar las calles y proponer un rediseño. “Las ciclovías deben ubicarse en la calzada cuando las avenidas tengan al menos 6 carriles. Fuera de esto, no es posible; primero, por el riesgo y poca cultura de respeto a quienes tienen como medio de transporte la bicicleta. En las calles estrechas, la ciclovía debería ir en las veredas, con los peatones”.