
¿Son las rejas realmente efectivas contra el crimen y la inseguridad en Guayaquil?
Residentes y especialistas dan criterios a favor y en contra del uso de rejas en los barrios de Guayaquil
En Guayaquil, las rejas se han convertido en un símbolo de miedo y supervivencia. Los portones metálicos instalados por los propios vecinos dividen calles, limitan accesos y reconfiguran el espacio público. Para algunos, son un muro de contención frente al crimen; para otros, una ilusión de seguridad que no resuelve el problema de fondo.
La pregunta clave sigue sin respuesta clara: ¿realmente las rejas ayudan a frenar la inseguridad en Guayaquil?
Los que apoyan la instalación de rejas
Los defensores de las rejas aseguran que son una medida de protección inmediata frente a una delincuencia que no da tregua.
"Si no cerramos la calle, los ladrones entran a robar sin problema. Puede que no sea la solución perfecta, pero al menos dormimos un poco más tranquilos”, decía a EXPRESO Rosa Martínez, moradora del sur de Guayaquil.
Expertos en seguridad comunitaria señalan que las barreras físicas sí pueden reducir la incidencia de delitos oportunistas como robos a domicilios, asaltos exprés y atracos a transeúntes, ya que dificultan la entrada y salida rápida de delincuentes.
Según la propia Policía, en sectores donde los barrios han optado por cerramientos, las denuncias por robos menores han disminuido de manera parcial.

Los que consideran que el aporte no es una medida efectiva
Otros sostienen que las rejas son solo un parche frente a un problema estructural. Sociológos urbanos critican que el cierre de calles refuerza la segregación social y reduce el acceso a servicios de emergencia. “Si un incendio ocurre o una ambulancia necesita ingresar, el retraso por rejas cerradas puede costar vidas”, señaló a EXPRESO Ricardo Balón.
Vecinos del norte de la ciudad cuentan que, a pesar de estar enrejados, han sufrido extorsiones y balaceras en las inmediaciones. “Las rejas no frenan al crimen organizado, solo lo desplazan a la siguiente cuadra”, dice Carlos Mendieta., residente de la Kennedy.
Desde el ámbito municipal se reconoce que la proliferación de estructuras ilegales ha generado desorden urbano, conflictos vecinales y limitaciones en la movilidad.
Los trámites para los permisos seguirán ejecutándose, pero de forma virtual
Aunque desde 2024 existe una ordenanza para regularizar estas estructuras, los trámites no se cumplieron en los tiempos previstos.
Ahora, el Municipio implementará desde el 1 de octubre de 2025 un sistema en línea para solicitar o renovar permisos de instalación de rejas. Sin embargo, la medida llega tarde: cientos de comunidades ya levantaron portones sin autorización, ante el abandono estatal y el aumento del sicariato.
