Incertidumbre. El turismo en Guayaquil sigue afrontando escenarios adversos en las últimas semanas, luego de un 2023 en el que llegó a alcanzar cifras que manejaba previo a la pandemia de covid, y que llenó de esperanza a quienes integran el sector.

Cuatro profesionales de esta rama, pertenecientes al ámbito público, privado y académico, expusieron las problemáticas que enfrenta la ciudad, analizando soluciones y el rol que cada organización que conforma el espectro turístico debe asumir, durante el conversatorio Chela Científica, desarrollado por la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), esta semana.

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Hugo Rivera, gerente general del hotel Trip by Wyndham, explicó que si bien la Organización Mundial de Turismo estimaba que los destinos a escala global iban a recuperar los niveles de demanda a partir del 2024, Guayaquil registró un auge de visitas entre finales del 2022 y tramos del 2023.

“Pero, ¿qué ocurre? Lográbamos los porcentajes de ocupación, pero no los de tarifa. Entonces, el impacto todavía seguía afectando nuestros niveles de ingreso. Es bueno alcanzar un nivel de demanda como antes de pandemia, pero la tarifa todavía venía bastante afectada. Sin embargo, veníamos en este plan de recuperación”, expresó.

Para Lorraine Akel, directora de ventas del hotel Hilton Colon, el 2023 fue un “año excelente” para el sector, pero se vivieron escenarios drásticos como el anuncio de muerte cruzada por parte del entonces mandatario Guillermo Lasso, en mayo, y luego, por el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, en agosto.

Aquello trastocó la curva alta de resultados que venía obteniendo el sector hotelero, dijo. En octubre recién pudieron recuperarse, pero no en los márgenes previstos. Noviembre y diciembre también generaron un mayor movimiento en ventas.

Sin embargo, en enero pasado, debido a los ataques terroristas, nuevamente el dinamismo decayó. “El impacto del mes como tal fue un 45 % menos versus el año pasado en ventas”, refirió Akel.

Ante este escenario, Rivera sostuvo que los hoteles en Quito han comenzado a apostar por la seguridad de los visitantes, como un diferenciador.

“Creo que es algo que las empresas tenemos que empezar a invertir muchísimo, en crear un ambiente en que la gente se sienta seguro”, puntualizó.

Otro tema que los inquieta es la eliminación de la Empresa Pública Municipal de Turismo, autorizada hace pocos días por el Concejo Cantonal de Guayaquil. Carla Ricaurte, coordinadora del grupo de investigación en Turismo Marino y Costero de la Espol, sostuvo que, como forma de respuesta a esta medida, representantes privados del sector han conformado un comité.

El objetivo, explicó, es proponer ideas de gobernanza al Cabildo para potenciar el turismo, dejando a un lado las quejas. Con ella coincidió Rivera.

“Es importante que la industria privada asuma el compromiso de no solo sentarse a llorar y ver qué puede hacer el resto de la gente por mí. El resto de hoteles estamos abocados a ser muy flexibles en costos, en gastos, en ahorros, y creo que la Ley de Turismo que se aprobó en estos días, justamente por los modelos de contratación que se van a autorizar, sí nos van a beneficiar”, refirió el hotelero.

Ricaurte indicó que se debe repensar el plan estratégico de turismo en métodos más activos. Dijo que el 67 % de quienes visitan Guayaquil llegan por los malecones o parques. Un 18 %, lo hacen por la gastronomía y el restante, por patrimonio.

“La tendencia mundial va hacia el turismo auténtico y nuestros visitantes van al Malecón, que no está mal, pero gastronomía y patrimonio están mucho más atrás. Entonces, lo que estamos vendiendo no es”, refirió.

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Ángelo Calderón, director provincial de Turismo de la Prefectura del Guayas, expresó que dentro del ámbito público, se están gestionando estrategias para la llegada de visitantes a los cantones, poniendo a Guayaquil como eje distribuidor.

Y apuntó a convenios realizados con la prefectura de Azuay, explicando que en el mes de septiembre, Cuenca cerrará su aeropuerto por dos meses debido a trabajos en la pista.

Aquello, dijo, debe ser aprovechado por el sector turístico de Guayaquil, para implementar proyectos que propicien la permanencia en la ciudad de los viajeros cuyo destino final es el austro ecuatoriano.

”El sector público y el sector privado tanto de Guayas como de Azuay ya hemos comenzado a reunirnos con el fin de trabajar con miras a este cierre”, dijo.

Rivera analizó que Guayaquil debe retomar el turismo de congresos y convenciones. Este nicho, sostuvo, generó réditos a la urbe y la posicionó como un centro atractivo a nivel mundial.

Y enfatizó que uno de los factores para el éxito de este proyecto, fue la unión del sector público, en este caso el Municipio, con las diversas organizaciones privadas de turismo.

Akel coincidió en este punto. “El turismo no puede parar, tenemos que ser agentes positivos porque necesitamos movernos, y la empresa privada siempre ha sido muy unida en lo que corresponde a las acciones en conjunto y venimos también con una escuela de trabajo con la parte pública. Fue esa combinación la que nos sacó del bache de la pandemia en su momento, y eso es algo que es innegable”.

Ricaurte analizó que, tras los embates que ha sufrido el sector turístico en Guayaquil en los últimos años, la academia podrá exportar conocimientos sobre “la gestión de destinos en incertidumbre”.

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