La puesta en funcionamiento del nuevo viaducto de la isla Trinitaria, que conecta la Perimetral con Trinipuerto, ha traído una serie de inconvenientes, denuncian diferentes conductores y moradores. Los problemas incluyen baches, accidentes e inseguridad.

Es preciso recordar que el puente tardó 26 meses en quedar terminado. Su construcción empezó en la administración de la entonces alcaldesa Cynthia Viteri y, finalmente, fue inaugurado el pasado 27 de febrero por Aquiles Álvarez, actual burgomaestre. Él llegó al lugar y caminó sobre el puente con varios concejales.

La idea era disminuir el intenso tráfico que a diario se registra en la zona (entrada a Trinipuerto) y permitir que los vehículos pesados salgan directamente hacia la vía Perimetral. Sin embargo, la situación no ha mejorado y ‘llueven’ las críticas.

“El primer problema es que el puente solo es de salida (sentido Trinipuerto-Perimetral), lo que hace que el tráfico para el ingreso del Trinipuerto esté igual que antes. Fueron 7 millones de dólares que se gastaron para una solución a medias”, comentó Luis Menoscal, taxista que labora en este sector.

Él pensaba que con la nueva estructura ya no iba a lidiar con los tráileres, que a diario provocan un terrible congestionamiento, pero no fue así.

EXPRESO visitó el sitio y se percató de que pese al tráfico, decenas de vehículos pesados no toman el nuevo puente sino circulan por la antigua ruta.

Ahí, un uniformado de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) que se encontraba en el interior de una patrulla cerca al Trinipuerto explicó los motivos. “Para usar el puente debes ir por una zona que es muy peligrosa. Casi a diario se conocen de casos que les tiran cañas a los choferes y les roban o los ‘vacunan’ (extorsionan) antes de subir al puente”, manifestó el agente, que pidió la reserva de su identidad.

Precisó que es por eso que los conductores evitan tomar el puente, lo que implica que haya más congestión. Esta situación, dijo, la conocen las autoridades. “Ya hemos denunciado y (las autoridades) saben lo que pasa, pero no se hace nada. Poco se usa el puente por el miedo y, por eso, nosotros también nos mantenemos alejados de esa zona”, confesó el agente al referirse a la calle Marcelo Suárez Montesdeoca, que conduce al viaducto.

El equipo de este Diario también fue víctima de amedrentamientos por parte de dos sujetos que pidieron no tomar fotografías.

En la zona, además, pocos ciudadanos estaban dispuestos a emitir algún comentario, pero aquellos que decidieron hablar coincidieron en los problemas que genera el viaducto.

“Esta calle antes era doble vía, pero ahora solo es de una (vía) y nadie respeta eso. Como ve, circulan como les da la gana”, contó María Morales, al resumir que el puente “da más problemas que soluciones” y que los asaltos han aumentado.

Otra queja ciudadana que también se lee en redes sociales es que los vehículos de carga pesada con frecuencia se quedan parqueados en medio de la vía, lo que imposibilita la libre circulación de otros automotores, lo que genera mayor congestión vehicular.

Mientras que a unos metros, en el sector de la Perimetral, por donde desemboca el puente, los moradores también tienen quejas.

“Esto no tiene ni un mes y ya hay huecos en la calle, tapas de alcantarillas rotas y otros daños evidentes. Además los acabados del puente están mal hechos. Hay tubos de PVC colgando en casi todo el puente. Con tanto dinero que se invirtió tenían que haber hecho algo de calidad. La verdad es que el puente no da confianza”, cuestionó Antonio Barrezueta, quien reside justo al frente de la estructura.

Mientras tanto, Marlon Juna, otro residente, denunció que hay pedazos de cemento que quedaron abandonados y nunca fueron retirados. “Cortaron trozos de veredas para cambiar la forma de la calle y dejaron aquí lo que no utilizaron. Todo quedó aquí botado, ya pasó un mes y todavía no lo vienen a recoger”, reveló el hombre, que también se quejó de la situación de algunos postes de luz que, según él, fueron dañados por las maquinarias y siguen instalados.

EXPRESO solicitó una entrevista con algún funcionario de la dirección de Obras Públicas para consultarle sobre el estado del puente en cuestión. Sin embargo, hasta el cierre de este artículo no hubo ninguna respuesta por parte del departamento de Comunicación.

En tanto, Gabriel Valencia es otro residente que cuestiona la utilidad de esta estructura. “Finalmente este puente solo vino a aumentar la delincuencia y a provocar más tráfico, porque está mal hecho y casi no se lo utiliza. Una vez más, (hubo un) derroche de recursos mal utilizados”, fue su comentario.

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