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Realidad. Algunos ciclistas sortean el paso entre vehículos, por falta de ciclovías.Blanca Moncada / EXPRESO

La nueva ordenanza le da un giro al uso de la bicicleta en Guayaquil

La norma que regula a los vehículos de micromovilidad marca un punto de partida hacia el transporte sostenible. La infraestructura está aún pendiente

Han pasado casi dos años desde que la Mesa de la Movilidad empezó sus actividades, en miras de hacer más llevadero el diario vivir de quienes optan por las bicicletas y otros vehículos de micromovilidad, como patines, longboard, scooters y patinetas, pero que no cuentan con infraestructura urbana para poder trasladarse por la ciudad.

Cambiar esa realidad fue precisamente uno de los objetivos de la organización, que ayer logró cristalizarse, al menos en papel, con la aprobación en primer debate de la ‘Ordenanza que regula el uso de la bicicleta y vehículos de micromovilidad del cantón Guayaquil’.

El visto bueno llegó al Concejo Cantonal en ausencia de la alcaldesa Cynthia Viteri, quien luego de socializar las medidas por la emergencia sanitaria que vive el país, delegó al concejal Josué Sánchez para que presida la sesión ordinaria.

El documento de veinte páginas, rechazado por los concejales en varias ocasiones, y cuyo debate se había aplazado por meses enteros, fue esta vez acogido con total aprobación, aunque con algunas observaciones de la concejala Consuelo Flores.

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Entre otros puntos más relevantes, la ordenanza define la norma de circulación para estos transportes y determina que los automotores deberán mantener una distancia lateral de seguridad mínima de 1,5 metros, y una mayor distancia cuando rebasen o adelanten a ciclistas y vehículos de micromovilidad.

Un error, según la lectura del experto en movilidad Carlos Salvatierra. “No debieron insistir con ese metro y medio de distancia”. Agrega que se exagera en la separación de 1,5 metros dentro del ámbito urbano, pues esta medida aplica para el caso de carreteras o caminos interurbanos, cuando existen altas velocidades.

Sumado a los anchos sobredimensionados que tiene el vehículo privado en Guayaquil (muchas veces no marcados en la vía), darán la excusa perfecta para lo no implementación de ciclovías por motivo de no haber suficiente espacio.

Carlos Salvatierra, experto en movilidad

El docente recomienda una banda de segregación de 30 cm, o si existe vegetación o línea de aparcamiento de vehículos, un resguardo de 80 cm. Lo que deben hacer, recomienda por su parte la arquitecta Liliana Carbonell, es “quitar los parqueos (improvisados) del lado derecho de las vías”.

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Más de un millón de personas utiliza bicicleta en Guayaquil.Blanca Moncada / EXPRESO

En el numeral uno del artículo 5 de la ordenanza, se estipula que las bicicletas y los vehículos de micromovilidad podrán circular en los lugares en los que existen las ciclorrutas o ciclovías, o aquellos en los que esté específicamente diseñado o señalizado para tal efecto. Y el siguiente sostiene que en el caso de que la circulación sea en la calzada o vía pública, y no esté señalizada, la circulación será en el mismo sentido en el que circulan los vehículos livianos.

Para Salvatierra, ahí radica otro de los errores de la ordenanza, pues si bien se exige al ciclista usar “ciclovías”, no se obliga al Municipio a construirlas. En la Mesa de la Movilidad se habló de aquello, reconoce Kevin Miño, activista por los ciclistas de Masa Crítica y miembro de la organización.

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Tratamos de sacar un producto favorable, para beneficiar a los usuarios actuales de la bicicleta y atraer a nuevos. Este es un paso histórico en materia de movilidad.

Álex Moreno, abogado y asesor jurídico de Masa Critica

“Se creó la ordenanza con la proyección de que en algún momento se construyan las ciclovías”, precisa Miño. La presidenta de la Mesa, Gina Galeano, confirma con este Diario sobre las ciclovías que “se harán mapeos con la nueva Dirección de Planificación sobre ese tema”. Esto aunque la Autoridad de Tránsito Municipal prefiere, primero, hablar de bicicleta pública, tema para el que incluso contrató un estudio.

En otros puntos de la ordenanza, la edil Consuelo Flores subrayó la necesidad de que todos quienes conduzcan vehículos de micromovilidad que tengan motor cuenten con licencia tipo A, conozcan las leyes de tránsito y sean responsables del uso de los mismos, para así evitar accidentes.

En otras ciudades, el uso irresponsable de scooters ha cobrado la vida de peatones y ocasionado accidentes de tránsito. La licencia es importante, además, para identificar al usuario.

Consuelo Flores, concejal

El activista Kevin Miño piensa que este tipo de decisiones de ciudad se deberían socializar mucho más y que la ordenanza tiene que ser más humana. “Se aborda la micromovilidad, pero se deja de lado a los peatones”, observa. Sin embargo, cree que esto es un logro significativo para los grupos ciclistas, que no solo usan ese medio como recreación, sino como transporte diario y hasta como trabajo.

LEE LA ORDENANZA AQUÍ.

Mucho ha cambiado desde que empezó este camino hacia la movilidad sostenible. El mismo edil Jorge Rodríguez, quien antes alegaba que las ciclovías no funcionan en sitios como el centro por las “condiciones de las calles y el clima”, ahora, como todos, aplaude la iniciativa.

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“Sin duda voy a votar a favor de esta propuesta. Cerca de un millón de guayaquileños tiene bicicleta. Es importante que Guayaquil estimule su uso, y que se genere un transporte intermodal”, argumentó ayer.