
Festival de la calle Córdova volvió a ser escenario de la fiesta barrial en Guayaquil
Artistas de Durán y Santay fueron invitados. Festival tendrá su décima edición en 2026
Al ritmo de cumbia, Tatiana Lara usó la calle de pista para bailar. Siempre sonriente, disfrutó junto a la tarima.
En el escenario, la Orquesta Juvenil de la isla Santay animó al público que llegó desde varios sectores de Guayaquil y de ciudades vecinas.
Lara arribó desde Durán. “Es muy bonito. Es la segunda vez que vengo porque mi cuñado y mi hermana me invitaron”, contó la mujer a EXPRESO.
Junto a ella, decenas de personas bailaban o cantaban, comían en familia y amigos, o simplemente apreciaban la diversidad artística.
Fue el ambiente de este domingo 27 de julio de 2025 en el noveno Festival de la calle Córdova, que se ha convertido en un tradicional sitio para disfrutar de las fiestas julianas.
Festivales en los barrios, como estrategia para fomentar la unión
Desde temprano, el espacio se volvió el punto de encuentro familiar y barrial. La intersección de Córdova y Mendiburu fue peatonalizada para permitir que las personas recuperen el espacio público para compartir.
En este sector se realiza el Festival de la calle Córdova, en el centro de Guayaquil
Y también para evocar aquellas actividades de antaño que reunían en las calles a los niños, hoy convertidos en adultos, que ven cómo una ciudad golpeada por la inseguridad, no solo festeja sino que se mantiene viva con el arte y la cultura.
La mayor parte de las calles en el centro de la ciudad lucían vacías, en plenas fiestas julianas. El Festival de la calle Córdova fue uno de esos lugares donde las personas se reencontraron y disfrutaron.
Primero fue la oportunidad de los niños. Guiados por el actor David Saavedra, jugaron a saltar la cuerda o a recoger la mayor cantidad de chupetes mientras cargaban globos.

Desde la tarima, Saavedra le recordaba al público que esta era una oportunidad para recordar y compartir entre residentes del sector y de toda la ciudad.
Luis Díaz es uno de esos habitantes del centro que disfruta de este festival. “Todos los años vengo. Es una excelente presentación con la comida y la orquesta para bailar”, afirma.
Él cree que esta actividad no solo debe mantenerse sino ampliarse. Con él coincide María Durán, quien reside en Estados Unidos pero que constantemente vuelve a su natal Guayaquil.
“El festival es fantástico. Es muy bonito. Hay que hacerlo más seguido”, comentó la mujer, mientras empezaban los acordes de la salsa, ritmo que encendió más al público.
Autogestión es clave para sostener al festival
“Tratamos de que sean variables (los ritmos). En una familia tenemos de todo, a quien le gusta la cumbia, el rock, el reggae, los pasillos, e incluso tenemos un trío que viene de Santa Elena a cantar”, explicaba Miriam Herrera, organizadora del evento.
“Los festivales comúnmente los hacen entidades en otros lados, pero yo lo hago de forma diferente, para recordar cómo éramos en los barrios antaños, eso es lo que trato de demostrar. Que sea un encuentro entre amigos”, anhela.
Encontrarse entre amigos y vecinos, en tiempo de inseguridad, no solo es un reto sino una herramienta para defender los barrios y su esencia.
Así lo ha venido recogiendo EXPRESO, al publicar opiniones de lectores que afirman que la cercanía en los barrios es algo que les motiva, aunque en los últimos años se haya perdido gran parte de esa actividad.
Pero hay sectores que luchan porque no desaparezca la esencia barrial. Ocurre en el Centenario, Orellana o Garay, barrios tradicionales de Guayaquil que se mantienen como motores de la unión ciudadana.
Esos lazos inundaron este tramo de la calle Córdova, con niños animados por sus madres y padres en los concursos al aire libre, o los amigos que se reencontraron en este espacio de arte, música y gastronomía.
El público esperaba la intervención de Ricardo Pita, el grupo folclórico Huayra Marka, y la orquesta Cabrera, que se presentaban como lo más destacado de la programación.
Así como el público espera a los artistas, la ciudad espera que el motor de sus barrios siga activo, reuniendo a su gente no solo una vez al año sino siempre.
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