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Equipo. En el parque Clemente Yerovi se juntan casi 15 personas de distintos barrios y edades. Todos se conocen y se turnan para bailar.CHRISTIAN VASCONEZ

Guayaquileños entonados con el baile callejero en el corazón de la Kennedy

El ‘break dance’ llegó a Guayaquil en 1984. En el parque Clemente Yerovi sale a relucir todo el potencial en la improvisación 

Jamás habrá límites en los pasos. Los gestos bruscos, energéticos y acrobáticos son las características del ‘break dance’, donde los bailarines conocidos como los B-Boys (hombres) y las B-Girls (mujeres) realizan movimientos ondulantes del cuerpo, rotaciones de piernas con apoyo de manos, cabeza y espalda que parecen de otro mundo. En Guayaquil, sin importar la etnia y edad, diversas personas se reúnen religiosamente de lunes a viernes en el parque Clemente Yerovi, en la Kennedy, a bailar mientras marcan su estilo.

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Cada uno es libre de interpretar sus movimientos, sean existentes, improvisados o creados. En el baile callejero, la improvisación es el arte de esta disciplina que nació en los barrios bajos del Bronx en Nueva York, Estados Unidos, hace más de 60 años y llegó a Guayaquil a mediados de 1984, como lo recuerda Gunter Arprecht, quien en ese tiempo tenía 15 años e hizo parte de la primera escuela de ‘break dance’ en la ciudad.

Para muchos como Lorena Real, quien habita a dos cuadras del parque, la presencia de los artistas le ha dado vida al sector. “Mis hijos, adolescentes, ven con gusto cada movimiento. Cuando salen de clases, saben dónde reunirse. Dicen que es parte de esa cultura urbana que debe destacar más en la ciudad. Mis chicos tienen 14 y 16 años. Ambos me han dicho que están desde ya armando un grupo para unirse a los artistas de la improvisación”, cuenta

El 2024 será el año de
los Juegos Olímpicos de París, donde se incluirá al baile del ‘break dance’ dentro de sus competencias deportivas.

En el lugar, donde los vecinos van a reencontrarse y los deportistas a correr, muchos se detienen a grabar mientras el resto ensaya. Jorge Cevallos, también residente, asegura que ahora va al parque porque la música con la que los artistas bailan, lo motiva a querer entrenar incluso más. Con fuerza.

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Figura. Marilin Quiñónez ha representado a Ecuador en distintos países.CHRISTIAN VASCONEZ
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“Es como si tuviera mi entrenador personal (ríe). A veces voy desganado por el mismo cansancio del día. Pero escucho hip hop, a veces algo de funk y me entran hasta ganas de farrear. El hecho de que ensayen por las noches, también me hace sentir más seguro. La oscuridad del entorno, a veces, juega en contra de todo. Pero ver al grupo moviéndose y haciendo piruetas, motiva a las familias a salir, y pues eso facilita que haya también comunidad; que es lo que más le hace falta a Guayaquil”, reconoce.

Arprecht, de 54 años y también amante del fisicoculturismo, tiene una escuela de ‘break dance’ desde hace seis años, donde le enseña a cada alumno a crear sus propios pasos dentro de una infinidad de posibilidades. “Cuando empecé a ensayar en el piso era difícil, me lastimaba el cuerpo porque en esa época no había guías”, resalta; al precisar que optaron por convertir al parque en su escenario por el espacio que este tiene y por ser tranquilo.

Además de Arprecht, Marilin Quiñónez y Tayron Antepara también hacen parte del grupo sin nombre que se junta desde las 17:00 hasta las 20:00 para disfrutar del baile urbano que hace parte de uno de los pilares de la cultura del hip hop. Cada uno tiene una historia y estilo distinto, pero lo especial es que entre todos se apoyan.

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Géneros Su música frecuenta ser: ‘break beats’ (patrones rítmicos diferentes, suelen ser sincopados y polirrítmicos), funk, rap y soul (fusión del gospel, R&B y pop).CHRISTIAN VASCONEZ
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Quiñónez, de 23 años, es una de las tres mujeres que conforman el equipo. Está emocionada, hace un par de días llegó de Río de Janeiro, Brasil, donde representó a Ecuador en un encuentro de ‘break dance’. La guayaquileña siente pasión por esta danza, tan solo escucha el ‘beat’ (pulso) de la música, y los movimientos de su cuerpo comienzan a fluir.

Hace cuatro años, la joven se convirtió en una B-Girl cuando se vio atraída por las maniobras que realizaban unos chicos en la calle, se acercó a ellos, les preguntó dónde entrenaban y fue. Ella recuerda que en octubre de 2019 se enamoró de este baile deportivo, y con vergüenza pero con ganas de aprender soltó sus primeros pasos y desde ese momento nunca ha dejado esta danza. “Jamás pensé que iba a estar en distintas competencias en Colombia, Brasil y próximamente en Chile, pero siento que la disciplina es lo que te lleva a esto”, dice.

Ahora, que el ‘break dance’ se incorporó al programa olímpico en 2020 y hará su debut en los Juegos Olímpicos de París 2024, se prepara para ser parte de los jóvenes que representarán al país en la cita internacional.

Por su parte, Antepara empezó a practicar el baile hace 13 años. “Empecé tarde para muchos, pero para mí, la edad no significa mucho. Lo que importa son las ganas y la energía”, expresa.

Este tipo de arte, porque eso es en realidad el break dance, debería fomentarse más en el espacio público guayaquileño. Ver a los artistas bailar, contagia. Este es un deporte que te anima y cambia. Es una comunidad que debe ser más expuesta y apoyada. 

Lourdes Baquerizo,
​guayaquileña, 21 años 

El ‘break dance’ siempre le llamó la atención, desde que tenía ocho años lo veía en las películas o programas animados, siempre quiso aprender pero nunca tuvo la oportunidad de encontrar una escuela o un espacio en la ciudad como el parque, al que decenas también acuden para ser testigos de este arte.

Hoy, a sus 46 años, se ha convertido en un maestro de la improvisación y ha logrado crear pasos únicos.

Además de seguir el ritmo de la música, algo que diferencia al ‘break dance’ de las demás danzas es que no existe un patrón rítmico porque sus pasos son ilimitados. Todos son libres de crear su propio espacio, donde la armonía grupal está presente.

GénerosSu música frecuenta ser: ‘break beats’, funk, rap y soul (fusión del gospel, R&B y pop).
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“El ‘break dance’ ha ayudado mucho a recuperar la convivencia en la ciudad, en el sentido de que somos una comunidad muy grande donde hay empatía, unión, paz y respeto. Mucha gente se refugia aquí cuando sale de las drogas, alcohol o problemas familiares. También hay quienes lo hacen por arte. En fin, a cada persona nueva que viene y está dispuesta a aprender, acá la apoyamos y le enseñamos a ser disciplinados para que puedan mejorar. En el campo artístico y como humano, con su sociedad”, dice la joven.

  • Cómo nació esta danza y qué pasos hay en ella

El ‘break dance’, o también conocido como ‘breaking’ es un estilo de baile urbano que forma parte del movimiento de la cultura hip-hop. Este nace en la década de los 60, cuando las bandas afroamericanas y latinas de los barrios neoyorquinos como Bronx y Brooklyn, en Estados Unidos, mantenían disputas por el territorio. En esa época, el bando ganador era el de mayor habilidad y con eso, lograba ridiculizar al oponente.

Entre los pasos básicos del ‘break dance’ se encuentran: el ‘Air Flare’, un movimiento giratorio en el que solo se usan los brazos para equilibrar el cuerpo; ‘Windmill’, consiste en rodar el torso continuamente, mientras se gira las piernas en forma de V en el aire; el ‘Baby Freeze’, eleva el cuerpo cerca del piso mientras se mantiene el equilibrio sobre las manos y la cabeza con los pies en el aire y para el ‘Head Spin’ (giro de cabeza), es importante usar un gorro especial con rejilla para proteger la coronilla.