Relleno. Sin ningún control, una compañía ha entrado al canal y lo ha rellenado. El Municipio de Durán pidió sanciones en un informe técnico. Este Diario solicitó, además, una entrevista con los responsables.
Relleno. Sin ningún control, una compañía ha entrado al canal y lo ha rellenado. El Municipio de Durán pidió sanciones en un informe técnico. Miguel Canales / Expreso

Durán: El último refugio silvestre de Brisas de Santay, en peligro

El lago fue rellenado alrededor de la ciudadela por una compañía. El Municipio prevé sanciones. Vecinos temen daños y exigen prevención

Cuando los vecinos de Brisas de Santay llegaron a esa ciudadela de Durán a vivir lo hicieron por la paz que otorgaba estar lejos del resto de zonas habitadas y por el que llaman “un plus”, el lago que hoy constituye el último refugio de vida silvestre que tiene ese sector y que fue rellenado en sus bordes por una empresa.

EXPRESO tuvo acceso al informe técnico que el Cabildo ha realizado en la zona, luego de que este Diario haga el pedido de información a la entidad, tras las denuncias de los moradores de la manzana F, que las últimas semanas estuvieron soportando el ruido, el polvo y las vibraciones por una construcción aledaña de la empresa Ropeniza S.A., que aparece como responsable de la afectación a ese cuerpo de agua.

En el informe del Municipio, con fecha 21 de julio, expuso que la jefatura de Análisis y Reducción de Riesgos realizó una inspección del canal ubicado entre el lote de la empresa mencionada y la ciudadela.

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Se halló maleza y material de relleno en ciertos tramos que impide que el caudal fluya con la velocidad que debería. De hecho, se muestran aguas estancadas y, en el tramo inicial, el canal está seco, por lo que el desfogue se vería afectado, dice el documento.

Se determinó, además, que la flora ha disminuido y los árboles presentes podrían ser afectados por el material de relleno que existe en el área.

El informe cita al reglamento de la Ley de Recursos Hídricos Usos y Aprovechamiento del Agua, capítulo 2, que habla de la protección del dominio hídrico y afirma que debe haber una zona de cinco metros. Esa franja no existe en el sitio en cuestión.

En imágenes anteriores, explica el informe, había un ancho de 7 a 20 metros en los límites de la ciudadela, que hacía efectiva la recolección de aguas lluvias, que fluyen luego al estero Don Camilo; pero el informe determina una reducción de este espacio.

Del Municipio no esperamos nada. Es esa entidad la que ha permitido toda esta destrucción de Brisas de Santay. No solo por el lago, también por las industrias.

Jorge Abad,

presidente del Comité Cívico Pro Mejoras de Brisas de Santay.
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El canal tiene influencia directa de la marea y ayuda para el desfogue de aguas lluvias, por lo que se recomienda mantener el ancho inicial, indica el informe, que pide a Riesgos municipal que determine sanciones al propietario del lote.

EXPRESO ha solicitado una entrevista con los responsables de la compañía para abordar este tema. El pedido está en trámite a esta fecha.

En las conclusiones se expone que hubo acuerdos verbales en 2020 con representantes de la empresa, para que realice un plan de recuperación de ecosistemas del estero, pero indica que los moradores deben mencionar el acuerdo por escrito.

Esto último le parece risible al experto en planificación urbana y gestión pública Franklin Villamar, quien trabajó algunos años en el Municipio de Durán y ha visto cómo, a lo largo de las últimas décadas, se rellenaron los cuerpos de agua que limitan con la zona residencial de Brisas de Santay.

A todas luces, lo que ha ocurrido alrededor de Brisas de Santay es un crimen ambiental. La Secretaría de Uso de Suelo tiene que actuar. El Municipio no vigila las construcciones.

Franklin Villamar,

experto en planificación urbana y gestión pública.
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“El informe técnico es claro. La zona industrial rellenó los cuerpos de agua. El Municipio se lava las manos, pero ¿dónde está el control de construcciones? No es solo la zona en cuestión, alrededor hay un lago rellenado totalmente. No tiene sentido que eso ocurra. La ley respalda los cuerpos de agua”, señala el especialista, que cree que lo primero que debió hacerse en este caso es multar, para parar eso desde la primera denuncia vecinal.

“El Cabildo olvida que su potestad es el manejo del territorio. Debe trabajar en prevención y no lo ha hecho porque no le ha dado la gana. Ese lago se llena y se vacía dependiendo de la marea. Taponado pasará lo que sucedió en Guayaquil. El estero apesta por los rellenos. Ese es el escenario que se puede prever, la putrefacción del agua a corto plazo”, añade Villamar, que cree que, definitivamente, los hechos apuntan a un “crimen ambiental”.

No es la primera vez que Brisas de Santay lidia con afectación ambiental. Es una ciudadela ubicada en toda la zona industrial de Durán. Allí habitan alrededor de 1.300 familias y todo el conjunto residencial está rodeado de industrias o esperando que se asienten empresas de este tipo.

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Jorge Abad, presidente del Comité Cívico Pro Mejoras de Brisas de Santay, cree que lo que ocurre es que el Municipio no respeta el uso de suelo. “Aún no recibimos una respuesta efectiva que garantice el cuidado de nuestro lago y su preservación. El Municipio parece enemigo de la ciudadela. No resuelve nada”, critica. Otro de los problemas es la falta de socialización. “Ni siquiera nos avisaron de este proyecto”, indica.

En el lago se pueden ver aún nutrias, garzas y diferentes tipos de aves. Los vecinos temen que termine desapareciendo y convirtiéndose en un pozo séptico o una laguna de oxidación.