imagen
Peligro. Habitantes de urbanizaciones aseguran que hay conductores que exceden los límites internos de velocidad, creando riesgo de accidentes.Alex Lima

“Los conductores en La Aurora creen que las etapas son su pista de carrera”

Habitantes señalan que los carros van hasta los 60 kilómetros por hora en las urbanizaciones. Experto propone como solución colocar rompevelocidades

Los habitantes de la parroquia urbana La Aurora, en Daule, aquejan por los carros que transitan a velocidades excesivas al interior de las urbanizaciones cerradas. De acuerdo a lo que ellos han podido presenciar, decenas de vehículos se desplazan como si estuvieran en una autopista, cuyo público son los niños, las familias y las mascotas, advierten a EXPRESO los líderes vecinales que acudieron a este Diario para hacer pública su queja.

Muchos de los conductores que viven aquí, creen que las etapas o urbanizaciones son su pista de carreras privada. Pero nadie les dice nada y siguen haciendo lo que les viene en gana.

Raquel Freire, habitante de Málaga II
Bicicleta 2

En imágenes: niño es atropellado por una camioneta en urbanización de Daule

Leer más

Hace menos de dos meses, como publicó este Diario, una víctima de esta situación fue un menor, habitante de la ciudadela Villa del Rey, que fue atropellado mientras andaba en bicicleta. De milagro, el pequeño está vivo, pero la ciudadanía se cuestiona hasta cuándo van a tener que soportar con comportamientos “irresponsables” que trastocan la convivencia y ponen en riesgo la vida de las personas.

Multa.EXPRESO solicitó a la CTE cuál es la sanción por atropello a un ciudadano dentro una urbanización, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

“Muchos no quieren acatar los límites internos de velocidad, que son de máximo 20 kilómetros por hora. Ellos conducen a 50, 60 kilómetros en estas calles que son estrechas y en las que se supone debe haber paz y seguridad, al menos urbana, pero ni eso hay”, señala Vilma Delgado, quien reside en Villa Club, y como Tania Flores, residente de Villa del Rey, denuncia que no haya un ente, más allá de la comitiva y los mismos residentes, que pongan un freno a esta situación.

Creo que la guardianía de las etapas también debe ayudar y decir algo a estos ‘velocistas’. Tal vez con la voz de una autoridad, estas personas eviten andar como locas.

Humberto Guaranda, habitante de Villa del Rey
RECORRIDO DE BUSES DE (10361912)

“La paz se esfumó hasta en los buses de las urbanizaciones”

Leer más

“Se han puesto pancartas que indican que máximo se debe conducir a 20 kilómetros, pero hay quienes hacen caso omiso. Hay vecinos que te quitan los mismos letreros, hay gente de afuera que ‘vuela’ en las vías internas. Eso no debería pasar. En otros países hay un respeto extremo a la convivencia. Aquí pasa lo contrario. Falta apoyo”, se queja Flores, quien como la mayoría decidió vivir en una urbanización cerrada para resguardar su vida y la de los suyos de las vías en barrios, por ejemplo, abiertos.

Ni a los humanos respetan, peor a los animales. Mi perro lo atropelló un tipo de mi etapa que iba a velocidad, y nunca lo multaron. Él aún maneja como loco y nadie le dice nada acá.

Camila Ramírez, habitante de Villa Club

La situación es tal que de acuerdo a los reportes de llamadas que ha recibido el ECU 911 en 2022, en lo que respecta a choques con heridos, se tabularon 20 en las residencias de La Aurora y de la vía a Salitre.

De acuerdo al urbanista y experto en movilidad, Johnny Cóndor, la situación tiene un remedio más sencillo de lo que pueda uno imaginarse.

La falta de cultura vial juega un gran rol en estas infracciones. Lo que podemos hacer es valernos de las cámaras y la evidencia, para mostrar la situación en nuestras etapas.

Roberto Mancilla, presidente de la etapa Kriptón, Villa Club
Tráfico la joya

Cruzar ocho metros de calle, el dilema diario en La Joya

Leer más

Si bien él reconoce que la educación y la conciencia social deberían ser la guía de los ciudadanos, apunta a la colocación de rompevelocidades.

“No se trata tampoco de colocar por colocar, pero sí de hacer el estudio del terreno y colocar tres por vía, al menos, en cada cuadra”, señala. Indica que la altura idónea sería de 10 a 15 centímetros y que la forma de estas sean de tipo cono, para no dañar los vehículos y generar una pausa al tránsito.

Considero que primero se debe empezar por una buena campaña de concienciación vial por etapa o urbanización, porque eso es lo que más falta y lo que se debe trabajar primero.

David Guerrero, habitante de La Joya

Sin embargo, para los padres lo que debe existir es una ley integral que fije cómo debe desarrollarse la convivencia en espacios cerrados o aledaños a los colegios o los hospitales.

Para Karina Rojas, quien ante la falta de espacios comunes juega con su niño sobre las aceras, resulta indispensable que exista una norma y una sanción severa que caiga sobre quien pone en peligro a los vecinos.

Es necesaria que la CTE se haga presente. Un niño lo atropellan por los carros que siempre pisan el pedal a fondo y ahí recién quieren hacer algo. Entre todos debemos apoyarnos.

Tania Flores, habitante de Villa del Rey

“En algunos países de Europa, aun en espacios públicos, cercanos a parques o centros educativos, las calles son cerradas. Simplemente, no hay paso al vehículo, todo es peatonal. Al interior de un vecindario, hay total rigurosidad. Pero acá no pasa nada. Simplemente, te toca brincar al lado de cemento, donde el carro no te choque y con eso te toca dar gracias a la vida. Es una tontería”, denunció Emilia Calero, residente de La Joya.

Las cámaras de las ciudadelas deberían estar conectadas con las del ECU 911 o los sistemas de la CTE para que vean y multen a los irresponsables que aceleran en las urbanizaciones.

Joanna Segovia, habitante de La Joya

Ante esta situación, los habitantes sugieren al Cabildo, a la CTE y a las administraciones de las urbanizaciones que cuenten con un personal dedicado solo a este tema.

Antes que no había mucha gente y las etapas eran más tranquilas, pero cada vez llega más y más gente, y con ellos llega algún desadaptado que conduce como bestia, sin pensar en el resto.

Irene Hidalgo, habitante de Villa del Rey

“Debe destinarse un personal de vigilancia. En Ecuador, nadie toma en cuenta el buen vivir cuando es más que importante. Los agentes deberían de vez en cuando entrar y monitorear cómo se desplaza la gente. Lo que pasa es que aquí todo va por si tienes o no la competencia. Eso debe cambiar. Es retrógrado. Todo debe ir por el lado de si te importa o no que la gente esté vulnerable...”, agregó.