
Las mejores cafeterías en Guayaquil para leer y disfrutar del café
Ante la preferencia de los amantes de la lectura por encontrar lugares para repasar, EXPRESO marca una ruta de locales
Si eres amante de los libros y buscas un lugar en Guayaquil y sus alrededores, donde puedas leer sin prisas, con un buen café y en un ambiente acogedor, esta guía es para ti. Cada vez más cafeterías están apostando por crear espacios pensados para lectores, donde la literatura y el café se combinan de forma natural.
Los Dos Sabios: café y libros en un ambiente acogedor
Ubicada en Plaza Orellana, en el norte de la ciudad, Dos Sabios nació con una misión clara: ser un refugio para los lectores en Guayaquil. Su dueña, Katherine Villamarín, lo creó porque no encontraba un espacio así en la ciudad. “Creé el lugar que yo misma buscaba”, cuenta a EXPRESO.
¿Qué la hace especial? Su cafetería cuenta con un segundo piso repleto de libros, desde clásicos hasta tendencias juveniles. Puedes llevar tu propio libro, pero la experiencia es mejor si encuentras uno nuevo en sus estanterías y te lo llevas contigo. Además, si compras un libro, el café es cortesía.
¿Y para comer? Aunque al principio solo pensaban en café y libros, su menú se amplió para adaptarse a los clientes. Ofrecen desayunos preparados al momento, sándwiches artesanales y postres que combinan perfectamente con la lectura. "Me di cuenta de que a la gente en Guayaquil le gusta comer”, confiesa Villamarín.
Lo imperdible: Su ambiente cálido, perfecto para desconectarte del mundo. Si ves libros y ves a gente con libros, te vas a sentir atraído por ese entorno”, afirma su dueña.
La Madriguera: un tributo a la cultura y el arte de la lectura
En las calles Ficus y Circunvalación, en Urdesa, se encuentra La Madriguera, un café que nació primero como una librería y evolucionó en un espacio donde el arte, la literatura y el café se entrelazan.
Su dueño, Steven Espinoza, mantuvo su librería abierta incluso en pandemia, enviando libros personalmente. Su visión es clara: “No vivimos del libro, vivimos por el libro”. Aquí, cualquier persona puede tomar un libro y leerlo sin necesidad de comprarlo.
Su café de especialidad, que ellos mismos tuestan y perfilan, garantizando un sabor único. Además del café, La Madriguera ofrece noches de teatro, poesía y catas de vino. Aquí hasta han celebrado pedidas de mano. Por eso, su dueño considera que la conexión que genera este lugar con sus visitantes es real.
El espacio es un homenaje a la cultura: estanterías llenas de libros, rincones que evocan mundos literarios y detalles que transportan a relatos como Harry Potter.
Kawka: donde la lectura se comparte
Si buscas un lugar donde los libros viajen de mano en mano, Kawka es para ti. Con locales en el km 13.5 de la vía a la Costa, El Tornero y el C.C. Bocca de La Puntilla, esta cafetería ha logrado que la lectura sea una experiencia compartida.
¿Lo más especial? El ''Árbol del Conocimiento'', un rincón donde los clientes pueden dejar un libro y llevarse otro sin restricciones. Una forma genial de descubrir nuevas lecturas sin costo.
Su especialidad son los waffles, tanto dulces como salados. Perfectos para un brunch mientras te sumerges en una historia.
Aquí, la cuenta no llega en un recibo normal, sino dentro de un libro, una idea creativa que sorprende a los clientes y los invita a seguir explorando nuevas historias.
Lobo de Bosque: un rincón literario inspirado en los cuentos clásicos
Ubicado en el C.C. La Torre de La Puntilla, Samborondón, Lobo de Bosque es un café diseñado para sentirse como en casa. Inspirado en Caperucita Roja, combina una atmósfera acogedora con elementos literarios en cada rincón...¡hasta en el baño!
Un espacio para quedarse sin prisas: Aquí, los lectores pueden instalarse sin sentirse presionados a consumir más de lo que deseen. “Los lectores necesitan espacios donde no se sientan mal vistos”, dice su dueña, Raquel Ochoa.
Su menú combina lo ecuatoriano con lo mediterráneo. Ellos nos recomiendan:
- Tigrillo con queso burrata
- Waffle de choclo con pollo
- Yucas con salsa brava
Tinta Café: el pionero que sigue creciendo
Antes de que los cafés literarios se pusieran de moda en Guayaquil, Tinta Café ya apostaba por esta combinación. Con locales en Urdesa, Samborondón y el centro de la ciudad, frente al Malecón, ha logrado sostener este concepto en el tiempo.
Cristian Viola, encargado del local del centro, lo resume con simpleza: “La combinación del ambiente, la lectura y el café funciona. La gente sigue viniendo, sigue leyendo. Por algo hemos crecido”.
Su ambiente invita a la lectura y a la conversación. No importa si eres un lector ocasional o un amante de los libros, aquí encontrarás un rincón perfecto para disfrutar de una buena historia.
Su café y su postre estrella, Beso de Ángel, una deliciosa mezcla de cake, tres leches y queso de leche.