Barrio chino
Durante las fiestas de julio, la ciudad apostó por la memoria y la identidad cultural.Cortesía

Barrio Chino: un nuevo atractivo de las fiestas julianas

La ciudad celebra julio con recorridos culturales que visibilizan su historia migrante y fortalecen el tejido comunitario

En Guayaquil, los festejos no necesitan fuegos artificiales para iluminar el alma de la ciudad. La Perla del Pacífico celebra con memoria, con calles que narran sus cicatrices y glorias, con barrios que se resisten a desaparecer en el olvido. En estas fiestas julianas, el arte, la cultura y el sentido de pertenencia se toman los espacios públicos sin guion, sin maquillaje, con toda la potencia de lo auténtico.

El barrio chino de Guayaquil se convierte en punto de encuentro

Uno de los puntos que concentró atención fue la Ruta Asiática, también conocida como Corredor Turístico Multicultural. La propuesta, ubicada en las calles Sucre y Colón del centro, busca consolidar un futuro Barrio Chino, revalorizando la herencia de las comunidades migrantes que llegaron a quedarse y dejaron huella. 

“Las colonias que empezaron a llegar a Guayaquil como la colonia china, por ejemplo, de hace más de 120 años (…) Asimismo, como otras colonias, por ejemplo, la colonia española tiene mucho tiempo, la colonia rusa es nueva, la colonia libanesa… entonces todas las colonias que están participando quieren mostrar un poco de su cultura”, expresó Jaime Wong, del comité organizador.

Barrio chino
Guayaquil apuesta por turismo cultural en sus fiestas julianasCortesía

El recorrido por el centro no solo ofreció faroles, banderas y colores. Fue también una declaración simbólica de la diversidad que habita en Guayaquil. Las calles se convirtieron en escenarios vivos donde confluyeron historias personales, tradiciones y símbolos que representan la construcción colectiva de la ciudad.

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Las escalinatas de Las Peñas se llenaron de experiencias

Simultáneamente, en las escalinatas Diego Noboa, en Las Peñas, la experiencia fue otra, pero con la misma carga de identidad. Allí se desarrolló Santa Ana 360, una iniciativa que entrelaza arte urbano, emprendimientos barriales y gastronomía a lo largo de los 444 escalones que conducen al faro. Es una ruta que transforma el ascenso en una experiencia sensorial completa, donde cada esquina ofrece una nueva sorpresa. 

“Hermoso el paseo, el faro, increíble, en todas las escalinatas es increíble ver la gente, verla feliz (…) vengan a turistear acá que es bonito… en algunas esquinas hay murales, se ve que han pintado paredes, hay cositas diferentes”, comentó Jonathan Barberán, uno de los tantos visitantes que se dejaron cautivar por la propuesta.

Fiestas de Guayaquil cerro Santa Ana
Cerro Santa Ana. Las escalinatas se llenaron de vecinos y turistas.FRANCISCO FLORES

Ambas experiencias, aunque distintas en su forma, comparten un mismo fondo: reflejan una Guayaquil que no se conforma con celebrar de manera superficial, sino que busca reencontrarse con su esencia. En sus calles se siente el esfuerzo por sanar heridas, reconstruir la identidad y fortalecer los vínculos vecinales desde lo cultural.

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