Fabián Bustos Barcelona
Fabián Bustos celebró hasta las lágrimas la victoria de Barcelona ante Liga en Casa Blanca.Gustavo Guamán / Expreso

Pateando Tachos: A lo Bustos

Opinión: Obliga que el arquero maneje la pelota con los pies en bloqueo; los defensores, atrevimiento para salir con limpieza.

Fabián Bustos, entrenador al que le gusta que el partido se dé como él lo pensó. Su equipo no especula, juega. A los talentosos les da libertad y cobijo táctico; realza su técnica con el control y pase.

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Obliga que el arquero maneje la pelota con los pies en bloqueo; los defensores, atrevimiento para salir con limpieza. El mejor es el pase firme y fuerte que llega desde atrás con impulso; los centrocampistas, sin apurar los toques, que generen juego y distracciones; los delanteros, oportunidades para embocar.

Los ataques de Barcelona están vinculados a la capacidad individual y al entramado colectivo. La dinámica del juego coincide con los futbolistas; es un rasgo distintivo del equipo.

Si Barcelona SC juega mucho por dentro, los laterales deben ser ágiles para incorporarse a posiciones ofensivas. El riesgo de acumular defensores en su propia área es desabastecer la mitad de la cancha. Hay que balancear a los del fondo.

El achique depende de la presión. Los que ordenan esa presión son los delanteros y volantes. Si están encima de la pelota se puede achicar hacia delante; si no, no.

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El problema colectivo no lo arregla un solo jugador; un partido no es un permanente mano a mano entre uno y otro.

Podrá haber alguna acción que los enfrente, pero hay que manejar espacios de cobertura y ocupación de las zonas del campo con los once.

No se puede programar todo, quizá un gol de entrada rompa los moldes y la ecuación.

La noche que Barcelona resbaló ante Palmeiras, los truenos querían adueñarse de la oscuridad del Monumental. Y es que Fabián no critica a sus jugadores si no embocan, porque es un error técnico. Pero sí lo hace si no muestran ambición, orden y aventura.

Después de la goleada al Aucas, cuando por fin el pitazo final marcó el triunfo, Bustos abrió los brazos con los puños apretados. Había transformado en santa una noche de diablos.