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Díaz, volante de Barcelona, luego de anotar contra Santos en partido del grupo C por la Copa Libertadores.Archivo

Pateando Tachos: Damián Díaz, un rebelde innato

Opinión: avasallante y ganador. Eslabón importante. Se activa con eficacia; cuando maneja el balón, algo ocurre, sus desmarques abren caminos

Para entender a los responsables de esta respuesta emocional de Damián, hay que analizar sus instrumentos de trabajo, especialmente esa diestra de los tiros libres que maneja con una mezcla de sensibilidad y fuerza.

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Le pega al balón con la cara de adentro del pie. En pelota de aire, le da con el empeine; la única manera de dirigir bien el tiro. La izquierda es para llevar la pelota, para manejarla con habilidad. En el remate tiene mucha importancia el pie de apoyo.

Posee una visión periférica muy aguda. Y es que los delanteros y los volantes a veces se imaginan la jugada, o a veces la ven, siempre están con poco espacio y tiempo para decidir. Sin embargo, los jugadores como Díaz, que se conectan en paredes y gambetas, necesitan un fútbol menos vertiginoso, menos en línea recta.

Barcelona tiene enlaces de creación entre la defensa y los delanteros. Junta pases convenientes.

Damián, avasallante y ganador. Eslabón importante. Se activa con eficacia; cuando maneja el balón, algo ocurre, sus desmarques abren caminos, arma el partido, une frecuencias de juego, rompe el achique con asistencias largas.

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Los encuentros cercanos de sus compañeros no lo obligan a gambetear en exceso; puede descargar, triangular, asociarse e ir al frente como segundo o tercer delantero. Ayuda cuando la pelota está muy confusa en el área… Con más vocación ofensiva, se tiene más eficacia defensiva, porque el balón está lejos del arco canario.

Díaz tiene la esférica lo menos posible. Hay que tocar. Como shoteador, es el mejor de todos. Cuando se despida del fútbol, por el rostro anguloso de Damián caerán dos lágrimas. Como dos wines que arrancarán acompañándole, cada uno por su andarivel, en el último contraataque.