Edú Manga durante su etapa en Emelec en 1994, vistiendo la camiseta azul eléctrica.
Edú Manga durante su etapa en Emelec en 1994, vistiendo la camiseta azul eléctrica.CORTESÍA

Edú Manga fallece a los 58 años: el genio brasileño que pasó por Emelec

Muere Edú Manga a los 58 años, exjugador de Emelec y referente brasileño

Cuando se dio la noticia, nadie lo creía. Edú Manga pisó Guayaquil en 1994 para vestir la camiseta de Emelec, y parecía que se abría una ventana al mundo del fútbol grande. Era un "10" brasileño, elegante y ofensivo, de esos que no necesitaban levantar la voz ni hacer un gesto brusco para imponerse. Su sola presencia ya era seria, dentro y fuera de la cancha. Venía con un currículum que pesaba toneladas: Palmeiras, Corinthians, América de México… nombres que, en cualquier parte del mundo, suenan a respeto.

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:Su llegada a Emelec en 1994 marcó un antes y un después

En ese entonces, Emelec sorprendió a Ecuador y a toda Sudamérica. No era común que llegara un brasileño con ese cartel. Edú traía la magia de las favelas y el rigor de las grandes ligas, pero, sobre todo, traía el compromiso. No era un showman, era un futbolista de verdad. Quienes lo vieron jugar en el Capwell todavía guardan en la memoria ese toque fino, esos pases que parecían milimétricos y esa capacidad de mover al equipo como un director de orquesta.

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Treinta años después, un 3 de octubre de 2025, la noticia golpea fuerte: Edú Manga ha muerto a los 58 años. Y aunque pasaron más de tres décadas desde su paso por el “Bombillo”, las condolencias no se hicieron esperar. Emelec lo recordó con respeto, Palmeiras lo despidió como a un ídolo eterno, y el fútbol se vistió de luto.

Dicen que el fútbol es memoria y corazón. Edú se llevó ambos títulos: memoria, porque dejó huella en todos los estadios donde jugó; corazón, porque siempre fue un hombre correcto, disciplinado y de valores sólidos. Nunca necesitó polémicas para brillar.

Hoy, el balón se detiene un instante. Porque alguien que supo vestir de azul eléctrico y de verde paulista merece que el juego se pare para aplaudirlo.

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