
Condenan a jugador de fútbol por manipular resultados y apuestas deportivas
Manipulación de apuestas: futbolista recibe condena y genera polémica en el deporte
Bruno Henrique, el delantero que alguna vez brilló con la selección brasileña y Flamengo, se encuentra en el ojo del huracán. El Superior Tribunal de Justicia Deportiva de Brasil lo sancionó con 12 partidos de suspensión y una multa de 11.018 dólares por violar el código de ética deportiva, en un caso que involucra manipulación de apuestas y filtración de información.
El escándalo estalló tras descubrirse que el futbolista compartió con un hermano su intención de recibir una tarjeta amarilla en un partido crucial contra Santos el 1 de noviembre de 2023. Esta acción permitió que allegados obtuvieran altas ganancias en plataformas de apuestas online, generando un efecto dominó en el fútbol brasileño y en redes sociales, donde la polémica explotó inmediatamente.

Bruno Henrique en problemas: justicia deportiva y penal lo sancionan por apuestas
La investigación, que incluyó la revisión de cerca de 4.000 mensajes de la red WhatsApp y la incautación de dispositivos por la Policía Federal, determinó que aunque Bruno Henrique no alteró el resultado para perjudicar a un equipo, sí incurrió en conducta desleal con el fin de influir en un partido. La decisión fue tomada por cuatro votos a favor y uno en contra en el tribunal deportivo.
Pero la situación no termina ahí. El delantero también enfrenta un juicio penal pendiente, con posibles penas de hasta 17 años y ocho meses de prisión, por fraude deportivo y estafa contra casas de apuestas. El caso ha generado una ola de rumores: algunos aseguran que podría haber más involucrados y que el escándalo apenas comienza.
Flamengo y los fanáticos viven un momento de incertidumbre. Mientras se analizan sanciones internas, el jugador deberá enfrentar no solo la pérdida de partidos, sino también un debate público sobre ética, dinero y honestidad en el deporte. Un escándalo que recuerda que incluso los ídolos más admirados pueden caer en desgracia cuando los negocios y la moral chocan en el fútbol.
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